Fenómeno durante el cual surge un patrón debido a las interacciones de un campo de actividad dada. Para los expertos en ciencias cognitivas la conciencia es un fenómeno emergente que surge de las interacciones realizadas por los nanotubos del cerebro. El lenguaje es otro fenómeno emergente que surge en base a la práctica en el manejo de circuitos nerviosos.
Psicobiología: La emergencia designa un fenómeno particular de aparición de nuevas propiedades en un sistema. Se dice una propiedad «emergente» cuando solo existe en la totalidad del sistema que funciona y que ella no puede reducirse a los elementos que compone este sistema, ni tener existencia en el exterior ellos.
Todo estado de perturbación de un sistema que puede poner en peligro la estabilidad del mismo. Las emergencias pueden ser originadas por causas naturales o de origen técnico.
Las EMERGENCIAS tienen cuatro fases:
1. Previa. Se pueden controlar y minimizar los efectos, por lo tanto se pueden detectar y tomar las medidas respectivas.
2. Iniciación de la emergencia.
3. Control de la emergencia.
4. Análisis post-emergencia.
Se califican según su origen (tecnológico, natural o social) y su gravedad (conato, emergencias parciales y generales).
Las emergencias tecnológicas son aquellas que ocurren por fenómenos tales como incendios, explosiones, derrames y fugas.
Las naturales podrían ser del tipo salida de agua en una gran extensión, procedente de un manto acuífero o el incendio forestal provocado por la caída de un rayo sobre un árbol o de inundaciones provocadas por fuertes precipitaciones en una determinada zona o región.
Las emergencias sociales son aquellas que generan una situación de «fuera de control» que se presenta por el impacto de un desastre (pánico generalizado durante el cual se da una situación de caos total).
De una manera general se puede definir EMERGENCIA como «cualquier situación no deseada y que ponga en peligro la integridad tanto de las personas como de las dependencias que las albergan, exigiendo una actuación rápida ante la misma».
Como se puede ver en la Figura 1, causas naturales, tecnológicas o sociales pueden dar origen a una emergencia que tenga efectos sobre las personas, las propiedades o el medio ambiente.
Figura 1. Causas y efectos de una emergencia.
Las actuaciones para hacer frente a una emergencia pueden ser de distintos tipos y comprenden:
La prevención, de carácter general, que incluye códigos de buenas prácticas para evitar que surjan dichas situaciones y las pautas de actuación general ante las mismas una vez manifestadas.
El estado de alerta junto con la preparación ante la misma: hace referencia a las medidas de carácter específico a tomar para minimizar los posibles daños que con toda probabilidad surgirán producto de la emergencia.
La intervención o respuesta: son las actuaciones específicas a realizar durante la emergencia.
La recuperación y reanudación de actividades: una vez finalizada la emergencia toca evaluar el alcance y los daños cometidos por la misma así como realizar/tramitar las diligencias pertinentes para la vuelta a la normalidad lo antes posible.
Por ejemplo: si analizamos cualquier situación de emergencia poblacional (esto son, emergencias lo suficientemente importantes/graves como para afectar a una población/ciudad entera) tales como el huracán Katrina en agosto de 2005 en Nueva Orleans, el terremoto que afectó a la central nuclear de Fukushima en marzo de 2011 o la tormenta tropical Andrea, en junio de 2013 en Florida, observamos como para cada una de ellas podemos aplicar los cuatro puntos analizados anteriormente:
La prevención constituiría en estos casos las pautas de actuación general ante las mismas, mantener la calma, permanecer en los lugares seguros o refugios destinados a tal efecto, seguir en todo momento las del personal de seguridad/protección civil… Se podrían también incluir en este punto los simulacros de evacuación/actuación.
El estado de alerta junto con la preparación ante las emergencias: cuando es posible saber con antelación que la situación de emergencia se va a manifestar (como es el caso de huracanes, tormentas tropicales, inundaciones o algunos terremotos cuya actividad sísmica se detecta previamente) la población afectada pasa a un estado de alerta continuada (partes meteorológicos con mucha más frecuencia de lo habitual, mediciones terrenales sismológicas extraordinarias…) al tiempo que implementan todas las medidas preventivas específicamente destinadas a paliar los efectos de esa emergencia en cuestión v. gr. la improvisación de refugios o sitios seguros tales como pabellones deportivos u otros recintos públicos reforzando la seguridad en zonas más débiles como ventanas o tragaluces en los techos.
La intervención o respuesta: para estos casos en concreto pasarían por la actuación específica durante el tiempo que dura la emergencia: permanecer en áreas seguras, no quedarse solo, salir a la calle lo imprescindible…
La recuperación y reanudación de actividades: la vuelta a la normalidad en este caso estaría marcada por las actividades posteriores al huracán, terremoto, inundación, tormenta… encaminadas a restaurar la situación de normalidad lo antes posible (atención a posibles heridos, búsqueda/rescate de personas desaparecidas, arreglos de carreteras, restauración de servicios básicos tales como el abastecimiento de agua potable o la electricidad, etc.).
En este punto hay que hacer una matización importante: la actuación que exige una emergencia es muy diferente según quién la realiza:
Los servicios profesionales de respuesta a la emergencia como bomberos, policía o ayuda médica, tienen en esta actividad su razón de ser. Su trabajo es, expresado de forma gráfica: 24/7, es decir las 24 horas del día los 7 días de la semana.
Por el contrario, en una empresa u organización su razón de ser es la consecución de los objetivos de su actividad. Así, la Gestión de Emergencias es solo una tarea más que la dirección ha de gestionar, tanto por la obligación legal que impone la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, como por la Responsabilidad Social de la empresa para con sus trabajadores y la comunidad de la que forma parte.
Muchos de los conceptos relativos a emergencias son válidos para los dos enfoques y de hecho deben ser compatibles y estar coordinados, ya que la Gestión de Emergencias en una empresa u organización sería mucho más difícil, e indudablemente mucho más costosa, si no se contara con la existencia de los servicios profesionales de respuesta a la emergencia. Además, ¿quién te dice que el día de mañana no vayas a trabajar en uno de estos servicios?
Dado que este módulo pertenece al Ciclo formativo de grado superior «Prevención de Riesgos Profesionales» dentro de la Familia profesional «Instalación y Mantenimiento», el enfoque que se va a seguir es el del ámbito empresarial, aunque en otros capítulos se hace también referencia a la Gestión de Emergencias de una manera más institucional.
En toda actividad desarrollada relativa a las emergencias se deben contemplar una serie de actividades cuyos objetivos son los siguientes:
• Identificación de los peligros.
• Análisis de sus consecuencias.
• Evaluación del riesgo.
• Entrenamiento de los trabajadores.
• Control del diseño de modificaciones.
• Procedimientos de operación.