Viaja conmigo a Ítaca. Julio Marco Barroso. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Julio Marco Barroso
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788416994076
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tranquilidad.

      Un cambio, la mayoría de las veces supone un «paso a ciegas». Es como saltar al vacío sin paracaídas. Un proverbio zen dice: «Salta y la red aparecerá…» Pero hay que tener muchas narices para hacerlo. Entonces nos autojustificamos diciéndonos: «si no estoy tan mal». Hasta que llegamos a un punto denominado el «umbral máximo de dolor» que inesperadamente se vuelve nuestro aliado y entonces decidimos cambiar y saltar al abismo (y luego nos alegramos de ello).

      En Oriente al cambio lo llaman «impermanencia» y lo aceptan como una ley universal que nos recuerda el carácter transitorio de las cosas. Cuando aceptamos la impermanencia no sufrimos cuando llega el inevitable cambio.

      ¿Qué nos depara el futuro? Pues nadie lo sabe. Lo único seguro es que no tendrá nada que ver con lo que estamos viviendo y que cuando el ritmo de cambio fuera de la empresa es superior al ritmo de cambio dentro de ella, el final está cerca.

      Tras la crisis que hemos vivido, ya nada volverá a ser igual. El estilo de liderazgo tendrá que ser más abierto, cercano y colaborativo. Habrá revisiones culturales en las compañías. Ya no vale lo del «es que aquí siempre se ha hecho así». Con la globalización, las fronteras serán cada vez más líquidas y la comunicación y las redes sociales serán clave. Tendremos que dejar de buscar trabajo fijo. Los sueldos serán variables. Se trabajará por proyecto. Tendremos que aprender a vivir en la incertidumbre.

      Todo esto supone tener que «cambiar el chip»... Tenemos que sustituir el miedo por la confianza para afrontar esos cambios.

      Cuanto más conservador seas, más miedo tendrás porque el miedo está asociado a la necesidad de control y a la inseguridad, a ver el cambio como amenaza.

      Víctor Frankl decía que cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos. Lo que corroboraba Gandhi cuando decía: «Tú debes ser el cambio, que quieres ver en el mundo», es decir, que ¡¡¡todo empieza por ti!!

      Primero tienes que tomar conciencia real de quién eres para luego poder cambiar.

      Aunque tampoco sirve el cambio por el cambio. Antes de cambiar y, para estar seguro de la necesidad de hacerlo, hazte las siguientes preguntas:

       ¿Es meditado o improvisado?

       ¿Es una necesidad o es un capricho?

       ¿Es un deseo o es un deber? Es decir, ¿lo hago porque quiero o porque debo?

       ¿Proviene de ti o de otros?

       ¿Te acerca a tu ideal o te aleja de él?

       ¿Es urgente o es importante?

      Y ahora, después de haber reflexionado, si no te gusta donde estás, muévete, no eres un árbol. Necesitas actuar para ser grande.

      Atrévete a cambiar; si lo haces y no te sale bien, te quedará la experiencia. Si no lo haces, solo te quedará el remordimiento.

      No persigas lo seguro, persigue lo que amas.

      Pero empieza ya; cuando la oportunidad te llegue, a lo mejor es demasiado tarde para empezar a prepararte. El mejor momento para empezar siempre es ahora.

      (La única persona que no he conseguido cambiar en mi vida ha sido a mi madre, que me dice que yo, con mis tonterías esas del «cofiching» que hago, cómo pretendo que cambie con 80 años. Pero es que una madre es una madre…) ¿A que me entiendes?

      XiI. Las empresas de alto rendimiento. Las 3 Cs

      Figura 2. Modelo de las 3 Cs.

      Muchas escuelas de management americanas utilizan el modelo de las 3 Cs para definir las características y los requisitos que deben cumplir las empresas de alto rendimiento. Vamos a analizar los tres vectores que vemos en el gráfico de arriba:

      1 La C de la parte superior, es lo que denominamos «Conceptos», como la visión, la misión, el plan de negocio, los productos...

      2 La segunda C, la de la parte inferior a la izquierda, es lo que denominamos «Capacidades» o «Competencias» profesionales o técnicas del equipo humano

      3 Y, por último, tenemos la tercera C, la del «Comportamiento», sin la cual, por muy buenas y desarrolladas que estén las dos anteriores, la empresa no funcionará. Esta C es la que trabaja el coaching

      ¿De qué nos vale tener productos muy buenos, una visión clara y definida y personal técnicamente muy preparado, si luego nos fallan los siguientes conceptos que son los que integran la tercera C?

       Compromiso

       Confianza

       Colaboración

       Comunicación eficaz

       Control emocional

       Cerebro: desarrollo y control

       Coordinación

       Corazón: pasión por el trabajo que haces

       Conocimiento interior (auto-conocimiento)

       Visión Compartida

      ¿De qué te vale tener gente muy bien preparada, si no están comprometidos con la empresa, si no colaboran, si no hay confianza, si existe una mala comunicación, si no se saben relacionar ni controlar sus emociones?

      La C de las «Capacidades» es la de la información pero la C del coaching es la de la sabiduría pues aquí hablamos de cambios de actitud y de comportamientos y eso, como veremos a lo largo del libro, es lo más difícil de conseguir. (Has visto que he dicho: difícil de conseguir, no imposible, ya que los comportamientos y las actitudes no son inmutables).

      XIII. Del conocimiento a la sabiduria

      Pueden parecer palabras similares, pero no lo son en absoluto.

      Hay gente que tiene mucha información pero que no sabe nada.

      ¿Por qué digo esto? Porque el conocimiento es saber lo que hay que hacer, es saberse la teoría… pero la sabiduría es hacerlo.

      En realidad, la sabiduría es el uso correcto del conocimiento. Es saber utilizarlo. Por ejemplo, el tabaco. Tenemos información y conocimiento de que es perjudicial para la salud, pero nos falta la sabiduría para dejar de fumar.

      La sabiduría no viene del exterior, sino que proviene del interior.

      Por eso dicen que los niños son sabios pero que van cambiando sabiduría por conocimiento.

      Hemos alumbrado una sociedad basada totalmente en la información y el conocimiento, pero eso es muy peligroso si no se saben utilizar bien, porque mientras que la sabiduría siempre es buena, el conocimiento puede ser beneficioso o maligno.

      Te voy a contar una historia con la que lo verás más claro:

      Dos discípulos van a su maestro con la siguiente pregunta:

       –Querido maestro, ¿qué diferencia el conocimiento de la sabiduría?

       –Mañana cada uno deberá meter veinte alubias en cada uno de sus zapatos y luego subir a lo más alto del monte que hay junto a la aldea –contestó él.

       Al día siguiente empezaron a subir y, a medio camino, el que se quejaba constantemente y andaba súper dolorido, preguntó al otro:

       –¿Cómo has conseguido llevar la tarea que nos encomendó el maestro con alegría, mientras que para mí ha sido una tortura?

       –Mi honorable compañero, anoche cocí las veinte alubias antes de meterlas en los zapatos.

      La sabiduría es saber qué hacer con la información que posees.

      XIv.