ámate vos – por primero
Alguien vendrá
y lo hará
pero nunca mejor que vos
Decisiones
Decisiones desacertadas
inseguridades
mil y un temores: al fracaso, a la dependencia
a no sentirse querida, a no ser suficiente
Cada error le dejaba un gusto agrio en la boca,
un sentimiento de desazón
Se hundía y no tenía a qué aferrarse para no seguir cayendo
Sus virtudes estaban opacadas, eclipsadas
solo tenía un corazón deshidratado y un alma resquebrajada
Lo que solía ser…
no estaba, se había ido perdiendo
mientras daba todo de sí a otros
Y no fue capaz de darse cuenta, de frenar eso,
para no perder hasta la última gota de cordura
Finalmente cayó
hondo
en ese vacío
Sin saber exactamente cómo proceder
dejándose arrastrar por el desasosiego
entrando en un desagradable estado de autocompasión
Comenzó de a poco, dándole lugar a pensamientos de otra índole
Empujando todas esas sombras que le habían drenado sus fuerzas
Volviendo a la luz
No sin antes dar batalla
con alma
y cuerpo
a esos demonios que la querían corromper
Y así, paso a paso, fue quitándose capas de piel envejecida y marchita
Se fue despojando, hasta extirpar de su ser todo el peso de cada uno de sus errores
Volvía a ser ella
esta vez una versión mejorada y enriquecida
Volvía a estar cerca de la luz
Ya no le temía a lo que viniera porque sabía que
estaba en ella superar cada obstáculo que se le presentara
Amó cada una de sus marcas
marcas que quedaron después de una guerra colosal
signo de que no fue vencida
Aprendió que cada error, cada mala decisión
no fueron sólo eso… sino un conjunto que, como resultado,
la hacen ser la mujer que es hoy
Y así, después de este tiempo –que no es ni largo ni corto,
si no lo que tenía que ser para que ella llegara a comprender–
sabía que estaba preparada para tomar una decisión
Una de las buenas
La que le cambiaría la vida para siempre
No olvides que si de amor hemos de hablar,
barajarlo con engaños
contraproducente es
Dañada
Rendida en el décimo piso
Fumando se encontraba
La habían quemado
no la piel, pero ardía
no el cuerpo, pero dolía
Duele el alma
como la bala misma
Duele el alma
como la grieta en los labios
De tristezas estaba hecha
En su interior, tuvo una revelación
y desde ese segundo a curarse se dedicó
Allí mismo comenzó
Tomó sus zapatos y se levantó
y las lágrimas resecas se limpió
La puerta atravesó
Y con paso firme caminó
como quien firme en pasarela
como quien hermosa se sabe
Porque el décimo piso no es el último
Sigue habiendo escaleras que tomar
y más cigarrillos por fumar
El dolor consumió todo el amor
a las cenizas de un corazón
roto se las llevó el viento
De los huesos renació su alma, con ansias de expresar
de sentir
de vivir
Otro tiempo
hubo un tiempo
en que si mirabas profundo
en mi interior
hubieras encontrado tu nombre
tatuado
en cada una de las partes
que dolían
hubo un tiempo
de inmensa debilidad
en que si mirabas profundo
a mis dolores
hubieses encontrado tus mentiras
grabadas
en cada uno de los sueños
que destruiste
Reincidencias
Lloré las veces que hizo falta
me emborraché todas las necesarias
para evitar entrar en la obsesión
de volver a buscarte
Repetí ese patrón una y otra vez
hasta que mi cuerpo quedó limpio de vos
y mi corazón entendió
que nunca fuimos amor
muchas palabras
fueron dichas
palabras que no dolieron
tanto
como cada una de las palabras
que murieron
miles de noches en mis labios
antes de dormir
Antagonía
En el medio del caos, se encontraba ella
Se encontraba ella, con su corazón en pedazos
Añicos
Y luego estaba su alma desgarrada
Una combinación de suicidio
Jugaron con su corazón, cual rompecabezas, a armarlo y desarmarlo. Y al marcharse dejaron los trozos esparcidos y dañados
¿De qué manera podría volver a encajar todas las piezas?
El alma hecha jirones, herida, sin luz
Se perdió en su caos. Se ovilló en una esquina de su mente e intentó contener con sus brazos los pedazos que amenazaban con caerse una y otra vez
La abandonaron y lo sabía. Le hicieron mil promesas pero ninguna fue cumplida
Estaba sola y un tanto perdida