Humor: recurso privilegiado. Ana María Giner. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ana María Giner
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789878362359
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en la que los autores elaboran sus conclusiones, la British Psychoanalytic Association (BPA).

      De la misma manera, cabe citar a tres autores argentinos que prestan atención al tema del humor dentro del terreno psicoanalítico y de algún modo constituyen un antecedente de este estudio. Algunos ya citados, como Nasim Yampey (1920-1987), con varios estudios sobre el humor, Luis Alberto Spilzinger (1934-2003), autor del artículo “El uso del humor en la terapia” y Víctor Korman, quien también escribió acerca del tema. Los tres confirman que la inclusión del humor en las interpretaciones del analista, —en momentos de correcta captación del mismo—, resulta muy útil y agiliza la comunicación entre el profesional y su paciente.

      Existe un acuerdo, entre los referentes previamente mencionados, en destacar que el analista debe mantenerse atento y cuidadoso para detectar si se trata de una emergencia de humor en señal de un recurso sano o si se trata de las otras formas de expresión que en la vida cotidiana se confunden con el humor, pero que desde la perspectiva psicoanalítica pueden ser vinculadas a otras conductas (reactivas, defensivas, patológicas, etc.). También es necesario que el paciente se encuentre en sintonía con un estado mental que capte la situación de esta manera. Al mismo tiempo, refieren que en la tarea del análisis es complejo interpretar las manifestaciones de odio, ironía, perversidad, como también lo es comprender expresiones como el mismo humor, la ternura o la bondad. No obstante, dicha dificultad, proponen que el entendimiento del humor tiene que ser considerado en el contexto de lo relacional y situacional de la tarea analítica.

      Al considerar al humor en el proceso terapéutico, se le adjudica el mismo sentido que Bion y Meltzer le dan a la experiencia emocional. Inclusive, Bion le otorga un lugar de privilegio, describiéndola como el primer paso hacia los procesos del pensamiento humano. Para este autor es importante tener pensamientos, analizarlos y dejarlos evolucionar. Propone un sistema de contención mental de sentimientos y emociones con la intención de experimentarlos y dejarlos evolucionar hacia una «experiencia emocional» (Bion, 1962). El humor se asocia a esta construcción.

      La expresión psíquica del humor —compleja en tanto revela el movimiento emocional y la conexión con diversos procesos anímicos— constituye un tema de importancia que plantea numerosos interrogantes, los cuales han motivado este estudio con la intención de precisar detalladamente su consideración en psicoanálisis y en el decurso del tratamiento psicoanalítico. Se entiende entonces, que resulta válido realizar una indagación sobre los mecanismos psíquicos que intervienen en la emergencia del humor en dicho tratamiento terapéutico, para intentar llegar a determinar su alcance y significación.

      El supuesto es considerar el «genuino humor» y el valor de su emergencia5 durante el proceso psicoanalítico. Se define al «genuino humor» como una de las experiencias emocionales, producto de un procesamiento psíquico, en el que se generan transformaciones simbólicas de las emociones.

      Uno de los primeros aspectos que se considera en este estudio es la diferencia entre el «genuino humor» respecto al chiste, la manía, la ironía y la burla. El chiste guarda relación con lo reprimido; en la manía interviene el superyó en su aspecto prohibitivo; la ironía es un ataque disfrazado; la burla tiende a poner en ridículo, mientras que el genuino humor se localiza en el preconsciente, el superyó aparece en su aspecto benigno, no tiende a poner en ridículo y no instrumenta el mecanismo de la represión.

      A partir de esta caracterización se afirma que el chiste, la manía, la ironía y la burla, como expresiones emocionales, pueden confundirse con el «genuino humor» —específicamente durante el proceso psicoanalítico— y requieren de una diferenciación tanto en su apariencia como en cuanto a su elaboración psíquica.

      La bibliografía básica son los textos de Freud.

      La teoría de las relaciones objetales planteadas por M. Klein, y otros autores de la escuela inglesa será el objetivo de un próximo trabajo.

