Historia de la República de Chile. Juan Eduardo Vargas Cariola. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan Eduardo Vargas Cariola
Издательство: Bookwire
Серия: Historia de la República de Chile
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561424562
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de la década de 1860 que “se ha introducido en todo tiempo un pequeño número de ellos (bueyes) de las pampas de Buenos Aires”, especialmente en las provincias del norte. Agregaba Gay que los bueyes de Argentina, más grandes y largos, costaban tres o cuatro pesos menos que el ganado nacional, pero debían ser engordados después de su internación. La mortalidad de los animales debido al viaje a través de la cordillera hizo que muchos hacendados renunciaran a este tráfico, aunque se mantuvo el comercio en Copiapó con animales traídos desde San Juan, donde eran engordados antes de hacer el cruce de los Andes555.

      De acuerdo a las estadísticas oficiales, el valor aduanero del ganado argentino aumentó de menos de 10 pesos por cabeza antes de 1853 a más de 20 pesos entre 1855 y 1867. Luego, retornó a las magnitudes anteriores y después de 1874 volvió a subir hasta a más de 30 pesos cada uno por el resto de la década. La aplicación de un gravamen a la internación de ganado experimentó cambios conforme a los precios vigentes. El impuesto existente fue abolido en 1813 y repuesto en 1832 a razón de cuatro pesos por cabeza. La escasez de ganado producida con motivo de las exportaciones a California durante la fiebre del oro, hizo que se derogara nuevamente este gravamen en 1853. Este derecho no aparece mencionado en la tarifa de avalúos de 1863, y desde 1879 se especifica que su importación está libre de derechos556.

      En el sur, en cambio, el tráfico de ganado transandino era muy activo y lo realizaban tanto las diversas parcialidades indígenas como los chilenos de la frontera. Hay que tener presente que durante el periodo estudiado la red de resguardos aduaneros en la cordillera solo se extendía hasta el paso del Planchón, a la altura de Talca, es decir, hasta la zona bajo el control del gobierno argentino en la banda oriental de los Andes. Más allá de ese boquete, el tráfico escapaba al control de las autoridades.

      El origen de este comercio estuvo en la captura de ganado cimarrón en las pampas argentinas por parte de los indios ranqueles y otros, los cuales, ante el agotamiento de ese recurso, optaron por recurrir al robo de ganado, atacando las estancias de los criollos, en los llamados malones557. Las autoridades rioplatenses intentaron sin mucho éxito reprimir por la fuerza las depredaciones de los indios, al mismo tiempo que solían negociar con ellos la entrega de raciones de animales y otros artículos (los llamados “vicios”), bien a cambio de mantener la paz con ellos, bien por el pago de servicios militares. El excedente de ese ganado, y del que criaban los propios indios, era objeto de comercio por parte de los mapuches, pehuenches y otros grupos que lo arreaban a través de los pasos cordilleranos hasta la Araucanía, donde los animales se reponían del viaje. Posteriormente eran vendidos a los chilenos de la frontera558.

      Un informe sobre el territorio de Arauco a fines de la década de 1860 observa que “la venta de ganado [es] el principal ramo de comercio al que se dedican los indios” y que la mayoría de los vacunos presentan características propias del argentino puro o mestizado, y solo minoritariamente las del chileno559.

      Este tráfico también se realizaba directamente con la región de la Laja, tanto por comerciantes chilenos que se internaban al otro lado de los Andes como por los indígenas que vendían los animales en los puestos fronterizos. El coronel argentino Manuel José Olascoaga informaba haber visto animales con las marcas de estancieros argentinos en algunas haciendas chilenas, sin que ello generara escrúpulo alguno entre los compradores560.

      Al no existir un control sobre el comercio de ganado a través de la cordillera del centro y sur del país, no hay un registro del mismo en las estadísticas comerciales. Los testimonios, empero, concuerdan en que era muy superior a las internaciones desde Argentina que se realizaban más al norte y que se registran en el siguiente gráfico:

       Gráfico No 8

      Importación de ganado vacuno desde Argentina 1849-1884.

