La otra historia indispensable de narrar se refiere al espacio que hemos ocupado y usado los mexicanos; y al ser registrados aquí o allá nos deja ver cómo se ha distribuido y poblado este extenso y cambiante territorio mexicano, creador de variadas regiones y divisiones, amén de las impuestas por la misma geografía y sus climas (tropicales, áridos, semiáridos, etcétera).
Hay también otras historias que han respondido a factores políticos, económicos o sociales, algunas de ellas imaginadas para facilitarnos el análisis según nos interese, pues los límites difícilmente han sido marcados con mojoneras5 en estos cinco siglos.6
Así que para hacer comprensible este trabajo nos referiremos siempre a la extensión de México, que ha pasado por etapas territoriales indefinidas, aclarando que cada época ocupó espacios distintos y que sus fronteras no fueron como hoy las imaginamos, donde los grupos humanos se han movido a ritmos y tiempos diferentes.7
El libro se divide en cinco grandes apartados que plantean la historia de las cuentas de los humanos. Para hablar de los hechos sociales y de su cuantificación, hay que partir de que no es posible captarlos en su verdadera intensidad,8 sino "aproximadamente, con tendencias, más o menos", pero nunca exactos, ya que los humanos somos como el agua entre las manos: se escapa mucha y queda poca para saciar la sed; las restantes divisiones se debieron a los cambios importantes que la muerte ha producido en nuestros habitantes.
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1 Enrique Florescano y Elsa Malvido (comps.), Ensayos sobre la historia de las epidemias en México, t. I, IMSS, México, 1982, p. 398.[regresar]
2 José Gómez de León C., "La mortalidad en 1992. Desigualdades regionales y años de vida perdidos", Demos. Carta Demográfica sobre México, núm . 7, México, 1994, pp. 9-10.[regresar]
3 Brígida García, Desarrollo económico y absorción de mano de obra en México (1950-1980), E1 Colegio de México, México, 1988.[regresar]
4 Elsa Malvido y Miguel Ángel Cuenya (comps.), "¿Cómo y por qué se cuenta a los hombres?", Demografía histórica de México: siglos XVI-XIX, Instituto Mora/UAM, México, 1993, pp. 7-25.[regresar]
5 Véase en esta misma colección, Bernardo García Martínez, El desarrollo regional y la organización del espacio, siglos XVI al XX, UNAM-Oceano, México, 2004.[regresar]
6 Edmundo O'Gorman, Historia de las divisiones territoriales de México, Porrúa, México, 1985.[regresar]
7 Para que quede más claro, pondremos algunos ejemplos. Se han hecho divisiones culturales: Mesoamérica, Aridoamérica; socioeconómicas: con criterios de espacios rurales, urbanos, industriales; o bien, fronterizas: antes de llegar los castellanos las culturas nativas tenían sus territorios fuertemente delimitados; después de la Conquista, cambiaron las fronteras de dominadores o civilizados y dedominados o salvajes que fueron generalizados con el sustantivo de chichimecas; con los descubrimientos del siglo XVIII en la Nueva España las fronteras del reino se extendieron hasta Alaska, aunque había en su interior otras fronteras culturales como los apaches, o zona de indios de guerra, de fronteras, etcétera.[regresar]
8 Los conceptos respondieron a las necesidades de las autoridades para controlar a sus habitantes, y aunque nos parezca raro, el concepto de "población total pertenece a la historia casi moderna de los humanos, fines del siglo XVII y XVIII; anteriormente sólo algunas características se cuantificaban, por ejemplo, el número de tributarios es un concepto aplicable a la época colonial y proviene de dos vertientes: la mexica y la romana.
Para los mexicas, tributarias eran las provincias que por medio de la guerra habían sido sometidas y tenían la obligación de pagar a los dominadores comunalmente en especie, fuerza de trabajo y vasallaje cada determinado tiempo. El tributo impuesto no necesariamente tuvo que ver con lo que ahí se produjo o acostumbró hacer, sino con el castigo con que se les gravó, debido al nivel de insubordinación o resistencia. Aquí no se tomo en cuenta si eran pocos o muchos habitantes, es decir, no había tampoco una relación entre el número de individuos y el pago del tributo, por lo menos entre los mexicas en el siglo XVI.
En cuanto a la vertiente europea, ideada por los romanos, retomada por los castellanos y aplicada en Nueva España, el vasallo o tributario del rey respondió a la forma de organización social básica de la familia monogámica cristiana, ya no a la comunidad tributaria, sino a la cabeza de familia, pater familias, quien habitó en una localidad dentro de las tierras de un reino y debió pagar en especie, en trabajo o defensa militar, impuestos por el uso de la tierra, una cantidad fija por año si vivían en tierras realengas, al rey o al señor feudal, en tierras concesionadas a éste, quien remitiría una parte al rey. Fueron sujetos a este concepto los varones, quienes también significaron la fuerza combativa disponible de cada sitio, fin la América colonial, este concepto se tuvo que adaptar a la nueva realidad; fueron tributarios de los reyes de Castilla, los: "indios, hombres, mayores de 16 y hasta 60 años; con dos variantes: tributario entero" — se refirió al hombre casado que pagó impuesto por dos, cuando estaba casado—, y el "medio tributario, los solteros y viudos, los que pagaban la mitad". Cabe aclarar que según la necesidades de la corona, estos conceptos se ampliaron o restringieron, excluyendo a quienes ayudaron a la Conquista, como los tlaxcaltecas, otras veces incluyendo a las viudas como medio tributario o integrando a todos los mestizos que habían estado exentos. Amén de las variantes locales y las excepciones que se dieron en la Colonia durante 300 años. Posteriormente, cuando otra teoría económica surgió en el siglo XVIII, sustituyendo el valor de la tierra por el trabajo, y la Ilustración dominaba Europa, resultó que "poblar era gobernar", por lo que fue indispensable, ahora sí, saber cuántos habitantes tenía cada reino, creándose entonces el concepto de "población total".[regresar]
La despoblación de México
LOS HABITANTES DE ESTE CONTINENTE ANTES DE LLAMARSE AMÉRICA9
MUCHOS SIGLOS ANTES de la llegada de los castellanos, europeos y africanos en el siglo XV, el continente que más tarde la cultura occidental llamó América fue habitado por diversos grupos humanos, quienes compartieron o disputaron el territorio con la flora y la fauna que los distintos climas permitieron.
Para el siglo XVI, se habían desarrollado en distintas zonas geográficas varios grupos étnicos, con lenguas, ideologías y culturas materiales complejas que según los criterios de los antropólogos se conocen como sedentarias o altas culturas y que ocuparon Mesoamérica, mientras que las otras se han clasificado como