El Perú Ilustrado. Semanario para las familias. Emma Patricia Victorio Cánovas. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Emma Patricia Victorio Cánovas
Издательство: Bookwire
Серия: Estudios y ensayos
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786123182533
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matrimonio con su viuda, Rosaura Victoria Fournier (1859-1926)36 y, además, asumió el negocio, tal como se deduce del anuncio publicitario de su imprenta, en el que se lee “establecidos desde 1870” (gráfico N° 2.2). Como se ha mencionado, él llegó en 1878, por lo que probablemente se refiriese al establecimiento de Adams.

      Gráfico N° 2.2 Aviso publicitario: Peter Bacigalupi. Imprenta y Litografía. Establecidos desde 1870

      Fuente: El Perú Ilustrado (1892) N° 252, p. 8497

      Bacigalupi fue un próspero comerciante; también era fotógrafo y litógrafo, entre muchas otras ocupaciones. Su negocio, ubicado en la calle Espaderos 196-237, era un taller de imprenta (gráfico N° 2.3), de litografía y de fotografía que contaba con los implementos más modernos de la época. En 1887 fundó en sus instalaciones el semanario El Perú Ilustrado, que, a decir de los investigadores, jugó, hasta su último número en 1892, un papel muy importante en el aspecto cultural, literario y artístico de la nación peruana, al convertirse en la principal fuente de información gráfica (Peña Herrera, 1988, p. 244).

      Gráfico N° 2.3 Almacén de Bacigalupi & Co.

      Fuente: El Perú Ilustrado (1888) N° 55, p. 36

      Su retrato, una litografía firmada por W. I. Taylor (gráfico N° 2.1), aparece recién en el número 33 de El Perú Ilustrado, y da inicio al segundo año de la publicación del semanario. En la sección “Nuestros grabados” hay una nota que da cuenta sobre quién es él y las razones por las que se ha incluido su imagen en esta entrega:

      Creemos haber acertado al ocupar la primera página con el retrato de PETER BACIGALUPI, digno editor propietario de “El Perú Ilustrado”. Joven, (apenas 33 años), activo é [sic] inteligente; es fiel representación del TRABAJO, de lo que pueden los esfuerzos del hombre, cuando á [sic] la constancia que no retrocede ante nada, une esa actividad y ese tino en la elección de medios, siempre dignos y siempre nuevos.

      Bacigalupi es hijo de la gran República de esa Nación cuyo adelante puede calificarse de monstruoso y de cuyos hijos todos basta decir que son americanos; pero es peruano por los lazos que le unen al país; peruano, por los sentimientos que abriga en pro del delante de esta bella rejión [sic] del nuevo mundo; y peruano porque da en sus talleres preferente ocupación á [sic] los hijos del país, que hoy en número de más de cincuenta, tienen labor honrosa, constante y bien retribuida.

      El que, para nosotros es ejemplo de la constancia y de la voluntad; él, que no ha desesperado cuando ha visto destruido por el fuego, en breves horas, el fruto de largos años de trabajo incesante; sírvenos para manifestar el vehemente y sincero afán con que deseamos llenar nuestra labor y hacernos dignos de ella.

      La biografía de Peter Bacigalupi, podemos resumirla en brevísimas palabras: trabajo, honradez y nobles sentimientos. El resultado de sus esfuerzos está á [sic] la vista; la justicia de nuestras apreciaciones puede aquilatarla todo Lima que es amigo de Peter (El Perú Ilustrado, 1888, N° 33, p. 3).

      El penúltimo párrafo de la cita se refiere, al mismo tiempo, al incendio que destruyó el almacén de Bacigalupi, situado en la esquina de La Merced, ocurrido el 13 de enero de 1884. Este fatídico incidente no intimidó al empresario37. Su retrato caricaturizado apareció algunas otras veces en actividades relacionadas con su quehacer como editor (gráfico N° 2.4), algo que ilustra su bonhomía y su compromiso.

      Gráfico N° 2.4 ¡No hay más papel!

