Tres vidas
Anécdotas de tres brujas reencarnadas en el siglo XX
Raquel CG
Los personajes y situaciones que se narran en esta historia son ficticios, cualquier hecho parecido a la realidad es mera coincidencia.
Tres vidas
©Raquel CG
©De esta edición: Red Apple Ediciones
Diseño de la cubierta y maquetación: Isla Books Studios
Imagen de la cubierta: ©MoustacheGirl
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PRÓLOGO
No, no me he equivocado. No hablo del siglo XXI, hablo del siglo XX, que es cuando nacimos.
Y no, no me lo estoy inventando.
Esta historia es real. Los personajes que aparecen son reales, y los hechos también. Los nombres y lugares han sido cambiados para que no puedan ser reconocidos más que por ellos mismos cuando lean el libro. Partiendo de la base de que tengan un poco de vergüenza, nadie dará la cara. Nadie se identificará. Pero todo, todo, es real. Aunque no lo parezca, porque yo misma, cuando he terminado de escribirlo, no me lo he creído. A veces, la realidad, supera a la ficción. Y si no, que nos lo cuenten a nosotras.
Fuimos brujas. Y lo sabemos. Lo que no sabemos es cuando, pero lo fuimos, es cierto. Algunas veces pensamos que de las malas, porque no es normal lo que llega a sucedernos. De esas que hechizan, que consiguen que hagas todo lo que quieren con solo una mirada, una palabra, una sonrisa, un gesto.
No hemos querido comprobarlo, porque tenemos esa certeza.
Fuimos brujas y, aunque no fue culpa nuestra, en esta vida pagamos las consecuencias.
Y nuestro poder o nuestro castigo es mayor cuanto más cerca estamos, pero no podemos evitarnos. El destino caprichoso vuelve a reunirnos cada vez que intentamos separarnos.
Y entonces nuestras experiencias se intensifican, nuestras vivencias se multiplican y esa sensación de que en realidad es imposible que esto esté sucediendo se repite hasta que, cansadas de tanta imposibilidad, aceptamos nuestro destino.
Y reímos hasta no poder más.
EL PRINCIPIO
Podría comenzar explicando una larga historia de cómo nos conocimos, en qué lugar, qué sucedió y todo ese rollo que suele contar la gente normal. Pero sería lo mismo que hacen todos, y os aseguro que eso no va con nosotras. Quizá en otra ocasión, porque no digo yo que no haya cosas que explicar…