Los rostros del otro. Varios autores. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Varios autores
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789587903478
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en el Mashriq3, en el que se produjo la identificación de los nuevos Estados creados sobre las particiones territoriales de la pos-Primera Guerra Mundial (Khalidi, 1997). En la región, sucedieron pasajes desiguales para la consecución de un Estado propio. Por ejemplo, en líneas generales, Egipto y Túnez disfrutaron de mayor cohesión; en cambio, Siria e Irak tuvieron una mayor fragmentación territorial. Esto provocó mayores dificultades para construir una conciencia nacional, que incluso se puede advertir en los sucesos actuales, donde estos dos últimos países sufren por las disidencias internas, sumadas a la intervención externa de las potencias.

      En 1948, Palestina, como parte del Mandato británico, tras sobrevivir a al-Nakba, fue dividida entre Israel, Jordania y Egipto. Por una parte, estas circunstancias permitieron que aflorara desde Occidente (Israel principalmente) la idea del surgimiento tardío de la identidad palestina, posterior a 1964, a partir del inicio de la OLP. Esto es erróneo dado que lo que se produjo fue un resurgimiento del movimiento de liberación nacional y no su inicio, el cual se dio contextualizado en un proceso regional a principios del siglo XX. Mientras tanto, Israel aprovechó para ese propósito la noción del panarabismo. En ese mismo sentido, se observó la etapa (1948-1964) como una interrupción en las manifestaciones de su nacionalismo. Lo cierto es que cuando podrían haber establecido un Estado propio, los palestinos vieron frustradas sus opciones, por la guerra, la expulsión y la desposesión.

      Mientras Israel intentaba desarabizar y hebraizar el territorio, empezó la progresiva reconstitución del movimiento nacionalista palestino. Una nueva generación del mismo se gestó en los campos de refugiados, los lugares de trabajo, las escuelas y las universidades. Estos grupos comenzaron en forma encubierta en la década de los cincuenta y de manera más manifiesta a mediados de los años sesenta.

      Las antiguas élites fueron desacreditadas, pero persistió una forma de patriotismo basada en el apego a la tierra y la aldea propia, moldeada a partir de atravesar la marginación en lo social y lo político. En ningún país de acogida entre Siria, Líbano y Jordania ellos se beneficiaron de los mismos derechos que sus ciudadanos, incluso cuando se les concedió la nacionalidad, como en el tercero. En esta etapa, la identidad y el problema de las tierras fueron algunos de los principales aspectos políticos, tanto en Palestina como en Israel.

      Los activistas palestinos idearon dos objetivos prioritarios para plantearlos a través de las plataformas y los discursos de sus partidos: la creación de un Estado palestino y el retorno de los refugiados. Las dos organizaciones más importantes del periodo fueron, por un lado, Fatah, que desde 1958 construyó una infraestructura nacional política. Esta estructura, además de entablar una lucha armada, permitió respaldar una vida y una política palestina independientes. Se caracterizó por la juventud de sus militantes, en su mayoría estudiantes y trabajadores.

      Los líderes de Fatah se fortalecieron tanto por la ruptura de la unión entre Siria y Egipto en 1961, como por la victoria de la revolución de independencia argelina en 1962 (vista como modelo que debían seguir). De hecho, Fatah surgió a partir de los cuadros de los jóvenes fedayín (luchadores por la libertad) en la década de los cincuenta, con figuras como Yasser Arafat y Khalil al-Wazir (Abu Jihad). A la vez, los notables nacionalistas no pudieron sostener su influencia. Los grupos activistas tenían en común un punto de vista: la necesidad de recurrir a la lucha armada para reconquistar Palestina. Las ideologías que los sustentaron fueron el panarabismo, el antiimperialismo, la descolonización y el nacionalismo tercermundista; es así que la liberación de Palestina fue emparentada con el intento mayor de solucionar el problema panárabe (Pappé, 2007, pp. 210-214). Este proceso transcurrió en un contexto internacional caracterizado por la Guerra Fría, la descolonización de Asia y África, así como el incremento del interés en el Mashriq debido al petróleo y su posición geoestratégica.

