La ética cristiana es la más valiosa y excelsa que conozco. Lo he dicho en otro lugar: lo mismo que hay una Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada y adoptada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tendría que establecerse, con los mismos o más títulos, una Moral Universal, que no sería otra que la cristiana. Dicho esto, sostengo que hay dos formulaciones de la misma: una más amplia y detallada que es el Sermón de la Montaña, jamás superada en XXI siglos; y otra más corta. Me refiero a la frase de San Agustín “Ama y haz lo que quieras” –Ama et fac quod vis. Lo que se nos pide es la coherencia entre la esencia del cristianismo –el Amor- y la conducta nuestra en cualquier ocasión. Lo recordaba el Papa Benedicto XVI en su primera carta Encíclica, Dios es Amor –Deus caritas est.
1.15. Sentimientos y actitudes
José Antonio Marina, en su obra “Ética para náufragos”, distingue entre sentimientos y actitudes. Creo que tal distinción es útil para entender mejor el mandamiento del amor, piedra angular del cristianismo. En efecto, una cosa es el sentimiento amoroso, que puedo sentir sólo hacia mi próximo (hijos, padres, esposa), y otra diferente la actitud amorosa, que puedo y debo orientarla hacia todas las personas, e incluso animales y cosas.
Ahora bien, al amor como actitud de que hablamos, ¿en qué se diferencia de la cortesía, de la buena educación, del trato correcto y amable hacia los demás? Si existiera tal diferencia, sería muy sutil.
1.16. Teología
La teología es un pseudociencia absurda y contradictoria. Es contradictoria porque Theos (Dios) y Logos (Razón, Palabra) son incompatibles. No puede haber Ciencia de Dios), al menos mientras tengamos el concepto actual de Ciencia. La ciencia empírica siempre parte de hechos, y no hay hechos observables empíricamente de Dios. Si de Dios hubiera ciencia, no habría ateos sino tontos, pues tontos son los que no entienden la Física, la Biología, la Química… Por eso mismo es maléfica, porque no da lo que promete: saber acerca de Dios; y no lo da porque no puede darlo.
1.17. Creyentes ma non troppo
Hay creyentes sinceros, que cumplen con todo “lo que manda la Santa Madre Iglesia”, por ejemplo ir a misa los domingos y demás “fiestas de guardar”. Participan en ella, procuran estar atentos, no sólo al sermón, sino también a todo lo dicho en toda la ceremonia. Comulgan, meditan un ratito antes y después de la liturgia. En definitiva: cumplen con su obligación de católicos. Pero ocurre que, desde que salen de la iglesia hasta que vuelven a ella el domingo siguiente, se comportan, no digo que mal sino según les dictan los negocios mundanos; es decir, como lo podrían hacer un ateo o un agnóstico que fueran buenas personas. Su catolicismo desaparece durante siete días menos media hora. ¿Qué ocurre aquí? Yo no lo sé. Si alguien me lo pudiera explicar…
1.18. Conversión
¿Claudicaré, una vez más, y tornaré al seno acogedor de la Santa Madre Iglesia cuando se acerque el rostro inexpresivo de la muerte? Es, más que posible, probable. Si ello me hace menos desgraciado, ¿por qué no? ¿Claudicar de la razón, abjurar de la verdad? Pero ¿qué es la verdad?, como dijo el romano del comienzo de la Pasión de Jesús el Galileo, el gran escéptico. Así es que si la religión me sirve de consuelo, bendita sea la religión. Pero todavía no me encuentro en esa tesitura. ¡Es todo tan complejo! ¡Ay, quien pudiera no pensar ni sentir: entontecerse!. Hay que esforzarse en esa dirección.
1.19. Juegos divinos
Einstein dice que Dios juega a los dados con nosotros. Sin embargo Woody Allen cree que a lo que juega Dios es al escondite.
1.20. La Fe
Estoy seguro de la verdad de las proposiciones “Dos más dos es igual a cuatro”, “dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí”, y otras similares.
Estoy seguro de la falsedad las proposiciones “dos más dos es igual a cinco”, “si p, entonces q. Y p, luego no q”.
En cambio no estoy seguro de la verdad o de la falsedad de la proposición “Dios existe”, porque si Dios existe, entonces es verdadera; y si Dios no existe, entonces es falsa.
Supongamos finalmente que tenemos la proposición “Dios no existe”. Si Dios existe, es falsa y si Dios no existe, es verdadera.
Conclusión: como no sabemos si Dios existe o no existe, tenemos necesariamente que dudar tanto de la proposición “Dios existe”, como de la proposición “Dios no existe”.
La duda es inherente a la fe. Es lo que Unamuno llamaba “La agonía del cristianismo”. Aquí el término “agonía” significa “lucha” –entre la fe in la increencia-, de la misma manera en que el que “agoniza” “lucha” con la muerte.
Lo único que podemos admitir es la afirmación de Kierkegaard “la fe consiste en ´mantener firme la posibilidad´” (Diario íntimo, 26 de agosto de 1848).
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Vete pensando… (a)
“ Debería haber cierta coerción de las leyes contra los escritores ineptos e inútiles, así como las hay contra los vagos y los vagabundos.
… No es broma. La garabatearía parece ser síntoma de un siglo desbocado”
(Montaigne, Ensayos)
“Cuán enorme paradoja es la de la fe, una paradoja capaz de convertir un crimen (el mandato de Dios a Abraham de que sacrifique a su hijo) en una acción sagrada y agradable a Dios… ; una paradoja, en definitiva que no puede explicarse por ningún razonamiento, ya que la fe comienza cabalmente donde terminan los razonamientos”
(Kierkegaard, Temor y Temblor)
“Lo que antes se daba a la Iglesia se da ahora, aunque en menor escala, a la ciencia”
(Nietzsche, De la utilidad e inconvenientes de la Historia para la vida”
“Dios es el nosotros existir y el no ser eso todo”
(Pessoa: Libro del desasosiego)
(a) Al final de cada capítulo pondremos, bajo el rótulo de ¨vete pensando¨ unas frases que sirvan para que los estudiantes de filosofía de bachillerato las mediten y redacten un pequeño comentario sobre ellas. Quiero decir públicamente que la idea de este recurso didáctico lo tomo de lo propio que ha hecho Fernando Savater en su celebérrimo libro “Ética para Amador”, cambiando únicamente “leyendo” por “pensando”. Espero que el mencionado Savater no lo tome a mal, teniendo en cuenta su cordialidad y amabilidad. Suum cuique.
NOTAS
1. Laplace presentó su famosa hipótesis nebular en “Exposition du systeme du monde” en 1797, que formulaba que el sistema solar se creó de la contracción y enfriamiento de una gran nube aplastada de gas incandescente que giraba lentamente.
Su exposición del sistema del mundo contiene la hipótesis cosmogónica según la cual una nebulosa primitiva habría ocupado el emplazamiento actual del sistema solar rodeando como una especie de atmósfera un núcleo fuertemente condensado, a temperatura muy elevada y girando alrededor de un eje que pasaría por su centro; el enfriamiento de las capas exteriores, unido a la rotación del conjunto habría engendrado en el plano ecuatorial de la nebulosa unos anillos sucesivos, mientras que el núcleo central formaría el Sol.
La materia