Orígenes geológicos
Hace 40 millones de años, inmensas cantidades de lava se extendieron por la corteza terrestre, no en forma de erupción, sino como un flujo continuo de varios millones
de años. Se formó entonces una capa de 2 a 4 km de espesor sobre una superficie de 700 000 km2. Una segunda era geológica empezó con el debilitamiento de esta capa, que condujo a la formación de roturas que a su vez provocaron hundimientos, como el gran valle del Rift africano, que se extiende desde Etiopía hasta Mozambique, pasando por Tanzania y Kenia. Al mismo tiempo, la presión generada por este colapso masivo causó la elevación de masas volcánicas de gran tamaño a lo largo de estas fallas. En Etiopía, estos pliegues dieron lugar a dos sistemas montañosos a ambos lados de esta grieta nordeste/suroeste, que van desde una altitud media de 2000 m cerca de las tierras bajas, hasta más de 4000 m. La gran actividad volcánica, acentuada por estas alteraciones tectónicas y la erosión provocada por una intensa escorrentía, acabaron de dar forma al paisaje característico de las tierras altas separadas por valles escarpados. Esta topografía accidentada aísla las regiones entre sí y explica, en parte, la alta tasa de endemismo observada en la fauna y flora etíopes.
Clima
Las condiciones climáticas de Etiopía están determinadas en gran medida por la altitud y la influencia del monzón proveniente del océano Índico, que divide el país en cinco zonas climáticas, desde las regiones áridas hasta las regiones alpinas que superan los 3800 metros.
Medioambiente – ecología
Es muy difícil hablar de conciencia ecológica en un país que lleva casi cincuenta años luchando con interminables problemas económicos y políticos. La recolección de basura en la capital, a menudo por parte de pequeñas empresas privadas, ha mejorado significativamente en los últimos años, y se está trabajando mucho para resolver los problemas de eliminación de las aguas residuales. A diferencia de las sociedades altamente industrializadas, para las que la contaminación del suelo, el aire y el agua y el tratamiento de los desechos constituyen un reto importante, Etiopía se enfrenta a los problemas ambientales tradicionales de sociedades en desarrollo, mucho más grandes.
El consiguiente empobrecimiento del suelo por erosión y la escorrentía no ha hecho sino empeorar el problema en una especie de círculo vicioso, agravado por la alta presión demográfica. La sequía y la aridez dificultan o imposibilitan el cultivo. Con una tasa de crecimiento sostenido —entre el 2 y el 3 %—, la población etíope casi se ha cuadruplicado en un siglo, aunque la agricultura sigue siendo la actividad casi exclusiva de la mayoría. En este contexto, las tensiones en el seno de las comunidades son palpables, sobre todo entre tribus nómadas o seminómadas que luchan por tierras fértiles y zonas de pastoreo para sus rebaños, a veces en verdaderos enfrentamientos armados. Las hambrunas y la anarquía durante la guerra civil han acabado por asestar un golpe fatal a muchas áreas naturales frágiles y a ciertas especies animales, cazadas furtivamente hasta la extinción.
Sometidos a esta presión excesiva, muchos espacios naturales y especies animales están clasificados como en riesgo por las autoridades ecológicas internacionales y requerirán un esfuerzo de conservación a largo plazo para evitar la extinción total que las amenaza.
Hoy, con la ayuda de la cooperación exterior, las autoridades intentan invertir la tendencia. La reforestación (desafío del siglo según
el gobierno), la lucha contra la caza furtiva, la regulación de la caza y la tala han sido las primeras medidas concretas de esta política. Ahora el esfuerzo se centra en la educación y la sensibilización de las poblaciones con los problemas medioambientales y en su participación en proyectos de ecoturismo de los que pueden beneficiarse en concreto. Aunque carecen de los recursos necesarios, la Agencia de Protección del Medio Ambiente y la Ethiopian Wildlife Conservation Organisation se ocupan de esta tarea.
Parques Nacionales