El resultado del hecho, descripto anteriormente, traería una escalada de violencia en este “conflicto”, el cual continúa en curva ascendente aún en la actualidad, pese a haber pasado casi tres lustros. Inmediatamente ocurrido los ataques del 11 de septiembre, el presidente estadounidense, George W. Bush Jr., puso en práctica la “Patriot Act”50, mediante la cual le declaraba la “Guerra contra el Terrorismo”. La consecuencia fue la invasión de Irak en 2003, que tal cual la define Esteban Darío Barral, en su libro “Percepción de los Conflictos Armados Actuales”51, sería la consecuencia de la invasión de 1991, llamada como la “Primera Guerra del Golfo”, y que fuera una de las guerras más largas y controvertidas de los últimos tiempos.
Como consecuencia de la intervención de los EE.UU., y con la rápida caída del régimen de Saddam Hussein y su ejército, surgen grupos de “resistencia”, adeptos a Usama Bin Laden y Al Qaida, que empleaban técnicas y tácticas terroristas en su accionar. El líder de esta resistencia fue el Jordano Abu Mussab Al Zarqawi, que fuera abatido en 2006 por un bombardeo de aeronaves americanas en su búnquer. Al principio denominada como “Al Qaida en Irak”, o “Al Qaida en el país de los dos ríos” (en referencia a los ríos Tigris y Eufrates de la Mesopotamia), y que, con la muerte de su líder, y el paso de los años, derivaron en lo que hoy conocemos como el Estado Islámico, I.S.I.S. o I.S.I.L., o su sigla en árabe D.A.E.S.H. 52
Si bien podemos referirnos a esta “guerra”, como un conflicto de proporciones asimétricas, con combates convencionales, pero que finalmente adoptó la forma de terrorismo. Y acá podemos hablar de un nuevo cambio de modelo, en lo que respecta a la propaganda del terror. Estos “mujahidin”53, que al menos contaban con la simpatía de gran parte de la opinión pública internacional, donde se los veía como un pequeño grupo de resistencia contra un “gigante militar” como las fuerzas armadas norteamericanas. Pero debido a una mala campaña propagandística, esta situación varió. Y como era de esperarse, los televidentes occidentales verían el máximo esplendor de la violencia, cuando el propio Al Zarqawi, tomó un cuchillo y degolló de una manera terrible a un ciudadano estadounidense, Nicholas Evan “Nick” Berg, el 7 de mayo de 2004, y que fuera difundido mediante un video, el día 12 de ese mes y año, y que fuera emitido por las principales cadenas televisivas mundiales, como el caso de C.N.N., Fox News y B.B.C., entre otras. Cabe aclarar que este tipo de actos, como los degollamientos o decapitaciones, no son una invención del ISIS, dado que en la antigüedad era un método muy utilizado. Pero ya en el siglo pasado, en la década de los 90’s, los carteles del narcotráfico en México, utilizaban estas técnicas, cuando aún no existía ni el ISIS, ni ninguna organización terrorista islamista de las que emplean estas técnicas.
