Vean nuestra sangre.
En la escalera del edificio Chihuahua
sollozaban dos niños
junto al cadáver de su madre.
—Un daño irreparable e incalculable.
Una mancha de sangre en la pared,
una mancha de sangre escurría sangre.
Lejos de Tlatelolco todo era
de una tranquilidad horrible, insultante.
—¿Qué va a pasar ahora,
qué va a pasar?
** Con los textos reunidos por Elena Poniatowska en La noche de Tlatelolco (1971).
HOMENAJE A LA CURSILERÍA
Amiga que te vas:
quizá no te vea más.
RAMÓN LÓPEZ VELARDE
Dóciles formas de entretenerte, olvido:
recoger piedrecillas de un río sagrado
y guardar las violetas en los libros
para que amarilleen ilegibles.
Besarla muchas veces y en secreto
en el último día,
antes de la terrible separación;
a la orilla
del adiós tan romántico
y sabiendo
(aunque nadie se atreva a confesarlo)
que nunca volverán las golondrinas.
ALTA TRAICIÓN
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques, desiertos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
—y tres o cuatro ríos.
ENVEJECER
Sobre tu rostro
crecerá otra cara
de cada surco en que la edad
madura
y luego se consume
y te enmascara
y hace que brote
tu caricatura.
DICHTERLIEBE
La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento.
Baudelaire lo atestigua, Ovidio aprobaría
afirmaciones semejantes.
Y esto por otra parte garantiza
la supervivencia amenazada de un arte
que pocos leen y al parecer
muchos detestan,
como una enfermedad de la conciencia, un rezago
de tiempos anteriores a los nuestros
cuando la ciencia cree disfrutar
del monopolio eterno de la magia.
EL EMPERADOR DE LOS CADÁVERES
El emperador quiere huir de sus crímenes
pero la sangre no lo deja solo.
Pesan los muertos en el aire muerto
y él trata (siempre en vano) de ahuyentarlos.
Primero lograrían borrar con pintura la sombra
que arroja el cuerpo del emperador
sobre los muros del palacio.
AUTOANÁLISIS
He cometido un error fatal
—y lo peor de todo
es que no sé cuál.
NO ME PREGUNTES CÓMO PASA EL TIEMPO
En el polvo del mundo se pierden ya mis huellas;
me alejo sin cesar
No me preguntes cómo pasa el tiempo.
LI KIU LING, traducido por MARCELA DE JUAN
Al lugar que fue nuestro llega el invierno
y cruzan por el aire las bandadas que emigran.
Después renacerá la primavera,
revivirán las flores que sembraste.
Pero en cambio nosotros
ya nunca más veremos
la casa entre la niebla.
CONVERSACIÓN ROMANA (1967)
Oremos por las nuevas generaciones
abrumadas de tedios y decepciones;
con ellas en la noche nos hundiremos…
AMADO NERVO, Oremus (1898)
En Roma aquel poeta me decía:
—No sabes cuánto me entristece verte
escribir prosa efímera en periódicos.
Hay matorrales en el foro. El viento
unge de polvo el polen.
Ante el gran sol de mármol Roma pasa
del ocre al amarillo, el sepia, el bronce.
Algo se está quebrando en todas partes.
Se agrieta nuestra edad. Es el verano
y no se puede caminar por Roma.
Tanta grandeza avasallada. Cargan
los autos contra gentes y ciudades.
Centurias y falanges y legiones,
proyectiles o féretros, chatarra,
ruinas que serán ruinas.
Aire mortal carcome las estatuas.
Barbarie son ahora los desechos:
plásticos y botellas y hojalata.
Círculo del consumo: la abundancia
se mide en el raudal de sus escombros.
Pero hay hierbas, semillas en los mármoles.
¶ Hace calor. Seguimos caminando.
No quiero responder ni preguntarme
si algo escrito hoy dejará huellas
más profundas que un casco desechable
o una envoltura plástica arrojada
a las aguas del Tíber.
Acaso nuestros versos duren tanto
como un modelo Ford 69
—y muchísimo menos que el Volkswagen.
DISCURSO SOBRE LOS CANGREJOS
En la costa se afirma que los cangrejos
son animales hechizados
y seres incapaces de volverse
a