      Fuente: El Perú Ilustrado (1887) N° 8, p. 12

      En su negocio se ofrecía todo tipo de artículos: útiles de escritorio, diversos modelos de lámparas de petróleo (gráfico N° 2.5), artículos de fotografía38 y de imprenta. Bacigalupi y Cía. fue la única representante en el Perú y Bolivia de las máquinas de coser Davis (gráfico N° 2.6) y de las máquinas fotográficas Kodak instantáneas (gráfico N° 2.7), representó a la firma J. F. W. Dorman, fabricantes de prensas para imprimir y, tal como se presenta en una nota de El Perú Ilustrado, llegó a ser agente de la Peruvian Telephone Company, importando instrumentos legítimos de Bell39 (gráfico N° 2.8).

      Gráfico N° 2.5 Aviso publicitario: La célebre lámpara “Rochester”

      Fuente: El Perú Ilustrado (1887) N° 1, p. 3

      Gráfico N° 2.6 Aviso publicitario: Máquinas de coser “Davis”. Peter Bacigalupi & Co. Agentes generales en Perú y Bolivia de las máquinas de coser Davis

      Fuente: El Perú Ilustrado (1887) N° 1, p. 11

      Gráfico N° 2.7 Aviso publicitario: Máquinas fotográficas instantáneas Kodak

      Fuente: El Perú Ilustrado (1892) N° 266, p. 209

      Gráfico N° 2.8 Aviso publicitario: Teléfono a baterías, distribuido por Peter Bacigalupi y Co.

      Fuente: El Perú Ilustrado (1888) N° 71, p. 309

      Aunque Bacigalupi era un hombre rico, la publicación del semanario significó un gran esfuerzo económico para él, en tanto que no llegó a convertirse en un negocio rentable, como se deduce de la siguiente nota:

      A pesar de los fuertes gastos que nos demanda el sostenimiento de EL PERÚ ILUSTRADO, haciendo un nuevo esfuerzo hemos pedido à [sic] Europa, expresamente para el semanario, la gran maquina litográfica de que damos una vista al costado la cual nos permitirá mejorar y hacer más rápida la impresión (El Perú Ilustrado, 1888, N° 59, p. 106).

      El empresario sorteó con éxito las dificultades, constantemente adquirió maquinaria nueva para imprimir el semanario40, incrementó sus páginas y, en especial, el número de litografías. Asimismo, abrió agencias en muchas ciudades del interior del país y logró que el semanario se difunda fuera de las fronteras del Perú.

      En 1893, Bacigalupi viajó a Chicago para visitar la Exposición Mundial Colombina —World’s Columbian Exposition—, realizada para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento de América. Este acontecimiento sin duda le dio un nuevo giro a su vida. Allí tuvo oportunidad de conocer a Leon Forrest Douglass41, inventor y cofundador de la Victor Talking Machine Company, y, dado que la exposición era también una gran feria, le compró gramófonos para distribuirlos en el Perú, como un producto más para ofrecer en su almacén. Del mismo modo, entró en contacto con Thomas Alva Edison sin mucho éxito en un principio; sin embargo, en poco tiempo llegó a ser distribuidor de sus productos gracias a su visión para los negocios.

      Fue ese mismo año, 1893, cuando Peter Bacigalupi decidió dejar el Perú y regresar a su país para residir en San Francisco. Gracias a su fortuna, fundó una casa mayorista y dos sucursales y se convirtió en el distribuidor más famoso de fonógrafos Edison, aunque también vendía otros dispositivos de entretenimiento de varias marcas.

      La ruina de Peter Bacigalupi se produjo a consecuencia del terremoto de San Francisco, ocurrido el 18 y el 20 de abril de 1906, y el posterior incendio que destruyó la ciudad. El testimonio sobre su pérdida fue publicado en julio de ese mismo año en el Edison Phonograph Monthly42. La casa mayorista, ubicada en una calle principal, tenía cinco pisos y un sótano. El empresario señala que tanto este local como las sucursales se encontraban llenas de mercadería y que sobrevivieron al terremoto; sin embargo, fueron consumidas por las llamas del voraz incendio que dejó en cenizas la ciudad y que afortunadamente no afectó su residencia familiar.