Semiótica y literatura. Jacques Fontanille. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jacques Fontanille
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789972453403
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narrativos: uno basado en la apropiación (o sea, un sujeto hace de tal modo que obtiene por su propia cuenta un objeto que pertenece a otro sujeto), otro basado en la renuncia (un sujeto se separa de un objeto en beneficio de otro sujeto).

      No obstante, si se observa más de cerca, cada una de las cuatro temáticas ocupan una posición específica, con respecto a la evolución de la relación intersubjetiva.

      1. Por lo que concierne a la contemplación, la relación intersubjetiva está saturada y equilibrada: el primer actante da forma y produce, el segundo contempla; cada uno representa el papel que le ha sido asignado. Podríamos decir en ese caso que la relación consiste en un acuerdo total, es una forma de comunión o de cooperación.

      2. En la devoción se instala un desequilibrio, puesto que solo el “devoto” se expresa y representa su papel; globalmente, en efecto, en el nivel del poema completo, la instancia de lo sagrado no responde al juego: o bien la garganta-altar es tratada como el continente del pensamiento de Ego:

      … Gorge en qui gist ma pensée

      y no como el del pensamiento de la dama, o bien, como se precisa en el segmento 6 (cf. supra), el pensamiento de la dama queda encerrado allí. Se puede suponer, como ya lo hemos sugerido, que si la oración no recibe respuesta es porque debe ser concebida también como una respuesta ritual a la propuesta de contemplación estética. Como la relación no está afectada ni por una evaluación negativa ni por un coeficiente conflictivo, diremos que es una relación de conciliación y hasta de compromiso.

      3. En la confrontación polémica, el conflicto directo, lúdico o físico, simulado o real, nos indica una relación intersubjetiva de antagonismo, equilibrado en cuanto a los roles: uno ataca, el otro resiste y saca ventaja.

      4. Finalmente, por lo que se refiere a la comunicación persuasiva, la relación polémica se debilita en dos sentidos: (i) en primer lugar, es indirecta en el sentido en que la persuasión permite evitar la confrontación directa, e implica al menos que el otro sujeto acepte escuchar, y (ii) está desequilibrada, al igual que la devoción, por la ausencia de respuesta de la partenaire. El rodeo por la historia de Friné confirma, por otro lado, que ahí no puede haber respuesta: solamente la dama está autorizada a persuadir. Hemos de convenir en que ese compromiso, en el seno mismo de las relaciones polémicas, tiene al menos carácter de desacuerdo, incluso de disensión.

      Las cuatro relaciones intersubjetivas invocadas se organizan sin dificultad según el principio del cuadrado semiótico: la cooperación y el antagonismo son los contrarios, dotados de sus respectivos contradictorios, los cuales suspenden su efecto por negación, a saber, respectivamente: la disensión suspende la cooperación, y la conciliación suspende el antagonismo. Los dos tipos de alabanza (valoración e instrumentalización) determinan la polarización positiva o negativa del conjunto.

      El esquema siguiente propone una síntesis:

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      Una solución semejante presupone, desde el punto de vista del método, que cada una de las diferentes isotopías implicadas en la descripción esté controlada por un punto de vista específico, y que el conjunto de esos puntos de vista constituya un sistema único compuesto por diversas posiciones interdefinidas. Estamos ahora en condiciones de definir con mayor precisión el contenido axiológico del sistema que se perfila.

      La axiología de la distancia

      Diversos índices señalan, como lo hemos adelantado, la presencia de una evaluación de las distintas estructuras encontradas: por un lado, todos los dispositivos que dependen del esquema de la prueba conducen al fracaso del amante y a la victoria de la dama; por otro lado, todos los dispositivos que dependen del esquema del don conducen a un éxito compartido. Se puede al menos sacar como conclusión provisional que, para identificar la axiología que nos ocupa, es preciso colocarse en el punto de vista de la dama, que es la que decide acerca del valor y la que selecciona los buenos y los malos comportamientos, mientras que, por otro lado, el punto de vista perceptivo es el del amante.

      Además, hemos observado que las organizaciones temáticas que dependen del esquema de la prueba tratan todas a la garganta como un instrumento o como un ayudante (tablero, escudo, púlpito), es decir, como un objeto únicamente modal, el cual no está investido por el valor principal ni es directamente puesto en la mira por el programa narrativo de base del amante.

      En cambio, las temáticas que dependen del don hacen de la garganta el objeto de valor principal, objeto de construcción y de contemplación (segmento 1), modelo que igualar (segmento 8), sitio sagrado sobre el cual y al cual se rinde culto (segmento 2).

      El criterio decisivo parece ser la manera como el cuerpo es valorado: en relación con la contemplación y con la devoción, es valorado en cuanto tal, como objeto de valor principal. En relación con el conflicto y con la persuasión, solamente es instrumentalizado y no directamente valorizado. Ese aspecto de la cuestión nos autoriza a sugerir que este blasón comporta aquí una dimensión meta-discursiva, es decir, una puesta en escena crítica del proceso de valorización, característico de un discurso de alabanza. Pero esto nos devuelve a la observación precedente: la instancia de discurso, que, por definición, propone o garantiza los sistemas de valores en curso, no adopta el punto de vista del sujeto masculino de la percepción; al contrario, cuando toma posición, es para adoptar la posición de la dama, de suerte que el punto de vista perceptivo que funda aparentemente la posición de enunciación, se encuentra, en relación con la posición de la instancia de discurso, en desajuste permanente.

      La confrontación entre esos dos conjuntos de observaciones nos lleva a una última hipótesis, que compromete el último reducto en la búsqueda de la coherencia discursiva: desde el punto de vista de la dama, lo que vale o no vale es el rol asignado a su garganta, y, por tanto, el rol que el amante se atribuye en relación con ella:

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      Si se confrontan esas evaluaciones con la problemática general del género, a saber, la loa de las partes del cuerpo femenino, que impone una fragmentación previa de ese cuerpo, y que exige una posición de observación íntima, reciben un esclarecimiento singular:

      1. Solamente son evaluados positivamente los recorridos figurativos y temáticos (contemplación, devoción) que, desde el punto de vista del amante, son compatibles con el programa de enunciación esperado (la alabanza) y principalmente con el rol que cumple esa parte del cuerpo: objeto de valor principal.

      2. Como la distancia de observación íntima es constante, se completa con una variación de la distancia actancial —más precisamente: intersubjetiva—, sometida a su vez a una distancia axiológica, en el sentido en que la proximidad física no garantiza el respeto por la “buena distancia” modal, pasional y axiológica.

      A partir de eso, el sistema de evaluación se organiza según una axiología de la distancia intersubjetiva. La producción/contemplación estéticas instalan, afirman y confirman la “buena distancia”; la devoción a lo sagrado la presupone, la admite o la acepta como implícita y ya establecida; la confrontación polémica la rechaza y hasta se esfuerza por reducirla a la nada; finalmente, la comunicación persuasiva la olvida, la ignora porque, sin combatirla frontalmente, trata de reducirla de cualquier modo.

      Se puede apreciar de inmediato que esas diferentes modulaciones de la distancia intersubjetiva tienen un correlato figurativo: la contemplación es explícitamente descrita como una manera de no aproximación, de ponerse frente a frente sin entrar en contacto; la devoción conduce a numerosos contactos pero siempre indirectos y nunca físicos (lágrimas, gemidos, llantos, cantos, suspiros); todas las demás temáticas buscan, más o menos brutalmente, el contacto físico, guerrero o sexual.