      Número de animales y valor unitario.

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      Fuente: Estadística Comercial de la República de Chile 1849-1884. Las importaciones desde Argentina corresponden al 99,9 por ciento del total

      El ocaso del tráfico de ganado con los indígenas de la Araucanía se produjo a comienzos de la década de 1880. En ello confluyeron dos factores. Por una parte, la llamada “conquista del desierto”, es decir, el sometimiento y dispersión de las parcialidades indígenas en la zona del río Negro por parte del gobierno de Buenos Aires, que interrumpió el suministro; por la otra, el reordenamiento de la propiedad de la tierra en la Araucanía, a raíz de la ocupación militar que privó a los mapuches de las extensiones de tierra que sustentaban la actividad ganadera.

      EL CONTRABANDO

      El contrabando de artículos importados y de minerales y metales preciosos, que había tenido un impacto significativo en los años de la Independencia, continuó durante las décadas de 1830 y 1840 y aun después. El contrabando más considerable parece corresponder a las exportaciones de minerales de plata y cobre, gravadas con impuestos. Las estadísticas de comercio exterior para el periodo muestran un déficit en la balanza comercial desde 1840 hasta 1856. Dado que no hay un ingreso de préstamos, sino más bien una salida de dinero por pago de intereses, la diferencia solo se pudo haber saldado con embarques clandestinos de cobre y pastas de plata, además de las extracciones de oro y plata consignadas en las estadísticas. La exportación de productos agropecuarios, que no estaban sujetos a gravamen, no parece haber sido objeto de este ocultamiento, y con las grandes exportaciones de trigo y harina a California y Australia a partir de 1848, la balanza comercial tendió a nivelarse, aunque también es probable que haya mejorado la fiscalización561.

      El trabajo de Luz María Méndez sobre el comercio entre Chile y Filadelfia consigna el cargamento de 27 naves que ejercieron dicho tráfico entre 1818 y 1843 y compara el total exportado desde diferentes puertos chilenos con destino a Filadelfia con lo registrado en la aduana de dicho puerto como procedente de Chile, que es una cantidad sensiblemente mayor. Esta diferencia en los valores registrados debería corresponder al contrabando. A los montos de las mencionadas exportaciones la autora resta los cargamentos desviados a otros puertos, lo que aumenta la proporción de las exportaciones ilegales.

      La autora considera los envíos de cobre, plata y oro, que representan la mayor parte de este comercio. Tomando los valores promedio de las importaciones, en el caso del cobre —el artículo más importante de este tráfico—, la diferencia corresponde al 47 por ciento de lo embarcado; en el caso de la plata, exportada como “plata piña”, esta diferencia llega al 49 por ciento, y para el oro alcanzaría al 58 por ciento de lo remitido. Las proporciones se aprecian en el gráfico No 9:

      Antonio García Reyes, ministro de Hacienda, escribía sobre el contrabando el 28 de enero de 1850 desde Algarrobo a Manuel Antonio Tocornal, quien lo subrogaba en el cargo.

       Gráfico No 9

      Estimación de contrabando en el comercio entre Chile y Filadelfia 1818-1843.

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      Fuente: Luz María Méndez Beltrán, El comercio entre Chile y Filadelfia (1810-1850), Puntángeles. Universidad de Playa Ancha editorial, Valparaíso, 2001 pp. 36-63 y 78-81.

      A propósito de una petición de Edward Alison, apoderado de José Tomás de Urmeneta, para exportar cobre por el puerto de La Herradura, afirmaba:

      Los cobres pagan un derecho fuerte y es fácil contrabandearlos cuando se sacan por un puerto en que no hay establecidas fiscales de respeto. Desde luego, se me hace duro confiar el despacho del cobre a simples guardias. Por otra parte, la solicitud es contraria a un artículo de la ley de exportación que prohíbe hacer la extracción por un puerto que no sea mayor.

      Respecto de un fraude del que había sido advertido indicaba:

      El fraude se hace