I.2. El Terrorismo del Siglo XXI. La yihad global
Desde los ataques a las Torres Gemelas en E.E.U.U., el terrorismo del Siglo XXI es considerado como una lucha de importancia global, siendo de específica injerencia en la agenda de seguridad en Sistema Internacional, puesto que este fenómeno caracterizado en la actualidad como un fenómeno creciente, amenaza la Seguridad Internacional.15 Es por ello, que el mencionado país, en la agenda de dicha Seguridad, es considerado un actor muy importante, puesto que ha generado medidas a los fines de combatir el terrorismo, a escala individual o cooperativa16 y donde dichas medidas, de direccionan hacia la seguridad de la población civil teniendo en cuenta los valores democráticos constitucionalmente instituidos en cada uno de los Estados que luchan contra el terrorismo, ya sea como se expresó, de manera individual o en cooperación con otros países17. Y tal como se observa en los acontecimientos desarrollados en los últimos años, E.E.U.U., cuando decide intervenir internacionalmente en Irak y Afganistán, lleva adelante una campaña en base a un discurso dirigido a preservar los valores democráticos globales, luchando por el poder político de esos países considerados como Estado débiles.18
En base a lo expresado, se puede mencionar que durante los dos periodos presidenciales de George W. Bush, se realizó un despliegue estratégico de las capacidades militares de su país, a los fines de neutralizar directamente al enemigo, pero no se tuvo en cuenta la prolongación de la acción militar en esos dos países, no pudiendo terminar con el terrorismo, ni propagar los valores democráticos.19 Y al asumir Obama a la presidencia, se observa que la estrategia para combatir el terrorismo de manera global, no varía mucho entre ambas gestiones, prolongando una guerra que tuvo consecuencias en el continente europeo.20 De esta manera, Europa intenta generar nuevas estrategias para luchar contra los grupos terroristas yihadistas, intentando proteger a la población en la que se ha generado un rechazo social causado por la “islamofobia”.
Se observa en el Siglo XXI, que Francia, ha sido el epicentro mediático de acciones terroristas que captaron la atención global al alcance de la amenaza del EI, con los ataques perpetrados en Paris y en Niza, lo cual “(…) no han hecho sino ratificar para el mismo gobierno de Hollande un momento conflictivo, entre el Estado francés y el terrorismo yihadista que se expande desde su epicentro en el Medio Oriente hasta Europa21.
Si bien estos casos, llevan a la interpretación de la presencia de un espacio conflictivo en la lucha contra el terrorismo yihadista desde Europa occidental y parte de Medio Oriente, en Latinoamérica y específicamente en Colombia se afronta un reto de iguales proporciones por el tipo de organizaciones que se presentan en su territorio. Este país, se enfrenta a un nuevo reto de seguridad en un contexto de pos conflicto, siendo este la expansión de grupos armados organizados que poseen un carácter narcoterrorista22, donde las FARC no son ya la primera amenaza, sino la cantidad de actores que utilizan al terrorismo para beneficios económicos de carácter ilegal23.
Ante lo expuesto, en el contexto desarrollado, se pueden determinar al analizar el papel de las fuerzas de Seguridad en la lucha contra el terrorismo en el siglo XXI, aspectos tales como la amenaza global del terrorismo yihadista por parte del EI en Francia y Turquía, sobre la cual se espera una respuesta conjunta. Y si se toma en cuenta los desafíos que enfrenta Colombia, se debe tener en cuenta que las características de los grupos terroristas a los cuales se combate, no son iguales a los del terrorismo yihadista, debiendo ser diferente el despliegue estratégico de las fuerzas y cuerpos de seguridad en cada lucha dependiendo el tipo del actor terrorista que representa una amenaza para la seguridad del Estado y la población24.
Es así, que al Terrorismo del Siglo XXI, se lo puede caracterizar como un Terrorismo internacional, ya que la lucha se presenta fuera de las fronteras de un Estado, y de esta manera, se hace referencia directa a la globalización del terrorismo. Pero en este aspecto, es necesario, hacer una diferencia entre terrorismo trasnacional y terrorismo internacional.
