Del complejo de masculinidad: Susanita y Lady Macbéth
De la ecuación simbólica
V. La condición femenina y el narcisismo
Del “tipo femenino más puro y auténtico”
Un pasaje controvertido
Una feminidad que no se consagra al falo
La mujer bella
La “autocomplacencia” –Selbstgenügsamkeit– femenina
De un doble régimen del narcisismo
Narcisismo del ego, narcisismo del deseo
Narcisismo y genitalidad
Narcisismo del ego en la histeria: el signo de la omnipotencia del Otro
Narcisismo del deseo
Llegar a ser amada
Lo que de una mujer no concierne al hombre
Constitución fetichista del objeto: el varón, la madre y la “puta”
La madre y la trabajadora
Constitución erotomaníaca del objeto
Amar a una mujer
El sujeto, la mujer, el analista
Cesión del narcisismo, cesión del objeto a
La mujer como causa del deseo
Una posesión/posición inatacable
El niño, los gatos y las fieras
El criminal, el humorista
Don Juan y el héroe de las mujeres
El psicoanalista: hacer trabajar al otro
VII. El goce
De la mujer como agente de la castración
Desear al hombre deseante
El “acto de amor” y la función fálica
¿Hacer el amor?
Breve referencia a la sublimación y el goce femenino
Volviendo a la castración
Hablarle a una mujer nunca carece de consecuencias
Del Otro barrado y el goce femenino
Una vía lógica
¿Por qué la mística? Hacer el amor con Dios
La perversión y la histeria
Un goce extático. Diferencias con el enamoramiento y la hipnosis
Un goce insituable
Angustia y nominación
“Exquisitamente femenino”
Un goce de la inconsistencia del Otro
Un goce que veta la universalidad
El Dios de los filósofos y el Dios que habla (la pura alteridad)
El arrebato y el extravío
Un goce envuelto en su propia contigüidad
Un goce que se realiza a porfía del deseo
Un goce suplementario
Un goce que no se ocupa del hombre
El amante castrado, el hombre muerto, el íncubo ideal
VII. Las mujeres, los judíos, los psicoanalistas
De la universalidad y el veto femenino
La omnipotencia y la masa
Identificación y pertenencia
Lo femenino como rechazo de la lógica de la identificación
Medea
Una inquietante debilidad, una receptividad esencial
Del Otro absoluto
¿Hay un heroísmo femenino?
Los judíos y lo femenino
Los psicoanalistas
Una inadvertida idea de Freud sobre los judíos
El padre de las mujeres
VIII. La condición femenina y el tiempo
Del tiempo, el espacio y la sexuación
Estar “pre”
Espacio masculino, tiempo femenino
Tiempo del emplazamiento, tiempo del apremio
De un goce que no puede ser negativizado
Angustia, dolor y duelo
Una lógica que no es de la castración
La hormiga viajera
Epílogo para una mujer
Barros, MarceloLa condición femenina / Marcelo Barros. - 1a ed . - Olivos : Grama Ediciones, 2020.Archivo Digital: descargaISBN 978-987-8372-33-41. Psicoanálisis. I. Título.CDD 150.195 |
© Grama ediciones, 2011.
25 de mayo 790, PB f (1642) San isidro, Pcia. de Bs. as.
Tel.: 4743-8766 • [email protected]
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© Marcelo Barros, 2011.
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ISBN edición digital (ePub): 978-987-8372-33-4
Prólogo para hombres
Porque finalmente una mujer es algo que cuenta. Hay cierta manera de atraparla de la buena manera, aferrarla de cierto modo, y ella no se equivoca al respecto. Ella es capaz de decirles –No me sostienes como se sostiene a una mujer.
J. Lacan, De un otro al Otro
Freud sostiene que la vida se empobrece cuando la puesta máxima que puede tener lugar en su juego, la vida misma, no es arriesgada. Se convierte entonces, de acuerdo con él, en un “flirt” del cual se sabe de entrada que no habrá de conducir a nada interesante, en algo “soso y vacío”. Quizás un flirt en sí mismo no sea algo soso y vacío, porque ese demérito no reside en su carácter de flirt, ni tampoco en aquello a lo que conduzca, sino en que ya se sepa –o se crea saber– lo que va a pasar. Por algo Lacan afirmó que saber lo que el otro va a hacer no es un signo de amor. ¿Cómo es posible que lleguemos a perder así la alteridad del Otro, a ignorar su recóndita imprevisibilidad? Es algo que, sin embargo, ocurre. Que la vida pierda interés. Y no solamente lo pierde como objeto deseable, sino que esencialmente