Viaja conmigo a Ítaca. Julio Marco Barroso. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Julio Marco Barroso
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788416994076
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atracción de nuestros hábitos arraigados.

      Piensa detenidamente en lo siguiente:

       Mientras otros analizan, yo hago

       Mientras otros se quejan, yo hago

       Mientras otros esperan que llegue el mejor momento, yo hago

       La mejor manera de ponerse en marcha es hacer

       Retrasar las cosas alimenta el miedo y hacer lo elimina

      Cuando haces cosas, pasan cosas.

      No hay ningún juego en el que puedas ganar si no juegas.

      Un truco para entrar en acción es programar y escribir las cosas. Las cosas que están programadas y escritas son las que se hacen. O sea, que ya sabes.

      No te preguntes si lo sabes o no lo sabes. La pregunta poderosa es preguntarte si lo haces o no lo haces. Eso marca la diferencia.

      El talento no es fijo; lo puedes desarrollar con la práctica, por lo que el esfuerzo no es una opción sino una exigencia biológica.

      Un sueño sin acción se puede convertir en una pesadilla.

      Pero no se trata de hacer por hacer. Hay que saber actuar (no hay nada peor que un tanto motivado; si no sabes, no toques).

      Como decía Peter Drucker: «No hay nada más inútil que hacer de modo eficiente aquello que no es necesario hacer».

      Ahora bien, tenemos dos problemas para entrar en acción (bueno, tenemos muchos más pero vamos a centrarnos en dos; los seres humanos somos máquinas de evaluar y nos quejamos de todo):

      Por un lado buscamos el sentido a las cosas y no la solución. No actuamos, lo que nos lleva a un círculo vicioso de inacción. Saber no es suficiente. Los «me gustaría», «debería», «lo intentaré»… no valen. Eso no es poder, no hay compromiso (una decisión no es un deseo). Las personas de éxito actúan y toman decisiones con rapidez. ¡Hazlo hoy! ¡¡¡El mejor momento siempre es ahora!!!

      Por otro somos grandes «Calimeros». Tendemos al victimismo. Quejarnos del viento y el oleaje no nos hace mejores navegantes pero sí hace la travesía más ingrata. La negatividad no vende. El éxito no es cuestión de inteligencia sino de actitud, de actitud positiva. Lo importante no es buscar el sentido de las cosas, lo importante no es quien lleva razón, lo importante es la solución.

      Si algo de tu vida no te gusta, no te quejes, no lloriquees… ¡¡¡Cámbialo!!! No te quejes… ¡¡¡Actúa!!!

      Pero el problema es que muchas veces el miedo tóxico nos paraliza y nos impide actuar, ponernos en acción. Ese miedo que te impide actuar es la muralla que separa lo que eres de lo que podrías ser.

      Cuando hay miedo o pereza tendemos a la «procrastinación» (otro «palabro» que está de moda y uno de los males que más veo en mis clientes). Se trata de retrasar, de diferir las tareas importantes que tenemos que hacer pero que no nos apetecen nada, por otras mucho menos importantes, pero que sí nos apetecen, lo cual nos absorbe energía pues sabemos que la tarea pendiente sigue ahí, esperando a que la resolvamos. Aplazar nuestras obligaciones, no afrontar nuestras tareas, dejar de hacer algo que realmente debemos hacer, que es importante, para hacer otras mil irrelevantes cosas que nos apetecen más, al final provoca que una cosa fácil se convierta en difícil.

      Y aplazar una cosa difícil hace que al final se convierta en imposible.

      Instantes

      Si pudiera vivir nuevamente mi vida,

      en la próxima trataría de cometer más errores…

      Haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, iría a sitios a los que nunca he ido…

      Por si no lo sabes, de eso está hecha la vida, solo de momentos; no te pierdas el ahora. No malgastes ni un minuto en criticar, en enfadarte, en envidiar…

      Disfrutaría en cada momento de lo que tengo y viajaría más ligero de equipaje…

      Si tuviera otra vez vida por delante… Pero ya ven, tengo 85 años… y sé que me estoy muriendo.

      José Luis Borges

      ¡¡Haz!!... antes de que sea tarde.

      VII. Aprendizaje transformacional

      La base del aprendizaje y del desarrollo personal está en la declaración del «no sé». Aceptar que nos queda muchísimo que aprender y des-aprender. Convertirnos en eternos aprendices. Por experiencia te digo que, cuanto más nivel tienen mis clientes, más ganas de aprender y más humildes son... y al contrario.

      «El primer paso de la ignorancia es presumir de saber».

      Baltazar Gracián

      ¿Por qué nos cuesta tanto reconocer que no sabemos?

      El problema está en que cuando decimos «no sé» mostramos en cierto sentido una carencia, algo que desconocemos, una vulnerabilidad que nos deja expuestos.

      Decir «no sé» implica dos declaraciones: una a nosotros mismos de tomar conciencia, darnos cuenta, y otra ante los demás. Las dos son básicas para el aprendizaje y requieren mucha humildad.

      También hay muchas cosas que creemos que hacemos bien, pero que no lo estamos haciendo tanto.

      ¿Has oído hablar de la ventana de Johari? La parte de arriba es lo que conocemos, lo que controlamos, nuestra zona de confort.

      Figura 1. La ventana de Johari.

      La parte de abajo es lo desconocido, la zona ciega, lo que no controlamos y nos da miedo. Ahí está el auténtico desarrollo.

      Descubrir nuestras limitaciones, darnos cuenta de lo que no sabemos, es la base de nuestro desarrollo personal, del aprendizaje y el cambio, y luego, por supuesto, hacer un plan de acción para mejorarlo.

      VIII. Aprender y des-aprender

      Cualquiera, con un buen profesor, puede aprender cualquier cosa, pero cuando hablamos de aprendizaje transformacional hablamos de nuestro ser. No de cambiar el ser, sino de llegar a alcanzar la mejor versión de nosotros mismos, nuestro Ítaca, y esto es mucho más difícil.

      «No es lo que no sabes lo que te mete en líos. Es lo que estás seguro de saber cuando realmente no es así».

      Mark Twain

      Pues en este mundo de incertidumbre y en cambio permanente, el éxito no está en repetir lo que ya conocemos, sino en desaprender y aprender. Bien, pues vamos a ver estos dos conceptos:

      ¿Cómo aprendemos?

       A través de la reflexión: es la manera más noble de aprendizaje

       A través de la imitación: es la más sencilla. Es como aprenden los animales y los niños

       A través de la experiencia: es la más amarga (imagínate un niño cuando toca un enchufe o una plancha caliente. ¿A que no vuelve a hacerlo?), pero también la más eficaz

      Si le enseñas algo teórico a alguien nunca lo aprenderá. Aprendemos haciendo.

      La repetición es la madre de toda habilidad.

      ¿Y qué crees que es más difícil: aprender o des-aprender? Evidentemente, desaprender. Imagínate que juegas al golf o al tenis y que quieres mejorar y coges un profesor, ¿qué es lo primero que suele hacer? Pues, después de preguntar si has pagado la clase, lo siguiente que te dirá es que cojas el palo o la raqueta para ver el grip que tienes y probablemente será lo primero que te cambie.

      ¿Y qué pasa entonces? Pues que no pegas una bola. Y empiezas a perder bolas y a perder partidos durante una buena temporada. Te lo