•Elimina los alimentos procesados
•No te expongas a productos de limpieza químicos ni a ambientadores artificiale
La mayoría de la gente se encuentra mejor tras reducir la ingesta de kombucha, pero si los síntomas persisten durante más de unos pocos días tras detener el consumo, pide consejo médico a un profesional sanitario.
Cuándo ser precavido con la kombucha
La kombucha no tiene contraindicaciones conocidas, y tampoco interacciones adversas con medicamentos, ya sean con o sin receta. Sin embargo, siempre es prudente ir con cuidado al introducir cualquier cambio en la dieta o en el estilo de vida de personas que puedan tener un sistema inmunitario delicado o susceptible. Este principio se aplica también a los alimentos fermentados que contienen bacterias y levaduras.
Algunos ejemplos de personas a las que se aconseja tener más cuidado son las mujeres embarazadas, los niños y cualquiera que padezca una enfermedad relacionada con el debilitamiento inmunológico. Si tienes dudas, siempre va bien consultar con tu médico de cabecera. Dicho esto, muchas personas enfermas consumen alimentos vivos con éxito y reciben el apoyo sanador de sus nutrientes. En última instancia, es la persona la que tiene la última palabra.
Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia
El embarazo, el parto y la lactancia, especialmente para las primerizas, se han convertido en una fuente de mucha ansiedad y preocupación por hacerlo todo bien. Las nuevas mamás o las que están cerca de serlo a menudo se preguntan si la kombucha es beneficiosa o perjudicial, y nuestra respuesta es predecible: confía en tu instinto.
En general, si ya bebes kombucha con frecuencia, no hay motivo para dejarlo cuando te quedas embarazada. Si la kombucha es nueva para ti, entonces el embarazo podría no ser el mejor momento para comenzar a beberla. Como hemos discutido, cualquiera que comience a beber kombucha puede experimentar una crisis de curación, y los síntomas que sufra la madre podrían afectar al bebé. En cualquier caso, como siempre aconsejamos a todos los principiantes, una mujer embarazada o en lactancia no debería consumir más de un cuarto de vaso de kombucha de una vez.
Curiosamente, algunas mujeres embarazadas, incluso algunas que ya tomaban kombucha antes del embarazo, aseguran que el olor o el sabor de la kombucha les resulta repugnante. Después de dar a luz, se dan cuenta de que pueden volver a disfrutarla. ¿No es maravilloso? El cuerpo, que normalmente adora y ansía la kombucha, les envía a estas mujeres, por la razón que sea, un mensaje para que la eviten, y después, cuando ya pueden volverla a beber, se lo hace saber. Un ejemplo increíble del «confía en tu intestino» en acción.
QUÉ DICE MAMÁ KOMBUCHA
Mi propia crisis de curación
“Desde que incorporé la kombucha a mi vida, he experimentado varias crisis de curación que afectaron a mis hábitos de evacuación o me provocaron brotes de acné. He ido sanando por fases. La kombucha me ayudó a eliminar de una forma suave y gradual las toxinas que tenía acumuladas. No solo me ha ayudado a desintoxicarme internamente, sino también por fuera.
Unos años después de empezar a beber kombucha, durante una caminata por el bosque, asumí inocentemente que el roble venenoso* no podía colgar de los árboles. Ese error de juicio terminó en un doloroso sarpullido que cubrió la mayor parte de mi cuerpo con heridas y ampollas enrojecidas y punzantes. La aplicación inmediata de cultivos de kombucha en las zonas afectadas redujo la hinchazón, pero apenas me alivió el intenso dolor y la incomodidad. Tuve que tomar esteroides, muchas duchas calientes (para liberar histaminas) y varios frascos de calamina, que embadurnaba sobre mi piel para calmar el sarpullido.
Tres años después empecé a trabajar en un restaurante local preparando kombucha, y mi exposición a los cultivos y al té fermentado se incrementó sustancialmente. Después de un par de semanas comencé a notar un sarpullido en una mano y en el brazo, que se parecía muchísimo al causado por el roble venenoso. Como sabía que no me había expuesto a la planta, no entendía qué lo estaba provocando. ¿Era algo que estaba comiendo o algún nuevo detergente? Al cabo de unos días el sarpullido comenzó a remitir, para volver a brotar a la semana siguiente. Por fin se me ocurrió que el contacto continuado con la kombucha podía estar extrayendo las toxinas del roble venenoso almacenadas en mi cuerpo a través de la piel.
