3. Carlos Alvar y José Manuel Lucía Megías, Repertorio de traductores del siglo XV, Madrid, Ollero y Ramos, 2009 y Carlos Alvar, Traducciones y traductores. Materiales para la historia de la traducción en Castilla durante la Edad Media, Madrid, Centro de Estudios Cervantinos, 2010. Ha sido también un aporte bibliográfico esencial el trabajo de Juan Carlos Conde «Ensayo bibliográfico sobre la traducción en Castilla del siglo XV: 1980-2005», Lemir: Revista de Literatura Española Medieval y del Renacimiento, 10 (2006).
4. Alvar y Lucía Megías, Repertorio..., op. cit., p. 257.
5. Rubio Tovar, «Algunas características...», art. cit., p. 203.
6. Rubio Tovar, «Algunas características...», art. cit., p. 207.
7. Ana Castaño, «Primeros comentarios a Dante hechos en la Península Ibérica, y su relación con las traducciones», en Caballeros, monjas y maestros en la Edad Media. Actas de las V Jornadas Medievales, México, UNAM-El Colegio de México, 1996, pp. 263-273, cita en p. 264.
8. Para toda la serie de sinónimos con los que se designaba la práctica traductora, así como sus leves diferencias semánticas, véase Folena, Volgarizzare..., op. cit., pp. 35-39.
9. Para un primer panorama de todo lo anterior véase la introducción del trabajo de Copeland (Rhetoric, Hermeneutics..., op. cit., pp. 1-8), donde da un primer panorama en el que expone todas estas ideas que luego desarrollará con profundidad en su estudio.
10. Como aclara Rubio Tovar («Algunas características...», art. cit., p. 208), la retórica se erigió a sí misma en una disciplina fundamental de capacidad creadora y que limitó la competencia de la gramática a la enarratio poetarum —es decir, a glosar e interpretar a los poetas—. Cicerón en De inventione, define su práctica de orator distinguiéndola de la del interpres: «traducir» («conuertere») como orador es hacerlo según los poderes de la retórica, de la inventio, conservando ideas (sententiae) y figuras (formae tanquam figurae) pero acomodándolas al uso de Roma y, por tanto, sin la obligación que tiene el interpres, a saber, trasvasar una por una las palabras. Para más profundidad, véase Copeland, Rhetoric, Hermeneutics..., op. cit., especialmente el primer capítulo: «Roman Theories of Translation: the Fusion of Grammar and Rhetoric», pp. 9-36. Resulta pertinente aclarar que en el mundo clásico no existía nuestro concepto de traducción: el término que usa Cicerón, de hecho es «conuertere». Además de Folena, para la evolución del concepto de traducción de la cultura clásica a la cristiana véase Maurizio Bettini, Vertere: un’antropologia della traduzione nella cultura antica, Turín, Einaudi, 2012.
11. Véase Rubio Tovar, «Algunas características...», art. cit., p. 211.
12. Resulta pertinente señalar que el caso de Cartagena, según señala Morrás («El debate entre Leonardo Bruni y Alonso de Cartagena», Quaderns. Revista de traducció, 7 [2002], pp. 33-57, cita en p. 52) «impide la fácil utilización de etiquetas». En efecto, aunque en su famosa discusión con Bruni sobre cómo traducir la Ética de Aristóteles el obispo burgalés critica la traducción del florentino defendiendo acérrimamente la necesidad de una traducción literal, su postura se debe a que no concibe el texto de Aristóteles como literario —como sí lo concibe Bruni— sino como científico. En textos literarios, sin embargo, sí está más a favor de una traducción ciceroniana, es decir, retórica. Como aclara muy bien Morrás, este debate se mal interpretó en términos de disputa entre humanismo —Bruni— y escolasticismo medieval —Cartagena—, cuando en realidad la mayoría de los postulados de Cartagena son altamente humanistas. El problema, concluye Morrás, no se debe a una concepción diversa de la traducción, sino a una concepción diversa de la obra de Aristóteles. Puede consultarse también Tomás González Rolán, A. Moreno Hernández, P. Saquero Suárez-Somente, Humanismo y teoría de la traducción en España e Italia en la primera mitad del siglo XV (Edición y estudio de la controversia alphonsiana), Ediciones Clásicas, Madrid, 2000.
13. Véase Roxana Recio, «Alonso de Madrigal (El Tostado): la traducción como teoría entre lo medieval y lo renacentista», La corónica, 19, 2 (1990-1991), pp. 112-131, especialmente pp. 114-115.
14. En Aragón, sin embargo, las ideas de San Jerónimo perduraron e influyeron, por ejemplo, en la traducción literaria que Andreu Febrer realizó de la Divina Commedia. Véase Contreras Martín, Antonio, «A propósito de la Commedia de Dante en una traducción catalana medieval de Andreu Febrer», Revista de Poética Medieval, 5 (2000), pp. 11-25.
15. Recio, «Alonso de Madrigal...», art. cit., cita en p. 113.
16. Margherita Morreale, Castiglione y Boscán: el ideal cortesano en el Renacimiento español, Madrid, Biblioteca de la Real Academia Española, 1959, v. I. Las referencias a la evolución y tensión entre las posiciones tradicionales y la emergente «tradición liberal» se encuentra en las pp. 15-26.
17. Gómez Redondo, Fernando, Historia de la Prosa Medieval Castellana. Madrid, Cátedra, 2007, vol. III, pp. 2111-2 y 2135-48. El caso de las Décadas es sumamente interesante pues López de Ayala, si bien se ayuda de un original latino, para traducir se basa en la versión francesa de Bersuire. Véase Curt Wittlin, «Hacia una edición crítica de la traducción de las Décadas de Tito Livio hecha por Pero López de Ayala», Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, 1.3 (1977), pp. 297-306.
18. Para una descripción codicológica y del contenido mínimo de estos manuscritos véase el estudio clásico de Mario Schiff, La bibliothèque du Marquis de Santillane. Étude historique et bibliographique de la collection de livres manuscrits de don Iñigo López de Mendoza, 1398-1458, marqués de Santillana, conde del Real de Manzanares humaniste et auteur espagnol célèbre, París, Bibliothèque de l’École des Hautes Études, Sciences Historiques et Philologiques, 1905, pp. 275-307 y Margherita Morreale, «Apuntes bibliográficos para el tema de Dante en España hasta el s. XVII», en Escritos escogidos de lengua y literatura española, José Luis Rivarola y José Pérez Navarro, eds., Madrid, Gredos, 2006 [1967], pp. 213-250, especialmente pp. 220-3.
19. Mario Penna, «Traducciones castellanas antiguas de la Divina Comedia», Revista de la Universidad de Madrid, 14 (1965), pp. 81-127; Morreale, «Apuntes bibliográficos...», art. cit; Carlos Alvar, «Notas para el estudio de las traducciones italianas en Castilla durante el siglo XV», Anuario Medieval, 2 (1990), pp. 23-41; Traducciones y traductores... op. cit., pp. 340-3; Alvar y Lucía Megías, Repertorio..., op. cit. Para un estudio que incluya no sólo la suerte de la materia dantesca en relación a sus traducciones, sino sobre todo su circulación e influencias literarias véase el clásico Arturo Farinelli, «Dante in Ispagna nell’Età Media» en Dante in Spagna-Francia-Inghliterra-Germania, Turín, Bocca, 1922.
20. Véase al respecto Paola Calef, «‘En el medio del camino’. Intorno alla traduzione della Divina Commedia di Enrique de Villena», en Actas del VIII Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, Santander, Gobierno de Cantabria-Año Jubilar Lebaniego-Asociación