El panorama se complejiza aún más al estudiar las siguientes variantes en su relación con la glosa:
Cuadro II, 3
En el primer caso se observa cómo en el impreso traduce nuevamente tratando de conservar el lexema —pues el toscano decía: «guarda, mi disse, le feroce Erine» (IX, 45)— aunque utilizándolo, esta vez, según el significado castellano, como da cuenta la glosa: «para se guardar dellas si quiere mirar y conocer las furias feroces» (q1v). Igualmente, repone mediante otro verbo —mirar— el sentido principal del guardare italiano. El manuscrito optaba, sin embargo, por agregar en el discurso de Virgilio un verbo de movimiento ausente en el texto fuente. Lo interesante es que en la glosa dirá: «[...] a las quales dize Virgilio que se buelua a mirar y las conozca; para se guardar dellas si quiere mirar y conocer las furias feroces de aquellas moradas» (q1v). Parece, pues, tener las dos versiones en cuenta en este comentario. En el último caso, traducción del «però ch’ogne parlar sarebbe poco» (XXXIV, 24), se puede observar también una variante de estilo (cortado/abreviado), ninguna más cercana al término dantesco que la otra. La glosa decía: «todo fablar verná corto y breve» (O1v). Una vez más, el comentario presenta una versión en la que se dan de la mano las dos variantes.
Es útil analizar el caso del ejemplo 17 del apartado anterior («La nuestra vejez y pereza/tardanza peor», vid. cuadro I, 4), sin tener en cuenta la enmienda que, como ya señalé, es fruto de lo que sería una corrección posterior, que corrige la variante según el impreso. La lección primigenia del manuscrito (tardanza) parece ser una excepción de la tendencia ya señalada: en este caso es el manuscrito el que conserva el lexema del toscano, que rezaba «io e’ compagni eravam vecchi e tardi» (XXVI, 106). Sin embargo «tardo», en su primera acepción según el Vocabolario etimologico della lingua italiana, significa «pigro» (perezoso).82 Al anotar el verso 106 en sus comentarios a la Commedia, Fosca parafrasea «vecchi e stanche» (viejos y cansados), mientras que Chiavacci Leonardi señala: «tardi, cioè ormai lenti, perché vecchi».83 Tardi, por tanto, resulta un término un tanto polisémico, que no tiene equivalente en castellano. Las variantes evidencian la indecisión del traductor a la hora inclinarse por uno de los sentidos: en un caso privilegiando la idea de lentitud y, en el otro, la de la pereza (fruto de la vejez). En este caso, en la glosa comenta: «que ya los empachaba la vejez y la tardanza y la pereza que es peor que la vejez» (H1v). Aunque se incluyen aquí ambas lecciones, por el orden sintagmático es evidente que la proposición relativa «que es peor que la vejez» estaría modificando a «pereza» y, por tanto, dando cuenta de la lección que se elige en el impreso: «y pereza peor». El cotejo de todas estas lecciones con la glosa parecería revelar una indecisión del traductor a la hora de elegir la mejor opción, que encuentra salida en la glosa donde, sin la restricción de la métrica y amparándose en la técnica de la amplificatio típica de la enarratio poetarum, puede soltar la pluma e incluir las dos variantes.
