Estados homogéneos y estados diversos. Arturo Seminario Dapello. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Arturo Seminario Dapello
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786124370489
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profundas diferencias. Un ejemplo notorio es el de la ex Yugoslavia, que pretendió aglutinar a los eslavos del Sur. Pero en ese propósito de amalgamar pueblos había que conciliar diferencias étnicas, religiosas, lingüísticas y demás. En la parte Norte estaban los eslovenos y los croatas. Ambos eran sobre todo católicos, por cuanto habían formado parte del Imperio Austro Húngaro. En la parte Este estaban los servios, que al tener como referente a Rusia eran cristianos ortodoxos. En la parte Central Oeste estaban los pueblos que en su momento fueron parte del Imperio Otomano y que, por ende, profesaban la religión musulmana, tales como los bosnios, los herzegovinos y los montenegrinos. En la parte Sur había algunos albaneses, también de pasado otomano, y los macedonios emparentados a los griegos del norte del mismo nombre. Se creyó que el éxito de semejante unión era una prueba de la posibilidad de integrar gentes con trasfondos diversos.

      Sin embargo, con la muerte de su líder unificador, el mariscal Tito, arreciaron los odios de las distintas comunidades, en lo que fue una de las guerras civiles más crueles. El resultado fue que, luego de movilizar y desplazar gente de uno a otro lugar, cada una de estas etnias formó su propio Estado. No se sabe cuál fue el factor, entre la raza, la religión y el idioma, que más incidió en esta desintegración. Aparentemente pudo haber sido la religión, que separaba a los católicos de los cristianos ortodoxos y de los musulmanes. Pero si esa era la gran división, luego los separaban los matices raciales. Así, los eslovenos y croatas se consideraban más occidentales; los servios se consideraban eslavos más puros; y a los demás, bosnios, herzegovinos, montenegrinos, allaneses y macedonios, los consideraban con algún mestizaje producto de ancestros que vivieron en el Imperio Otomano.

      Checoslovaquia también se constituyó en base a la unión de pueblos, los checos de la parte Oeste con los eslovacos de la parte Este. En la frontera occidental de Checoslovaquia vivía una considerable población germanoparlante que se sentía más bien vinculada a Alemania. Los coordinados reclamos de los líderes de esa población, con los líderes de la Alemania nazi, llevaron a que Alemania se apropiara de Bohemia y Moravia, controlara Eslovaquia, y dejara Rutenia para Hungría. Culminada la guerra se volvió a configurar Checoslovaquia bajo el control de la URSS, que en 1968 la invadió para evitar desviaciones liberales y/o occidentales. Removido el Muro de Berlín, y desintegrada la URSS en varios Estados, entre otros Rusia, siguió existiendo Checoslovaquia. Luego ésta libremente se dividió en dos repúblicas: la Checa, con la población más bien germana y occidental, y la Eslovaca, con la población más bien eslava y oriental. Aparentemente, en este caso el factor separador fue la diferencia entre la población checa y la población eslovaca. Un caso más tenue de separación fue el de Suecia y Noruega, dos pueblos muy semejantes, casi iguales, con un ligero matiz de mayor cultura en Suecia que en Noruega, que decidieron amigablemente separarse.

      Con la independencia de la India, al final de la Segunda Guerra Mundial, surgió el problema de las poblaciones musulmanas. Estas poblaciones musulmanas estaban mayoritariamente en el extremo noroccidental de la India, en el actual Pakistán, y en el extremo oriental de la India, en la actual Bangladesh. Claro que minoritariamente había poblaciones musulmanas en parte de la actual India, como también había poblaciones indios en los territorios que después fueron Pakistán y Bangladesh. Como la partición se hizo atendiendo sólo criterios religiosos, los traslados de poblaciones de uno a otro lado, para que habitaran entre correligionarios, trajeron violencia y muerte.