Terrorismo transnacional es aquel que traspasa fronteras de un Estado a otro, porque quienes lo ejecutan mantienen estructuras organizativas o desarrollan actividades violentas en más de un país, incluyendo por lo común territorios sobre los cuales no tienen jurisdicción alguna las autoridades a que dirigen en última instancia sus demandas. Ello significa que estos actos, involucran a más de un país y con frecuencia a individuos de dos o más nacionalidades, tanto por lo que se refiere a los terroristas como a sus víctimas. Actualmente sería muy difícil constatar la existencia de alguna organización implicada sistemáticamente en la práctica del terrorismo que no haya transnacionalizado en mayor o menor medida sus actividades, ya sea con la finalidad de movilizar los recursos necesarios para el mantenimiento de estructuras clandestinas o con el propósito de planificar y ejecutar atentados. Es más, la mayoría de los incidentes terroristas registrados durante los últimos años en todo el mundo están relacionados con objetivos políticos que afectan directamente a dos o muy pocas más jurisdicciones estatales y tienen connotaciones transnacionales pero no adquieren un alcance propiamente internacional. Son expresiones de un terrorismo transnacionalizado pero no de un terrorismo internacional.
Por su parte, el terrorismo internacional, se basa en dos fenómenos, uno relacionado con los objetivos que se persigue mediante la práctica del terrorismo y otro referido a la extensión efectiva de las estructuras organizativas o redes que desarrollan esa violencia.
Terrorismo internacional es, en primer lugar, el que se practica con la deliberada intención de afectar la estructura y distribución del poder en regiones enteras del planeta o incluso a escala misma de la sociedad mundial. En segundo término, aquel cuyos actores individuales y colectivos hayan extendido sus actividades por un significativo número de países o áreas geopolíticas, en consonancia con el alcance de los propósitos declarados. Sin esta última premisa, la anteriormente indicada sería condición necesaria pero no suficiente para delimitar el fenómeno25.
I.3. Guerra al terrorismo.
Guerra de 4º Generación
Los movimientos terroristas se articulan en torno a pueblos desesperados a los que no queda más remedio que recurrir a una terrible violencia para hacerse escuchar26. Según esta postura, la miseria, la pobreza y la opresión son la causa verdadera del terrorismo, el cual tiene su origen histórico en la interrelación de diferentes factores, tales como el sentimiento de hiperlegitimidad derivado de un pensamiento totalitario, donde la violencia es considerada un instrumento para alcanzar fines muchas veces amorales. Ello, lleva a determinar que históricamente el terrorismo, está ligado a tres formas de pensamiento, el Nacionalismo, el Socialismo y el Islamismo, que consideran a la violencia como una manera o un método utilizado a los fines de generar expansión.
Sin embargo, en base a lo expuesto, se puede afirmar que el terrorismo no es consecuencia de la mencionada miseria u opresión, sino fruto de mentalidades que legitiman la violencia como una manera de aterrorizar a quien no tiene esos mismos pensamientos, al que se combate de manera ilegal y no convencional, como en el caso del integrismo islámico
Por regla general, los dirigentes pertenecen a las élites nacionales y no a los estratos populares, siendo su forma de vida, acomodada materialmente, siendo su mensaje ejecutado, sobre todo, por gente de clases medias o altas que ambicionan cambiar el sistema para adaptarlo a su propia utopía.
De hecho, ni Osama ben Laden ni los dirigentes terroristas de Al Qaeda conocidos hasta la fecha proceden de la miseria sino de segmentos bien acomodados. Esta circunstancia explica el planteamiento estratégico global de Al Qaeda y del terrorismo islamista, donde se observa un planteamiento que persigue expulsar a Occidente, cuya escala de valores es indeseable, de la cercanía de los países islámicos, y apoderarse de una serie de lugares que se consideran territorio de una legítima expansión islámica.
Entre esos territorios se hallan, por supuesto, Gaza y