ISBN Edición Impresa: 956-8415-08-4
ISBN Edición Digital: 978-956-9843-60-0
Reg. de Prop. Int. N° 158.570
Diseño y diagramación: Paloma Castillo
Corrección de textos: Paloma Castillo
Imagen de Portada: Isidora Correa, Medidas mínimas, detalle, instalación. Galería Gabriela Mistral, 2006.
Diagramación digital: ebooks Patagonia
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Santiago de Chile, octubre 2006
Índice
Roser Bru. Los ojos de los enterrados
Carlos Leppe. Exposición: Operaciones
Mario Soro, Paulina Aguilar. El “buen gusto” como represión
Hugo Marín. El espectador es responsable de su propia experiencia
Alicia Villarreal. El gran texto del mundo (y sus fragmentos diversos)
Gonzalo Díaz. Unidos en la gloria y en la muerte: instalación
Carlos Leppe. El brillo (o “pinte como condenado a vivir”)
Francisco Ariztía. Los perplejos y los furtivos
Para Carlos Montes de Oca. Con qué cara: Apuntes sobre la desigualdad
Aravena, Cifuentes, Egaña. País de la ausencia
Alicia Villarreal. Sobre La escuela imaginaria
Enrique Matthey. (Bits and Pieces)
Ximena Zomosa. De inquietud y seducciones (Diario íntimo)
Mónica Bengoa. Al son de un suave y blando movimiento
Alfredo Jaar. Muxima: ritmo en el corazón
Eugenio Dittborn. Escala en Santiago (efectos de extrañamiento)
Antoni Muntadas en Santiago. Sobre los medios y la política
La arquitectura y su sombra. Noticias de Gordon Matta-Clark
Notas de viaje. “The centre cannot hold”: la experiencia de Documenta 11
Gonzalo Díaz y la escritura sobre arte. Un retrato, un paisaje, una dedicatoria
Los ojos, esos cerebros (Material para una mesa sobre psicoanálisis y artes visuales)
A partir del libro de Pablo Oyarzún. Provocaciones y perturbaciones
October. El fantasma de la propia obsolescencia
Roser Bru. Cita con la pintura
Alfredo Jaar. No pienses cómo un artista, piensa como un ser humano
Prefacio
Memorias visuales es algo así como un libro de bitácora. De los que hacen los viajeros en barco (pobre barquilla mía, en palabras de Lope de Vega) para dar cuenta de los encuentros y sucesos de su navegación. Es teórico sólo si tomamos la palabra en su acepción etimológica estricta y simple, en la dupla theoria- poiesis: la primera mira lo que la segunda hace... Es principalmente algo así como el registro parcial de lo que he podido mirar en el arte chileno a lo largo de los últimos diez años. También un registro de mis comienzos, con cinco textos breves que no incluí en Composición de lugar (1996) por no cargar la balanza de ese libro hacia las artes visuales. Entre ellos, los primeros dan la impresión de ir en color sepia, tal vez por eso me interesan —por eso y por su tensión, reflejo de mi condición de advenediza, entonces, y de la dureza del campo en que me estaba metiendo, la plástica en esos años de dictadura.
¿Qué puede encontrar aquí un lector interesado en el arte actual de Chile? No son estos los escritos de un artista (según T.S. Eliot, los poetas no aprecian a otros poetas, si lo hicieran tendrían el mismo proyecto). No son tampoco los de un galerista, que busca sobre todo entusiasmar a un posible comprador con ánimo de armar una colección. No son tampoco como los de los curadores, que muchas veces arman una narrativa propia en la que las obras tienen apenas el papel de una ilustración. Se trata más bien de los escritos de una testigo, de alguien que ha ido siendo llamada (en general por los artistas mismos) a mirar obras, a lo largo del tiempo, y a emplear los medios que en cada caso tenía para escribir sobre ellas. Por eso me acomodó lo de “memorias”, en su sentido casi biográfico; registros de las obras, registros