Periscopio universitario. Fernando Vásquez Rodríguez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Fernando Vásquez Rodríguez
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789588572734
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a los cuales se enfrenta la Universidad para que “todos sus estudiantes sean miembros plenos de la comunidad de lectores”: desafíos en cuanto a lo necesario, lo real y lo posible.

      El texto concluye con la presentación de una serie de reflexiones sobre el libro electrónico e Internet. Coronado afirma que hoy, a pesar de que hay más aficionados a la red, no por ello aumenta el número de lectores; Internet “se utiliza para la música, los vídeos, consultar servicios, chatear, etc., y en mínima proporción para leer textos”. Y como una manera de revalorar el papel del libro, el autor desentraña la generación Harry Potter; una generación que a pesar de la fuerte promoción mediática, reivindica al libro y a la lectura. Una generación que hace suya el mandato libertario de Pennac: “Hay que leer, hay que leer”.

      En el artículo “Escritura, investigación y docencia. Estrategias y posibilidades”, Fernando Vásquez Rodríguez se propone —en primer término— mostrar la importancia que tiene para los docentes pasar de prácticas oralistas de enseñanza a otras modalidades generadas por la escritura. Vásquez Rodríguez considera que la escritura es una tecnología de la mente, que tiene sus propias técnicas y sus métodos de producción; una invención humana que va más allá del simple redactar porque “cuando se aprende a escribir se reestructura el pensamiento, se piensa de otra manera, se desarrollan otras relaciones cognitivas, se vislumbran otras dimensiones del ser humano”. En síntesis, Vásquez Rodríguez afirma que la escritura permite ‘fijar’ la acción docente para “poder distanciarla y otorgarle sentido”.

      En segundo término, el artículo aborda diferentes estrategias para que los docentes se familiaricen o empiecen a escribir. Comienza con la libreta de apuntes, luego con el diario, después con la autobiografía intelectual; más adelante explora en el guión de clase, el contrapunto y el ensayo breve. Todas estas estrategias están respaldadas por la propia práctica del autor y cuentan con una bibliografía adicional para profundizar en ellas. El abanico de estrategias son “dispositivos o chispas para que la escritura comience a ser parte habitual de la práctica educativa de maestros y maestras”.

      La última parte del texto de Vásquez Rodríguez se concentra en mostrar cómo la escritura constituye una aliada para las faenas investigativas. No sólo en lo que tiene que ver con los informes de avance y de divulgación sino, especialmente, con la recolección de información. En este sentido, el autor dedica un buen espacio a señalar las bondades del diario de campo, su estructura, su diseño y su valor estratégico para poner a dialogar los registros con las reflexiones del mismo investigador. Vásquez Rodríguez insiste en que el diario de campo permite “una simbiosis interesante entre escritura y reflexión: la mediación de la escritura impulsa a pensar mejor; la reflexión continuada, reclama la concreción de una escritura”.

      El artículo, asimismo, incluye algunas reflexiones sobre el proceso que sigue al escribir: el de la edición y la publicación. Se incluyen varios consejos de diseño y de diagramación, de aspectos materiales del libro que son indispensables conocer por parte de un escritor si es que quiere tener lectores de carne y hueso. Dice Vásquez Rodríguez: “necesitamos poner a circular nuestra escritura; que no nos contentemos con tener libros impresos guardados en cajas o anaqueles; que vayamos en busca de la mano fraterna de los lectores”. Porque la escritura que no se publica, subraya el autor, “aún no ha cumplido su mayoría de edad”.

      La relación del hombre con el conocimiento y la función social de la evaluación es abordada por el maestro Fidel Cárdenas de manera sucinta para abrir el debate sobre los componentes del acto educativo formal en las instituciones educativas, dejando al final variadas preguntas para sumar en la construcción colectiva acerca de los temas tratados. Previamente, el maestro Cárdenas nos lleva a reflexionar sobre las relaciones entre experiencia y razonamiento, y su herramienta más efectiva en la búsqueda de la verdad como es la investigación; y cómo sociedades y culturas están impregnadas o son regidas por tipos de conocimiento que influyen en su percepción del mundo, bien sea el común, el mágico, el mitológico, el religioso o el científico.

