DIRIGE EL AUTOR SU OBRA.
A tí, que los túrbidos mares furiosos,
Luctando tu barca primera combaten,
Obrando los vientos venéreos sabrosos,
No pierdas aquello con que se rebaten:
Si quieres que cesen y no te maltraten,
Ofréceles luégo palestra sangrienta,
De donde tu parte, sin culpa ni afrenta,
Estrague las fuerças que en contra debaten.
Venciendo tal guerra, tendrás adquerido
Inmensos trofeos y claros despojos,
Librando tu cuerpo de penas y enojos,
Lo cual á sus siervos promete Cupido:
Empero, si fueres en ella vencido,
Ganando tu mente crecido tormento,
Habrás en tu vida muy gran descontento
Sacado del gozo que vino fingido.
Si tú, pues, con ánimo fortificado
Esperas tal guerra por parte vencer,
Los libros en contra pretende leer,
Verás cómo sacas provecho sobrado:
Aqueste, pues, mira que te es dedicado,
Gozando sus dichos, que siendo jocosos,
Ofrecen proverbios en sí sentenciosos,
Con modo satírico siendo mezclado.
Osado se puede sin dubda llamar,
Miradas sus faltas y pocos primores,
Pues quiere sin fuerzas con otros mejores
Valer siendo pobre de baxo lugar:
Sabemos de Cota que pudo empeçar,
Obrando su ciencia, la gran Celestina,
Labróse por Rojas su fin con muy fina
Ambrosía, que nunca se puede estimar.
Compuso la parte segunda partida,
Osando por causa pasar de lo humano,
Materia teniendo de Feliciano,
En quien elegancia no tiene medida:
De norte tan claro tomando seguida,
Intento guiarme por esta jornada,
A ver si mi cimba pequeña caxcada
Saldrá por buen puerto donde fué regida.
En ser terminada con caso gozoso,
La obra no pierde si tiene valor,
Viniendo sus fuerzas en contra de amor
Aquel que por torpe se dice vicioso:
Gozando sus gozos te muestra gozoso,
Y goza los gozos que goza su parte,
Adonde gozando por gozo tal arte,
En gozos te goza con gozo sabroso.
Ni quiero que dexes por miembro perdido
Sus actos, que tienen no casta sonada,
En donde, si miras, verás matizada
Rabiosa contienda del falso Cupido:
Verás asimismo su fin dolorido,
Y quantos afanes tiene su deleite
Cubiertos encima con un buen afeite,
Y son por de dentro manjar desabrido.
Ovidio se muestra por parte sacado
De sus amorosos remedios bien lleno,
En que, si contemplas, podrás á tu seno
Sacar gran provecho si fuere penado:
Verás al furioso Citareo privado,
Seyendo triforme por tantos efectos,
En donde los unos quedando perfectos,
No tienen los otros su fin aplicado.
No ménos los otros, con ser muy seguidos,
Ofrescen de suyo provecho á sus entes
Robados del dote de los excelentes,
Adonde se muestran ser brutos perdidos:
Y siendo risibles se van convertidos
Sus pérfidos ánimos en irracionales,
Apénas sabiendo que son inmortales,
Viviendo conforme de los escogidos.
En parte se muestran las artes malvadas
Lustrosas, por Circes artera famosa,
De Febo salida discreta y hermosa,
En furia de Vénus sus tramas obradas:
Verás ansimismo vejeces saladas,
Autor de las cuales es un epimeo,
Robustos desgarros de un gran giganteo,
Rastreras mentiras del mesmo tramadas.
Y todo juntado, verás dibujadas,
Obrando las fuertes humanas edades,
No ménos que todas sus enfermedades,
Viciosas al ánima limpia criada:
En ello contempla si tienes tocada,
Y puede por frágil tu mente caer,
Ofresce tu cuerpo por ella perder,
Si sientes que dello será libertada.
Impuso nuestr’alma su gran Hacedor,
En grado tan alto de ser sustancioso,
No siendo corpórea, que por piadoso
De no la perder se puso en dolor:
Obtuvo ser siervo de grande señor,
Doliéndose