El Perú Ilustrado. Semanario para las familias. Emma Patricia Victorio Cánovas. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Emma Patricia Victorio Cánovas
Издательство: Bookwire
Серия: Estudios y ensayos
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786123182533
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del Pacífico fueron condiciones adversas para la colonia italiana. Está documentada la participación de muchos italianos en esta guerra; ellos se hermanaron con los peruanos en contra del enemigo que buscaba apropiarse de las riquezas del país. Ante la inminente llegada de las tropas chilenas a Lima, permanecieron en la ciudad y la defendieron como bomberos voluntarios en las compañías Roma N° 2 e Italia N° 5 en el Callao, y Garibaldi N° 6 en Chorrillos, todas ellas fundadas por italianos. Luego de la guerra el flujo migratorio se niveló; los inmigrantes que llegaban eran, en su mayoría, parientes de los que ya estaban establecidos en el país.

      El italiano era muy trabajador y llegó a estas tierras a forjarse un porvenir, llamado por un familiar o por un paisano, y no se dedicó a la agricultura sino al comercio y la pequeña empresa. Podía comenzar a trabajar como ayudante en una tienda o abrir un pequeño negocio y luego, con el producto de sus ahorros, formaba uno mayor o adquiría un fundo27, dejando el anterior a un familiar recién llegado o vendiéndoselo a un paisano que se iniciaba. Se desarrolló un proceso de cadenas migratorias de tipo familiar, y una movilidad ocupacional como rasgo característico de este grupo que generó un rápido ascenso económico ya desde la década de 1860.

      Bonfiglio (1994, p. 74) menciona que los más ricos comerciantes italianos en el Perú en las primeras décadas del siglo xix estaban relacionados con el comercio marítimo, como tradicionalmente lo habían hecho desde el siglo xvi; luego incursionaron en actividades financieras y en la agricultura a gran escala. Paralelamente, se produjo una interacción dirigida a explorar otros sectores económicos y se asociaron con la élite empresarial de Lima, que estaba cerca del gobierno. Hay que mencionar que, aunque la mayoría de italianos se dedicó a los negocios, algunos destacaron en otras actividades como medicina, filosofía, música y artes plásticas. Entre los artistas se encuentran escultores, grabadores, arquitectos, etcétera. En la década de 1880 se crearon numerosas instituciones italianas, como la Beneficencia Italiana, el Hospital Italiano, el colegio Santa Margherita, el Banco Italiano y compañías de bomberos, para el apoyo de los compatriotas.

      Por esos años el Gobierno peruano había iniciado una política de inmigración, especialmente de europeos28, para contribuir a la modernización y el desarrollo del país. Fomentó la inmigración laboral a la costa para desarrollar la agricultura, y también desarrolló un programa de colonización a la selva con la idea de “mejorar la raza”, pero no obtuvo los resultados que se propuso, pues fueron muy pocos los que se aventuraron a realizar el viaje a un territorio casi inexplorado, debido a las dificultades que planteaba el mismo y a la falta de apoyo del propio Gobierno.

      2.2 El nacionalismo y la unificación italiana: Il Risorgimento

      Europa en el siglo xix, y como consecuencia de la Revolución francesa (1789), se caracterizó por la aparición de dos nuevos movimientos ideológicos y culturales que marcaron el quehacer político. Por un lado está el liberalismo, anunciado por la Revolución francesa, que defendía las libertades del individuo, y por el otro, el nacionalismo, entendido como la dimensión colectiva del individualismo proclamado por el primero. Mientras que el liberalismo provocó el nacimiento de un modelo económico nuevo que condujo al “colonialismo” y al “imperialismo”, el nacionalismo alteró las fronteras tanto europeas como americanas.

      El desarrollo del nacionalismo fue paralelo al de la Revolución Industrial y alcanzó su pleno significado a lo largo del siglo xix. La Revolución Industrial favoreció el desarrollo económico nacional y el fortalecimiento de la clase burguesa, protagonista de ambos procesos. Un tercer elemento importante en el surgimiento del nacionalismo fue el romanticismo, una de cuyas fuentes de inspiración fue la propia historia nacional, y que generó una literatura que expresaba la tradición y el espíritu común de cada pueblo. En este periodo, y por influencia tanto del romanticismo como del nacionalismo, se crearon las efemérides conmemorativas de los acontecimientos históricos propios y se enaltecieron los símbolos patrios; en este mismo contexto se originó Il Risorgimento29.