      La independencia de los indios la lideraba Mahatma Gandhi, y la independencia de los musulmanes la lideraba Mohammed Ali Jinnah. Además de este factor se considera que fue determinante el pensamiento del historiador inglés Arnold Toynbee, que asesoraba a su gobierno. Toynbee consideraba que el factor religioso era el que más incidía en la diversidad. Consideraba, más aún, que a cada gran religión correspondían determinados ámbitos territoriales. Por eso se puso el acento en la común religión musulmana entre los que estaban en el extremo noroccidental y entre los que estaban en el extremo oriental. Por eso también se le dio menos importancia al hecho de que los que estaban en el extremo noroccidental, la actual Pakistán, eran pueblos emparentados con los habitantes del Asia Central. Entretanto, los que vivían en el extremo oriental eran bengalíes iguales a los que habitaban en el territorio de la India. En la práctica, la población noroccidental se convirtió en la clase gobernante y la población oriental se convirtió en la clase gobernada y tributaria de ésta. Luego de una sucesión de situaciones violentas en 1971, la población oriental, o Pakistán del Este, con ayuda de la India, proclamó su independencia y estableció el Estado de Bangladesh. En el caso de Pakistán Occidental y Pakistán Oriental, la separación territorial no evitó la dominación del más fuerte y la subordinación del más débil. Las diferencias culturales y raciales hicieron imposible la convivencia, generando la desintegración en dos Estados distintos.

      La URSS continuó, hasta que se disolvió en 1991, con la política de rusificación de los territorios periféricos que habían iniciado los zares. La URSS fue una confederación de repúblicas, unas europeas, otras asiáticas, y Rusia, que atravesaba Europa y Asia. Entre las europeas estaban Estonia, Latvia, Lituania, Bielorrusia, Ucrania, y en alguna medida, con proximidad al Mar Negro, Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Entre las asiáticas, a partir del Mar Caspio y el Mar de Aral, estaban Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán y Kazajstán. La URSS renegaba de toda y cualquier creencia divina. Sin embargo, las religiones dominantes en el pasado, y discretamente sobrevivientes durante la era soviética, fueron la cristiana ortodoxa, en las repúblicas europeas, y la musulmana, con considerable presencia chiita, en las repúblicas asiáticas. La URSS, no obstante su inflexible política de rusificación, no tuvo el éxito esperado en homogenizar la confederación, subsistiendo las diversidades no sólo étnicas sino culturales. Se considera, además, que en algún momento la república prevaleciente, Rusia, más que obtener ingresos, comenzó a generar egresos hacia las repúblicas periféricas, lo que contribuyó significativamente a la disolución. Con la disolución de 1991, Rusia no perdió significativamente su gravitación económica en las ex repúblicas soviéticas. Pero ya no tuvo que asumir los costos de mantener el orden y seguridad internos, los costos de desocupación y empleo, etc.

      En el caso de las escindidas repúblicas europeas, las nacionalidades eran más bien definidas y los ciudadanos más bien sedentarios. Ello facilitó su inmediato tránsito a repúblicas independientes. Pero en el caso de las escindidas repúblicas asiáticas, las nacionalidades no eran tan definidas, y muchos ciudadanos eran más bien nómadas. Ello dificultó su inmediato tránsito a repúblicas independientes. Había entre ellas interdependencias muy difíciles de obviar. Aunque en unos casos sus lenguas tenían como referente al turco, y en otros casos al persa, lo que todos tenían en común era su fe islámica. Siendo todos Estados mediterráneos, tenían una suerte de imbrincamiento por su dependencia del Mar Caspio y del Mar de Aral y los ríos que en él desembocan. Así, entre las ex repúblicas soviéticas de Asia Central, la riqueza común más apreciada era el agua. Sencillamente porque el agua como tal era escasa, y las nacientes de los ríos eran el origen de las centrales hidroeléctricas. Inclusive el destino de las aguas en el Mar de Aral ha sido de gran importancia para estos países. Por eso, no obstante la independencia, ha habido entre ellos una suerte de interdependencia difícil de desatar, que venía desde que formaban parte del vasto e integrado Imperio Mongol.

      El caso de la Unión Soviética refleja que, no obstante su enorme poderío, no pudo lograr la rusificación de todo su territorio. En ciertas partes de su territorio, las manifestaciones de diversidad eran tan profundas que no se pudo lograr la rusificación, como medio de homogenizar toda la confederación. Por lo demás, los costos de la diversidad significaron en su momento una carga para la mayor de las repúblicas confederadas, Rusia, cuyos ciudadanos empezaron a resistir. Por eso, en gran medida, la disolución de la URSS la decidió Rusia con alguna opinión de Bielorrusia y Ucrania, aunque sin conocimiento y participación de las demás repúblicas de la confederación. La URSS es un ejemplo de cómo los costos de la diversidad a veces pueden resultar poco tolerables por una porción de la ciudadanía.

      El Imperio Otomano fue un caso de Estado sustentado sobre la diversidad étnica, religiosa, lingüística y, en general, cultural. Pero curiosamente, cuando se desintegró, aunque formalmente se proclamó laico, su sustento final fue la religión musulmana, el idioma turco y las poblaciones de Anatolia predominantemente