El corresponsal Patrick Cockburn, en su libro “ISIS, el retorno de la yihad”54, describe de manera perfecta los hechos relatados a continuación. Luego de la muerte de Al Zarqawi, las actividades de su organización en Irak, continuaron. Pero las diferencias ideológicas con Al Qaida, la cual se debilitó aún más luego de la muerte de su líder, Usama Bin Laden, el 2 de mayo de 2011, en la ciudad de Abbottabad en Pakistán, trajeron como consecuencia la separación de ambos grupos. Luego de varias sucesiones, surge un nuevo líder llamado Ibrahim Awwad Ibrahim Ali al Badrí al Samarraí. Oriundo de la ciudad de Samarra en Irak, desafiaría abiertamente la figura del nuevo líder de Al Qaida, el egipcio Ayman Al Zawahiri, para finalmente, en el 2013, se va a autoproclamar “Califa”55. Así surge el Estado Islámico de Irak y el Levante (sigla en inglés I.S.I.L.) o Estado Islámico de Irak y Siria (I.S.I.S. en inglés), o también llamado D.A.E.S.H. o D.A.I.SH. (Sigla que surge de su nombre en idioma árabe “Al Dawah al Islamiyah fi Al Irak wa Al Sham). Este personaje va a hacer su primera aparición pública el 29 de Junio de 2014, adoptando el nombre de Abu Baker al Bagdadi. Tanto el título de califa como su nombre tienen una alta significancia y simbolismo para los musulmanes. La palabra califa es un vocablo árabe y significa “el que guía”. Esta figura fue creada a la muerte del profeta, ya que había que elegir alguien que guiara al pueblo. Ante la imposibilidad de que fuera otro profeta, dado que Muhammad era el “sello de los profetas”, hubo que crear un nuevo tipo de liderazgo. Y esto representa un gran simbolismo para los musulmanes, ya que el último califato, el otomano, desapareció hace casi 100 años. Con lo cual este “resurgir” es una imagen muy fuerte, simbólicamente hablando. Con relación al nombre adoptado por el “nuevo guía”, es Abu Bker, y tiene también un simbolismo de grandes dimensiones, ya que, a la muerte del profeta, el primer califa fue el suegro de Muhammad llamado Abu Bker Al Siddiq. Y finaliza el nombre adoptado, con Al Bagdadi, haciendo referencia a la ciudad de Bagadad, y esto no es casual, ya que el Califato Abbasí tuvo su sede en esa ciudad, y es el que más se extendió en el tiempo.
Con lo cual y resumiendo, es importante entender esta simbología adoptada, ya que hace referencia a la figura política del Califa, toma el nombre de uno de los principales Califas de la historia, y menciona a la ciudad que fuera sede el Califato más largo en años. Con lo cual nada es casual. Es una estrategia que persigue que los musulmanes, sunnies, lo sigan. Y analizando la ocurrencia de los hechos, no le ha ido tan mal, ya que ha tenido gran cantidad de seguidores, muchos de ellos llegados de Europa, y varias organizaciones terroristas de distintas partes del mundo le han jurado lealtad, como por ejemplo el caso de Boko Haram en Nigeria.
En este momento, y haciendo un paréntesis, no podemos dejar de lado el nuevo modelo propagandístico de las organizaciones terroristas islamistas, de las cuales el Estado Islámico ha sido el revolucionario en esta materia. Uno simplemente lo nota al comparar los videos de las primeras decapitaciones, de la época de Al Zarqawi, con las nuevas “producciones”, tipo cinematográficas “hollywoodenses”, que se utilizan para las ejecuciones. No solo se utilizan decapitaciones, sino también crucifixiones, ahogamientos, fusilamientos y ejecuciones consistentes en quemar a sus prisioneros con combustibles. Todos ellos filmados con high definition, y subidos a las redes sociales como modelo para reclutamiento (en caso de los que se unen a sus filas y los cuales ya se encuentran radicalizados), como para mensaje de “escarmiento” para quienes los combaten, o simplemente no les apoyan. El otro detalle propagandístico es la producción de publicaciones tipo magazine o revista, como la que edita y publica Al Qaida, llamada “Inspire”, o la del Estado Islámico, que en un principio se llamó Dabiq (Ciudad situada en Siria,emblemática para los yihadistas56y donde sostienen que se llevará a cabo la batalla final entre musulmanes e infieles) y que cambiara su nombre hace unos pocos meses por el de Rumiyah (Roma en idioma árabe). Estas publicaciones sirven “bajada de línea” para sus adeptos, también como medio de instrucción (en algunos números se enseña a apuñalar y a fabricar explosivos caseros, entre otras técnicas) o como medio de radicalización.
Continuando con el desarrollo de los cambios de modelos, a lo largo del tiempo, podemos decir, que debido a la inminente derrota en el campo militar, por parte del ISIS, su líder