A partir del análisis de todos estos ejemplos en los que la lección del impreso presenta una variante más literal respecto del TF dantesco, en mi trabajo de 2013 de RFE había postulado que la versión de la traducción transmitida en el manuscrito copiaba de un arquetipo con una versión anterior —tanto al manuscrito como al impreso— pero corregía cambiando la opción literal por una más libre o de un estilo más natural. Según mi hipótesis de 2013, la versión que transmite el manuscrito habría sido posterior a la del impreso, que como vimos presenta opciones más literales respecto de la fuente. Mondola acierta en 2017 (p. 46), al advertir que en la glosa de mi ejemplo 6 (cuadro II, 2) Villegas dice explícitamente que corrige una opción léxica previa para atenerse más al texto fuente: «corrigiose este verso que primero decía ‘pérfido’ y después se puso ‘grande’ porque lo dize el toscano» (k1r). A partir de esto, presenta su hipótesis de que el texto de B2183 es copia de una versión anterior de la traducción a la que se transmite en el impreso. No obstante, esta es exactamente la conclusión a la que arribo en mi trabajo, como puede corroborarse a partir del stemma que diagramo en 2013 (p. 286):84
Lo nuevo que aporta Mondola es, en realidad, una sutil corrección en la cronología de las versiones que se transmiten en cada caso, la cual no afecta a la conclusión principal de mi estudio de 2013 —esto es, que B2183 copia de un testimonio anterior y que no transmite el mismo texto que llega a la imprenta, como planteaban los catálogos y estudios anteriores—, sólo muy sutilmente al stemma. Así, el subarquetipo β del que copia el manuscrito, debería disponerse —si rediseñáramos este stemma de 2013 a partir de la advertencia de Mondola— más arriba en relación al subarquetipo α —que debería ubicarse un tanto más abajo. En efecto, el testimonio del que copia B2183 transmite una versión de la traducción con lecciones un tanto «libres» respecto del TF, versión que sería anterior a α, pues según Villegas explicita en la glosa, corrige los versos para volverlos más literales respecto de la fuente. Lo cierto es que, más allá de la aclaración explícita notada muy bien por Mondola, de mi más reciente investigación acerca de la gran cantidad de borrones sobreescritos, de las lecciones por debajo de las tachaduras y de las lecciones diversas que en esos loci transmiten los lemmata de la glosa (vid. supra) ya había podido concluir que el manuscrito transmitía originalmente una versión anterior mucho más diferente de lo que hasta ahora se había planteado y, además, que el panorama de la transmisión textual de la traducción es todavía más complejo: entre el arquetipo X y la versión que transmite el impreso hubo al menos otra versión de la traducción, que no pertenece a la subrama del B2183. Por tanto, se deberá rediseñar desde cero el stemma.
Retomo a modo de conclusión. El análisis de las variantes léxicas y estructurales no ha hecho más que corroborar las conclusiones del apartado anterior (1.3.1), a saber, que las enmiendas del manuscrito permitirían refutar la hipótesis de una filiación entre el manuscrito y el impreso. Se ha probado aquí cómo las traducciones más libres que presenta el testimonio manuscrito en las lecciones analizadas descartarían fehacientemente esta hipótesis, ya que de una lección más alejada del toscano difícilmente se llegue en la imprenta a una tan literal. Además, se aportaron muchos ejemplos más que prueban que el manuscrito transmite una versión anterior de la traducción. Por lo analizado en el primer apartado este testimonio se copió con certeza de otro que contaba con versos enteros diferentes a los del impreso: en algunos casos (ejs. 21, 22, 23 y 24) el copista los transcribió y se encargó casi inmediatamente de tacharlos y corregirlos según el impreso (cuadro I, 5); en otra gran cantidad de casos fueron borrados y corregidos, pero queda testimonio de ellos en algunos de los lemmata de la glosa. En efecto, el análisis de las variantes que nos trasmite la glosa —que en algunos casos coinciden con las del manuscrito y no con las del impreso y, en otros casos, transmiten las dos—, ha sugerido que para la confección del comentario Villegas se basa en una versión de la traducción diversa a la primigenia del manuscrito y diversa también a la que se transmite en el impreso, lo cual daría cuenta de la existencia de un testimonio con una versión intermedia de la traducción. Es decir, para la glosa se utiliza una versión de la traducción que todavía conserva algunas de las variantes primigenias —las cuales dejan su huella en varios de los lemmata que envuelven la copla— mientras que otras ya fueron corregidas pero, en algunos casos, el traductor decide incorporarlas en la «prosa soluta» del comentario junto a las lecciones nuevas.
1.4. Conclusiones y stemma: ¿del impreso al manuscrito?
Unas últimas cuestiones. En el segundo apartado de este capítulo (1.2) luego del análisis de los datos históricos que otorga la glosa y del contexto histórico y cultural de la traducción se replanteó el terminus a quo y el ad quem de la misma al postular