      El artículo, al tratar las relaciones de los jóvenes con el conocimiento, que —bajo la orientación de un docente— se establecen y sus implicaciones para la evaluación, considera que el éxito en la misión docente depende de las siguientes variables: la naturaleza propia del conocimiento que se trata y de su área específica, el estilo de enseñanza, el estilo de aprendizaje de los estudiantes, el contexto en el cual se genera la experiencia y la evaluación empleada.

      Al introducir el tema del proceso evaluativo, el maestro Cárdenas ejemplifica que la relación que el estudiante establece con el conocimiento se podría clasificar en dos tipos: de primer nivel o superficial, y de segundo nivel o significativo. Por eso, al referirse al tipo de pruebas que se utilizan en las instituciones educativas para evaluar, cierto tipo de instrumentos, como las pruebas colectivas de selección múltiple, complementación, verdadero o falso, se orientan a evaluar la memorización sobre otros procesos de aprendizaje. Considera que las pruebas de rejillas de conceptos, los mapas conceptuales y los cuestionarios de asociación son más recomendables y apropiados para la evaluación de las relaciones con el conocimiento que tiene que ver con el segundo nivel.

      Al reflexionar sobre la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias, el docente Pablo Emilio Oviedo propone una alternativa para que el aprendizaje sea significativo: la resolución de problemas. Previamente a su planteamiento, nos acerca a los estudios sobre cómo aprenden los estudiantes a resolver problemas y las investigaciones orientadas a determinar cómo enseñan los profesores y la utilización de dichos resultados para aplicarlos en el proceso educativo.

      Citando a Selvaratnam (1990), el maestro Oviedo especifica que dichos resultados de mirar los procedimientos utilizados por los estudiantes “expertos” o “novatos” que fueron objeto de los estudios no son aplicables para resolver problemas abiertos, pues se enmarcan dentro del paradigma enseñanza-aprendizaje por transmisión oral y enfatizan, especialmente, en la búsqueda de procedimientos exitosos, lo cual no favorece el pensamiento divergente ni la creatividad.

      Afirmando su propuesta metodológica para el aprendizaje significativo a través de la resolución de problemas, hace una revisión resumida del acercamiento de las diversas teorías que tratan el punto: la conductista, la de la gestalt, la asociacionista, la del procesamiento de información, la piagetiana y la constructivista. Para el maestro Oviedo, en un problema por resolver, “la elección de las variables y tareas experimentales por parte de un investigador depende de su concepto de resolución de problemas, según si su descripción enfatiza la percepción, el alertamiento asociativo o el procedimiento de información”.

      A modo de conclusión, según Oviedo, la enseñanza basada en la solución de problemas supone unos aprendizajes previos, como el dominio de habilidades y destrezas para aprender a aprender, y la adaptabilidad de los conocimientos previos para dar respuesta a situaciones distintas; por ello, incrementa la creatividad y la capacidad crítica de los alumnos, fundamento de la autonomía y la responsabilidad personales.

      Finalmente, Carlos Valerio Echavarría brinda variadas justificaciones de tipo moral y político que sustentan la naturaleza de la formación ciudadana en contextos universitarios. Invita a que estos procesos sean repensados en su accionar pedagógico y en su intencionalidad educativa desde un diálogo constante con las condiciones de calidad de vida de ciudadanos colombianos que encarnan la guerra, la pobreza, la inequidad y el desprecio social por no ser reconocida su condición de lo diferente y lo diverso como aporte substancial de la interacción social, cultural y política. Lo cual invitaría a que parte del quehacer educativo de la institución se oriente al diseño, la implementación y la evaluación de procesos pedagógicos que —ajustados al acontecer histórico de los colombianos— proponga programas, proyectos e innovaciones conducentes a reconocer y transformar las problemáticas políticas, sociales y culturales del contexto latinoamericano y colombiano. De esta manera, afirma el autor, subrayar cuál es el sentido ético, moral y político de la formación avanzada, hace parte del responder a la pregunta por qué y para qué la formación política y para la ciudadanía en Colombia. Esta respuesta contribuiría a proponer salidas a las condiciones de vida que estamos enfrentando los colombianos.

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