      Desde de dicho marco teórico, el humor dentro del proceso analítico de implicar cambios emocionales y cognitivos puede llegar a indicar la marcha del mismo, ya que involucra una manera de pensar, de comprender al mundo y a sí mismo. Esto ratifica la necesidad de diferenciarlo de aquellas manifestaciones similares ya mencionadas, y despejar las confusiones que pueden observarse en el uso cotidiano, en trabajos científicos y/o en diálogo entre colegas.

      Como en toda investigación, la motivación del investigador tiene circunstancias históricas. En este caso fueron las manifestaciones de humor de mis pacientes que despertaron el interés dentro de la actividad clínica. Preguntas tales como: ¿en qué consiste el humor?, ¿de qué depende?, ¿guarda relación con otros procesos psíquicos?, ¿puede llegar a manifestarse a través de un proceso analítico?, ¿cuáles son los conflictos que obstaculizan el desarrollo del humor?, ¿es posible diferenciarlo?, han sido el principio de la búsqueda bibliográfica y del presente estudio.

      El itinerario que se sigue está marcado por dichos interrogantes, teniendo siempre presente la complejidad de los procesos psíquicos.

      En ese sentido, el humor como expresión psíquica tiene una profunda significación en la vida mental, admite la concurrencia solidaria de varias dimensiones de lo psíquico: triunfo del narcisismo; un yo indoblegable que logra mantener el triunfo del principio del placer con el consentimiento del principio de realidad debido a una elaboración preconsciente; un superyó condescendiente que ampara y consuela al yo (Freud, 1927a); identificaciones que logran sostener la identidad (Klein, 1928); transformaciones psíquicas que contribuyen a una mayor creatividad y simbolización (Yampey, 1987 y Spilzinger, 2002).

      De acuerdo con el marco referencial psicoanalítico que se ha expuesto, se afirma que la comprensión del humor resulta básicamente del seguimiento de la contratransferencia, la que es necesaria para una adecuada interpretación transferencial. El analista necesita comprender los fenómenos que suceden en él mismo durante la labor analítica, para que su trabajo no sea perturbado por las reacciones propias. La noción de contratransferencia es inseparable de la de transferencia y del proceso psicoanalítico en esta investigación.

      Vale consignar como advertencia que, aunque el humor puede presentarse durante el proceso o verse estimulado por él, no significa que el psicoanálisis persiga ese objetivo o cuente entre sus propósitos desarrollarlo. En ese sentido, el humor como el insight —definido como un momento privilegiado de tomar consciencia que implica el acceso a un nuevo conocimiento de sí mismo—, podría surgir en la tarea analítica, pero sin que se lo busque expresamente. En todo caso, se puede observar que se manifiesta como resultado de un proceso de elaboración, cuando se superan los obstáculos psíquicos que lo mantenían perturbado.

      Si se considera que el psicoanálisis es una indagación tendiente a comprender la experiencia del mundo interno y a generar conocimientos sobre ella instrumentando la subjetividad del analista, se comprende la imposibilidad de recurrir a los criterios corrientes de prueba y validez que implica una objetivación. Sin embargo, desistir de criterios unívocos de validación, no implica renunciar a investigaciones como la presente. De ahí que se insista en señalar las dificultades que atraviesa la investigación cuando la principal herramienta es la propia subjetividad.

      El psicoanálisis ofrece otras oportunidades en la investigación científica.6 Es un método singular para una experiencia singular, un método que apunta al caso por caso, que toma la clínica como un conjunto de datos, como un punto de partida para ulteriores elaboraciones.

      Freud (1927b) en una de sus tantas definiciones del psicoanálisis, lo describió como un método para la investigación de los procesos mentales inconscientes que de otro modo son inaccesibles (Ibídem, AE, 21:36).

      M. Klein (1946 y 1952) siguiendo esa misma descripción, introdujo una concepción dramática del inconsciente al postular su teoría de relaciones objetales, incluida en la teoría más amplia de las posiciones, con sus distintos niveles de fantasías, desde las más primitivas hasta las más evolucionadas.

      Investigó los obstáculos que tiene el individuo en su intento de lograr mayor integración, las dificultades que cada persona tiene para tolerar