Traducción, humanismo y propaganda monárquica. Cinthia María Hamlin. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Cinthia María Hamlin
Издательство: Bookwire
Серия: Parnaseo
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788491345664
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al «tras» (a una tras una), sólo presentaba un metaplasmo (dialefa), pero a través de una sintaxis poco natural en relación al sentido que se pretende expresar. La lección que incorpora la mano anaranjada «en|trán|do_u|na_a| úna», sin alejarse del todo del sentido del original —pues las almas, al tirarse a la barca de Carón, entran en ella— ofrece un verso tal vez más natural, con dos sinalefas, metaplasmo común, y una dialefa que, sin embargo, evita el caso menos deseable de sinalefa entre tres vocales. Siendo que la mano de trazo anaranjado se trata posiblemente de la misma que hace las glosas marginales —las cuales, sobre todo en Purg. I y Par I, demuestran un conocimiento profundo del texto— no sería descabellado suponer que estas correcciones (cuadro I, 4) fueran del propio Villegas.

      Del análisis de estos dos últimos casos se puede deducir, entonces, que estas enmiendas son posteriores a 1515 pues, siendo que son no ya variantes de estilo sino correcciones de composición del verso, deberían aparecer enmendadas en el impreso. Téngase en cuenta, además, que los ejemplares del impreso cuentan al final del texto con una ‘fe de erratas’ del propio Villegas donde corrige cuestiones de ortografía, de concordancia verbal, de artículos y preposiciones erróneas o letras de más que afectarían el «ictus». Dos ejemplos: «en el canto segundo en la copla que comiença de angélica voz dize vos, está la .s. por la .z.» y más adelante respecto del canto XXXI corrige «verso segundo dize «Cocitón elado», ha de dezir «Cocito elado» (vid. nota 23). La ausencia en esta ‘fe de erratas’ de una corrección tan importante como la de la estructura de rima nos indicaría que estos errores fueron detectados en una instancia posterior, de la que estaría dando cuenta el manuscrito donde, como ya se dijo, aparece por debajo la lección errónea.

      Es importante mencionar que en el manuscrito se encuentran varias pruebas que confirmarían el hecho de que se trata éste de una copia y no del manuscrito «original» de la traducción: por un lado, versos duplicados de los cuales se tacha el primero ( fol. 87r: XXV, 5c), términos y sintagmas duplicados de los cuales se tacha el segundo («amor que que» –f. 18v: V, 17c–; «de cantar de cantar aleluya» — f. 41v: XII, 15g; «de los de los»— f. 71v: XXI, 2b–) estrofas olvidadas que se agregan con la misma letra, al margen inferior y superior (fols. 105v y 106r: XXXI, 2), versos salteados que se intercalan en letra pequeña (fols. 24r: VII, 11f, 77v: XXII, 15f y 119v: XXXIV, 19b). Ya sea por el tipo de estrofa (en el que se encadenan dos terzine dantescas y, a veces, media más) o de verso (de rima encadenada) resulta poco probable, por no decir imposible, que estos errores se hayan producido en el proceso de traducción.

      De todo lo anterior se podría deducir, pues, que la versión que trasmite el manuscrito es copia de un arquetipo anterior, tanto al manuscrito como al impreso, que presenta lecciones en su mayoría similares a las del impreso y otras no: se explica, de este modo, que por debajo de muchas tachaduras haya versos enteros distintos. Esta versión, asimismo, sufre diversas instancias de corrección: la primera, prácticamente inmediata pues presenta misma tinta y letra, genera ya un texto diferente al que de hecho llega a la imprenta y se nos transmite en los ejemplares de 1515. Las variantes del texto impreso se podrían explicar, pues, postulando que el manuscrito usado de base en la imprenta (α), copia de aquel arquetipo [X], presentaría ya incorporados algunos cambios en los versos de la primera versión, los cuales en el manuscrito se corrigen en al menos dos instancias de revisión posteriores.