      Il Risorgimento fue un proceso que se desarrolló entre 1830 y 1870 y que llevó a la unificación de los diferentes Estados en los que estaba dividida Italia 30. La península italiana contaba con un pasado cultural glorioso, compartía un idioma y una identidad, pero carecía de unidad política porque había sido fragmentada a consecuencia del derrumbamiento del imperio napoleónico y de la formación del Congreso de Viena31 de 1815, en virtud del cual las potencias vencedoras de Napoleón se propusieron dos metas: restaurar el orden político en Europa sobre la idea de un equilibrio de poderes y remodelar el mapa político de acuerdo con los derechos dinásticos de los soberanos. Realizar la unificación significaba unir desde el interior los países y Estados que formaban Italia y expulsar a los austriacos. Luego de los fallidos intentos de 1831 y 1848, los italianos tomaron conciencia de que, para alcanzar su objetivo, era necesario unir esfuerzos bajo la bandera del rey del Piamonte-Cerdeña Vittorio Emanuele II 32, el ministro Cavour y el revolucionario Garibaldi, así como pedir apoyo militar a Francia en contra de la ocupación. Cavour, fundador del periódico Il Risorgimento, que dio nombre al movimiento, fue su principal artífice y en marzo de 1861 hizo proclamar rey de Italia a Vittorio Emanuele II. La unificación concluyó con la conquista de Venecia en 1866 y la solución del problema de los Estados Pontificios en Roma.

      Este movimiento también estuvo asociado a ciertas manifestaciones culturales y artísticas. El pueblo italiano adoptó el coro de los judíos cautivos Va, pensiero, sull’ali dorate de la ópera Nabucco de Verdi, y la entonaba frente a los soldados austriacos, convirtiéndola en un himno de la resistencia; asimismo, escribían en las calles “Viva Verdi”, cuyas letras aludían a “Vittorio Emanuele, rey de Italia”. Algunos migrantes italianos de mediados del siglo xix se ubican en este contexto ideológico, intelectuales y estudiantes, tanto republicanos y liberales como monárquicos, comprometidos con las luchas políticas de Il Risorgimento. Así, por ejemplo, en octubre de 1851 Giuseppe Garibaldi 33, por entonces guerrillero italiano, visitó el Perú y preparó unos bonos para el empréstito Mazzini, a fin de conseguir fondos para la campaña por la unificación de Italia.

      En 1861, el Perú fue el primer Estado americano en reconocer al Estado italiano. La unificación italiana culminó con la toma de Roma en 1870. “Con ello los patriotas italianos vieron culminado un anhelo histórico: Roma ciudad capital, símbolo de la unidad nacional y de la recuperación de la grandeza de Italia en el concierto internacional” (Bonfiglio, 1994, p. 127). Dado que la unificación se consiguió combatiendo contra el papa, el acontecimiento se convirtió en símbolo del anticlericalismo para liberales y masones, a la vez que fue motivo de orgullo para los inmigrantes italianos, ya que, al recuperar la grandeza de su patria, dejaban de ser europeos de segunda categoría. El sector conservador, especialmente la Iglesia católica, se opuso duramente mediante la crítica en los púlpitos y las plazas públicas en ciudades como Lima y Arequipa. “Como consecuencia de este ambiente clerical y antiliberal, Berninsone señala que la cultura italiana era puesta de lado y no era conocida en el ambiente académico local. Por último, señala que los italianos eran tolerados, pero nunca bien aceptados” (Bonfiglio, 1994, p. 131).

      Después de la unificación y debido a la crisis económica ocasionada por la situación política de Italia, continuó la migración hacia el Perú hasta la década de 1880; luego se contrajo. Los italianos engrosaron las capas medias y altas de la sociedad peruana sumándose a la elite intelectual que contribuyó activamente con su opinión, dinero y participación directa en los acontecimientos históricos del país.

      2.3 Peter Bacigalupi, promotor de la litografía y su proyecto editorial

      De origen italoestadounidense, Peter Bacigalupi34 (gráfico N° 2.1) nació en Nueva York el 6 de enero de 1855. Siendo aun niño, su familia se trasladó a California, vivió en San Francisco y en Oakland. A los 22 años contrajo matrimonio con Sarah Idalia “Ida” Lussier35, el 1 de noviembre de 1877, en Alameda County. Al poco tiempo, por desavenencias con su suegra, zarpó hacia América del Sur y llegó al Callao en 1878.

      Gráfico N° 2.1 Retrato de Peter Bacigalupi. Autor: William I. Taylor

      Fuente: El Perú Ilustrado (1888) N° 53, p. 1

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