      En tal contexto ideológico, las declaraciones de los políticos nacionalistas eran adversas a los demás regímenes árabes. La organización editó la revista Filastinuna Nida al Hayat (Palestina es nuestra, la llamada de la vida) –publicada por miembros de Fatah en Beirut entre 1959 y 1964–, que contradice en parte que la actitud panarabista prevaleciese entre los palestinos y árabes. Allí publicaron parte de su ideario: “Todo lo que pedimos es que [los regímenes árabes] rodeen Palestina con un cinturón defensivo y vean la batalla entre nosotros y los sionistas”. O, en el mismo sentido: “Todo lo que queremos es que [los gobiernos árabes] mantengan sus manos fuera de Palestina” (Gresh, 2008, p. 85). Esto representó la independencia en la toma de decisiones palestina en esos momentos.

      Por otro lado, la organización al-Qawmiyyun al-Arab (Nacionalistas árabes) perfilada justamente hacia el nacionalismo árabe, fue el otro grupo que surgió en esos años. Este fue un movimiento de refugiados liderado por George Habash, quien lo fundó en 1951 en la Universidad Americana de Beirut. La agrupación pretendió llevar la revolución al mundo árabe en general, no obstante, a mediados de 1960 apuntó hacia la liberación de Palestina, como lo indica el cambio en su nombre a Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) (Pappé, 2007, p. 213). Ambas agrupaciones, más adelante, se unieron bajo el auspicio de la OLP.

      El movimiento nacionalista reapareció mediante el movimiento guerrillero y un discurso político sobre la descolonización y el nacionalismo tercermundista. Se propagó la figura mítica del combatiente fedayín. Aquellos con mayor visión política y del nacionalismo constituyeron las unidades de fedayines, que se convirtieron en los inicios de la resistencia, con ataques sobre asentamientos israelíes cercanos (Pappé, 2007, pp. 209-210).

      Estos movimientos comenzaron a reorganizarse una década después de al-Nakba e impulsaron un combate enconado por terminar con la ocupación militar, liberar su territorio e independizarse de esa situación. Entonces, este movimiento resurgió con otros procesos simbólicos y otra realidad material.

      LA GÉNESIS DE LA OLP

      En El Cairo, bajo influjo de Gamal Abdel Nasser, en la primera cumbre de jefes de Estado árabes se le encomendó a Ahmed Shukairi, primer presidente del futuro Comité Ejecutivo de la OLP, facilitar el establecimiento de un organismo palestino mediante la consulta con varios grupos en el interior y en el exterior. La nueva generación de dirigentes se enfocó en la propia lucha del pueblo palestino y estuvo representada en el Congreso Nacional Palestino (CNP). El primer CNP se reunió en Jerusalén, desde el 28 de mayo hasta el 2 de junio de 1964, con la presencia de 420 delegados. Entre los asistentes se encontraban Khalil Al-Wazir (Abu Jihad) y Khaled Al-Hassan (Yasser Arafat no pudo asistir), partícipes de la fundación de Fatah en 1958. Por tanto, fue esencial su experiencia adquirida en la Franja de Gaza, tanto en su formación como en el resurgir del movimiento de liberación nacional palestino. Allí se anunció la creación de la OLP, se aprobaron los textos de la Carta Nacional (qawmiya) y de los Estatutos de dicha organización.

      En 1964, la Liga Árabe (LA) fundó la OLP, en respuesta a las presiones de las crecientes organizaciones independientes palestinas. A pesar de no iniciarse como un actor independiente, lo cierto es que la OLP se reorganizó como el primer vehículo del nacionalismo palestino, proceso que se completó en 1968. Aunque careció del control físico certero sobre una base territorial o de población.

      En sus primeros años, la OLP planteó como solución al proyecto sionista, la idea de un Estado democrático que incluyese a los musulmanes, los judíos y los cristianos. Una política distintiva nacionalista se restauró a partir de las comunidades palestinas dispersas.

      La Organización representó a la totalidad de ese pueblo en tres espacios geográficos: primero, bajo ocupación: en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este; segundo, en Israel: con ciudadanía israelí de segunda; por último, en la diáspora sobre todo de los residentes en Jordania, Líbano y Siria, con el consiguiente restablecimiento de su identidad nacional y el movimiento