      Con todo, existe otro tipo de enmienda en el manuscrito que puede llegar a pasar desapercibida y que, sin embargo, resulta clave para desentrañar la tradición textual compleja de este texto, así como su proceso de traducción y de revisión. Permítaseme, pues, una amplificación respecto de mis investigaciones anteriores. El último estudio in situ del manuscrito reveló que una gran cantidad de versos —y también de hemistiquios— que aparentemente coincidían perfecto con las lecciones del impreso están escritos, en realidad, sobre un borrón (los borrones se ven a trasluz): una mano sutilmente diversa —sostendré en breve que se trata del mismo copista aunque en una instancia muy cercana— borró los versos originales y los corrigió siguiendo el texto poético del testimonio impreso. En principio, los datos codicológicos —el papel raspado en ese lugar, los restos de tinta del verso anterior [imagen 1a] y la tinta de la mano que sobreescribe que se ve traspasada del otro lado del folio [imagen 1b]— así como los datos paleográficos —letra que sobreescribe un poco más grande [imagen 2], en algunos casos más espaciada de modo de poder ocupar el lugar completo que dejó el borrón [imagen 3], en otros casos trazando líneas [imagen 2] o alargando el remate de una letra para ocupar el espacio [imagen 3]— no dejan dudas.

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      Imagen 1a: Canto I,1dh, f. 1r63

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      Imagen 1b: Canto I, 4, f. 1v

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      Imagen 2: XXIX, 18h («Asaz–»)

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      Imagen 3: XXII, 2b («Caualleros»)

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      Imagen 4: XXXIII, 10ab («pasamos»; «y mudos...»)

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      Imagen 5: VII, 8a («Son clérigos»)

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      Imagen 6: XXXIII, 10 (N3r)

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      Imagen 7: VII, 8 (m7r)

      Cada folio del ms. presenta 3 coplas en el recto y 3 en el vuelto, las cuales se ubican siempre sobre el mismo pautado de líneas. Como muestran las imágenes 1a y 1b, la copla 1 coincide en el vuelto con la copla 4: se ve bastante claro allí, del lado derecho, cómo la tinta de «Espanto» de 1f está traspasada, así como la de todos los términos iniciales de los vv. d a h. Los borrones dan cuenta, por tanto, de que la lección primigenia del manuscrito era otra.

      El panorama queda más claro gracias a la glosa que envuelve el texto poético en el impreso. Allí, ya sea en el lemma a ser comentado (el cual se distingue entre manitos indicadoras, ver para su descripción apartado 2.2.2) o en la perífrasis de la glosa, se vuelven a citar versos, hemistiquios o sintagmas. En algunos casos, sin embargo, no coinciden con la lección de la copla que rodean, pero casualmente sí lo hacen con un verso o hemistiquio que en el manuscrito ha sido borrado y corregido. Puede verse esto en las imágenes 6 y 7 contrastadas con la 4 y la 5. En el primer ejemplo (imagen 6), en la copla del impreso se lee «Aquel día y otro pasamos ansiados/ y mudos», mientras que en el lemma entre manitos la lección es: «aquel día y otro tan mudo y ansiados» (N3r). Al volver al manuscrito (imagen 4) se percibe cómo el «pasamos» está sobreescrito en el lugar donde iría el «tan mudo y». Debajo del remate horizontal que prolonga la «s» final del «pasamos», se ven rastros de la «y» de la lección primigenia, que no fue borrada del todo bien. En el otro ejemplo (imagen 7) se lee en la copla «Son clérigos estos que no han cobertero», pero el lemma transmite la lección «y clérigos son los que no han cobertero». En el manuscrito se evidencia cómo el lugar donde iría el «y» está borraneado y ahí se sobreescribe un apretado «son». El lugar del «son» («y clérigos son») también está borrado y se sobreescribe un «est» que, en realidad, aprovecha la «l» del «los» y la transforma en una «t»: así el «los» se transforma en un «estos». En los casos de la imagen 2 y 3 la dinámica es la misma: en la glosa a la copla XXIX, 18 se transmite la lección «También es ligera de su qualidad» (K5r). El «Asaz–», por tanto, está sobreescrito donde habría estado el «también» y para ocupar el espacio que resta se dispone una raya. Respecto del ejemplo del canto XXII (imagen 3), en la copla se lee «ni ansý caualleros mouer ni pendones»