Con el tiempo, los síntomas continuaron apareciendo y desapareciendo, cada vez con menos intensidad, hasta que desaparecieron por completo. Ahora esas toxinas han desaparecido para siempre en lugar de permanecer escondidas dentro de mi cuerpo, minando mi energía poco a poco.
Este es un ejemplo obvio de desintoxicación intensa. La piel es un canal para la absorción y liberación de cualquier sustancia aplicada tópicamente. En el caso de la kombucha, puede utilizarse para tratar el eccema, la psoriasis o cualquier otra enfermedad inflamatoria de la piel. Añadir vinagre de kombucha o un SCOBY que te sobre a un baño de cuerpo completo o de pies es una manera magnífica de eliminar toxinas a través de la piel.
Por lo general, la desintoxicación que provoca la kombucha no es tan evidente como la experiencia que acabo de contar, sino que se manifiesta como dolor de cabeza, dolor generalizado, irritación de garganta u otras reacciones moderadas. Sin embargo, este ejemplo demuestra que, igual que las capas de una cebolla, el proceso de desintoxicación tiene lugar de forma gradual en múltiples etapas”.
Por otro lado, muchas mujeres aseguran que sienten deseos de beber kombucha durante todo su embarazo y después. No es ninguna sorpresa, ya que la kombucha puede ser beneficiosa de varias maneras a la hora de atajar algunas molestias típicas. Durante el embarazo, las mujeres están expuestas a un flujo de hormonas, necesario para el crecimiento del feto y para preparar el cuerpo de la mujer para el parto. En muchas mujeres estas hormonas también estimulan efectos secundarios fisi lógicos no bienvenidos, y la kombucha puede ser efectiva a la hora de aplacarlos. Incluyen los siguientes:
Dificultad para dormir, fatiga. Durante el embarazo, el cuerpo gasta una gran cantidad de energía en el crecimiento del bebé, y la fatiga es algo normal. La kombucha aumenta los niveles de energía de forma natural al suministrar microdosis de vitaminas del grupo B y pequeñas cantidades de cafeína. Ambas proporcionan energía sin producir el típico sube y baja del café. La excitación que rodea el nacimiento del bebé y la ansiedad resultante también pueden producir insomnio. Las propiedades adaptógenas de la kombucha facilitan que el cuerpo pueda lidiar con el estrés; propiedades que se amplifican si saborizamos la kombucha con lavanda, manzanilla u otras plantas relajantes.
Estreñimiento, ardor de estómago e indigestión. Durante el embarazo el esófago se relaja, incrementando el riesgo de padecer ardores. Los músculos digestivos también se relajan, lo que disminuye los movimientos peristálticos y produce estreñimiento. La kombucha es un remedio bien conocido para el estreñimiento, la indigestión, los ardores y otros problemas digestivos. Beber una pequeña cantidad de kombucha mezclada con agua de manera habitual no solo tiene los mismos beneficios para la salud que la kombucha sola, sino que además hidrata el cuerpo.
Hemorroides. Durante el embarazo el flujo de sangre aumenta, causando la expansión de los vasos sanguíneos. Combina eso con el estreñimiento y la presión de un útero en expansión y, ¡pop!, ¡hemorroides! El uso tópico de la kombucha reduce la inflamación así que un pedacito de SCOBY o una compresa empapada en kombucha y colocada sobre la zona afectada puede servir de alivio. Repite las veces que sea necesario.
Calambres. Algunas embarazadas sufren calambres en las piernas, y hay quien especula que podrían deberse a cambios en la cuantía de calcio que utiliza el cuerpo. Si tomas suplementos de calcio, beber kombucha puede incrementar la cantidad que tu cuerpo absorba. Si preparas tu propia kombucha, puedes incorporar cáscaras de huevo machacadas al fermento, lo que además de añadir calcio suavizará el sabor e incrementará el grado de carbonatación