El Enfoque Naturopática A La Fertilidad. Julissa Hernandez

una mujer u hombre, el uso de medicamentos es un factor a tener muy en cuenta.

      Muchas mujeres usan analgésicos AINEs de forma mensual para aliviar sus calambres menstruales dolorosos. En primer lugar, es importante que las mujeres entiendan que no es normal sufrir de dolor intenso y calambres pélvicos durante el periodo menstrual. El dolor es siempre indicador de un problema subyacente. Con el dolor menstrual, a menudo se trata de la inflamación de la región pélvica o el útero. Como también comenté anteriormente, cuando una mujer adopta el hábito de tomar AINEs regularmente, especialmente ibuprofeno, incrementa sus probabilidades de experimentar el síndrome del folículo no roto luteinizado: una desafortunada condición en la que los óvulos jamás llegan a ser liberados para la concepción. Este era el caso de una de mis pacientes, Rachel: una mujer en la treintena que lidiaba con dolor menstrual severo y regular y problemas de fertilidad frustrantes.

      Además de su dependencia a los ibuprofenos, Rachel había estado tomando pastillas anticonceptivas desde que era una adolescente. Como a muchas mujeres, a Rachel le recetaron pastillas anticonceptivas durante su adolescencia para ayudarle a controlar su recurrencia menstrual de calambres menstruales dolorosos. Por desgracia, las píldoras anticonceptivas recetadas para “corregir” este problema sólo disimulan los síntomas de la causa de base: la inflamación del área pélvica. A pesar de los remedios anticonceptivos, Rachel seguía teniendo que tomar ibuprofeno durante su ciclo menstrual para poder “funcionar”, tal y como ella lo contaba.

      Rachel y su pareja querían tener un hijo en conjunto. Para conseguir ese sueño, y a pesar de temer que su dolor menstrual aumentaría y se convertiría en insoportable, dejó de tomar la píldora. Tras hablar con su ginecólogo, quien le aseguró que su fertilidad “volvería”, Rachel confió en poder concebir rápidamente. A menudo que pasaban los meses sin retrasos de su periodo, sin alivio para sus terribles calambres, y con pruebas de embarazo negativas, Rachel empezó a buscar soluciones alternativas a sus problemas de fertilidad. En 2006, gracias a la recomendación de otra paciente, Rachel vino a verme.

      Durante la visita de Rachel, determiné la causa subyacente de su problema de fertilidad: el síndrome del folículo no roto luteinizado (FNRL). Como expliqué, el FNRL es un fallo de la ovulación que aparece, de acuerdo con los expertos, en el 10 porciento de los ciclos menstruales de una mujer normal, saludable y fértil. La aparición del FNRL ha sido relacionada con infertilidad inexplicable, endometriosis, adhesiones pélvicas, y el uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos – sí, los AINEs como el ibuprofeno. Le aseguré a Rachel que este síndrome, que veo una y otra vez en pacientes mujeres, es un obstáculo para la fertilidad que puede ser superado. Cuando arrojé luz sobre sus síntomas y le expliqué los pasos para llegar a una solución, su cara se suavizó y le ayudé a restaurar su esperanza en la concepción de un precioso bebé que ella y su pareja deseaban.

      Le recomendé a Rachel que empezara con el programa de desintoxicación herbal básico que compartí con ustedes. En su caso, sin embargo, le recomendé que no solo lo siguiera durante las dos semanas que normalmente indico, sino durante cuatro semanas. Un mes completo de limpieza interior es lo que creí que su cuerpo necesitaba para recuperarse de años y años de toxinas acumuladas al tomar píldoras anticonceptivas a diario e ibuprofeno de forma mensual.

      Aunque estaba ansiosa por poner a prueba mi aproximación natural a la concepción, Rachel expresó de nuevo sus miedos de sufrir un dolor insoportable en su próximo periodo. Junto con su programa de desintoxicación y limpieza, le recomendé un fantástico analgésico natural que también reduce la inflamación: Extracto de semilla de uva.

      Quiero dejar claro esto a todo lector –hombre o mujer – que lidia con problemas de fertilidad. Si experimenta dolor a menudo, ya sea dolor muscular leve o calambres severos, y utiliza cualquier tipo de analgésico para ello, considere seriamente detener su uso de fármacos dañinos. Por el bien de su salud, así como para su habilidad para alcanzar la concepción, abandone el hábito de suprimir el dolor de inmediato con una pastilla llena de químicos tóxicos. En vez de ello, empiece a escuchar aquello que el dolor le dice sobre su cuerpo.

      El dolor es una alarma, un mecanismo que nuestros cuerpos usan para alertarnos de un problema en el cuerpo. El dolor nos hace saber que debemos prestar atención a su causa subyacente. En realidad, el dolor puede ser el mejor amigo de nuestro cuerpo. Si nuestros cuerpos no sufrieran nunca dolor, no seríamos alertados de que algo va mal y requiere nuestra atención. El dolor nos ayuda a identificar la severidad, la localización, y el tipo de problema que experimentamos, para tratar el área adecuada en cuando nos sea posible.

      ¿Y qué pasa si, como en el caso de Rachel, su dolor hace que le resulte extremadamente difícil realizar las tareas de su vida cotidiana? El dolor persistente puede quitarnos la fuerza, agotar nuestro espíritu, ocasionar que tomemos decisiones y actuemos de forma errática e irracional, e incluso alterar nuestra personalidad de base. Como los humanos estamos asustados del dolor, es comprensible que los analgésicos sean tan ampliamente utilizados y usados a menudo. Cuando ya no tenemos dolor, podemos pensar con claridad, vivir, y trabajar mejor. El problema es que la mayoría de personas no corrigen la causa de base del dolor. Las terapias naturales son mucho más efectivas que los fármacos y no conllevan sus efectos secundarios dañinos. Los analgésicos herbales tienen una gama de efectos analgésicos más amplia que las medicinas analgésicas. Las hierbas que ayudan a lidiar con el dolor funcionan aliviando y cuidando a un nivel más profundo. Los productos herbales, como el Extracto de Semilla de Uva y muchos otros, le permiten no sólo no verse sobrepasado por las lesiones, sino también usar la información que nos aporta el dolor acerca de nuestro cuerpo para llegar a la curación.