La buena noticia es que después todos vamos saliendo de ahí, todos los emprendedores empezamos a aprender a emprender, entendemos que la motivación es necesaria, pero que no sale de una frase, sale de ver los resultados que vamos obteniendo, de las personas que vamos conociendo en el camino, de la alegría de saber que lo estamos logrando, aún cuando no todo es tan perfecto como queríamos creer.
Jamás me arrepentí de emprender, es una vida que amo y elijo cada mañana, pero eso, por supuesto, no quiere decir que no haya cientos de cosas que detesto hacer, por lo cual mi querido Confucio, donde quiera que estés, gracias por dejarnos una frase que nos creímos durante años y llenó de una presión innecesaria nuestros días.
Sí, me estoy peleando con confucio, tengo el tupé de cuestionarlo y este libro recién esta arrancando.
Cuando me desencanté de los gurús y sus motivaciones de cartón, me di cuenta de que me faltaba lo más básico para emprender, yo no tenía todas las herramientas necesarias para poder renunciar a mi trabajo y vivir de emprender. No podía vivir de likes.
Pasaron algunos años y con ellos cientos de capacitaciones con gente muy talentosa, leí libros de esos que te cambian la perspectiva, de los que te invitan a correrte de esa comodidad para ponerte en movimiento.
Después de casi cuatro años, con la mochila cargada de variadas herramientas y algunos fracasos, me sentí segura para hacer pública mi cuenta personal en Instagram @benditamisuerte, donde hasta el momento solo estaban mis amigos y familiares.
Fue en mayo de 2018 cuando empecé a compartir mi camino emprendedor, mi vida sin yates ni cosas simples, más bien un torbellino de desgracias, dificultades bizarras y lindos momentos, eligiendo comunicarme desde el humor, para desdramatizar un poco, pero siempre cerca del mundo REAL, del mundo POSIBLE, quizás bastante alejado del mundo MÁGICO del que planteaba Piaget, bastante más cerca de saber que en la vida emprendedora hay “sábanas” y no “fantasmas”.
Si pensaste que decidí escribir este libro para decirte que todo es posible, a esta altura ya sabés que compraste el libro equivocado y encima no te acepto devoluciones. ¡Qué pena! Ahora seguí, total ya lo pagaste.
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Introducción II
¡¿En serio?!
Como era de esperar en la habitual sucesión de eventos desafortunados que le acontecen a mi BENDITA SUERTE, en febrero 2020 me propusieron escribir este libro y en MARZO, al mundo se le ocurre mandarse… (Suenan bombos y platillos) ¡Una pandemia! ¡QUÉ GRAN MOMENTO PARA ESTAR MÁS TIEMPO EN CASA Y PODER ESCRIBIR UN LIBRO!... DIJO NADIE NUNCA.
Realmente no creo eso de que la pandemia nos “cambió” o “nos hizo mejores personas”... muy poético, poco realista... lo que sí creo es que, desde que arrancó todo esto, hay un reacomodamiento de prioridades, focos, límites. Es como frenar en seco y ver qué cosas son importantes, qué es realmente relevante.
Por eso frené este proyecto, estaba escribiendo un libro emprendedor que más que darte herramientas estaba dando depresión. Lo dejé. Lo suspendí. Lo retomé unos meses después, cuando me había amigado un poco con la mal llamada nueva normalidad y podía transmitir con honestidad mi conocimiento y no con una violencia que rece “EMPRENDER ES UNA MIERDA, ¡NO LO HAGAS!”.
Avancemos.
El concepto de multitasking como virtud, lo puso de moda un psicópata.
Este término deriva de multitask, que proviene del ambiente tecnológico. En ese ambiente, y con este concepto, se identifican a los ordenadores o dispositivos que pueden realizar varias tareas a la vez.
PERO ¡OH SORPRESA!, LOS EMPRENDEDORES TAMBIÉN SOMOS PERSONAS.
Sabemos que en la cabeza del emprendedor está aún esa creencia de que hay que hacer muchas cosas a la vez, todo el tiempo y cada vez más.
Incluso, en un momento ser multitasking era una virtud, de hecho en algunas búsquedas laborales ciertos avisos ponían “persona multitasking ¡excluyente!” ¿Qué, qué? ¡Aguantá que me mato y vuelvo! ¿Cómo fue que pasó eso? ¿Cómo terminamos comprando que hacer mil cosas a la vez era sano?, y peor aún, ¡que eso era ser un buen emprendedor!
Que arranques haciendo todo vos porque no te da el presupuesto es lo lógico, pero si pasa el tiempo y seguís ahí, siendo tu propio jefe, tu propio contador, tu propio abogado y cadete, pensando en que eso es una virtud y no un problema a resolver, quiero que sepas que no sos emprendedor sino un autoempleado, pero de eso hablaremos más adelante. No desesperes. Lo resolveremos en este mismo libro.
El concepto multitasking nos lleva a otro muy polémico, el ÉXITO.
Es tanta la vorágine por querer alcanzarlo, que muchas veces terminás desdibujando la idea de éxito e, incluso, poniendo en juego la salud. No hablo solamente de patologías realmente complicadas, hablo también de contracturas, insomnios y todas esas afecciones que atentan contra la calidad de vida y la pregunta es: ¿vale la pena? ¿Por qué y para qué tanto?
En lo personal, la pandemia me sirvió para darme cuenta de esas prioridades y, obviamente, el libro está atravesado por esos aprendizajes de emergencia.
Ya que mencionamos éxito, es bueno hacer la distinción entre el éxito social, lo que los otros ven como éxito, y el éxito personal, lo que el éxito es para vos. Quizás, para algunos, un éxito social es que este libro sea un best seller, y mi éxito personal sea poder terminar de escribirlo, publicarlo y saber que puedo ayudar, al menos, a un emprendedor en este mundo. ¿Me explico? Espero que sí, porque esto no es un chat, ¡sorry!
Seguramente, esta pandemia redefinió ambos éxitos. Incluso, para algunas personas valorar que tienen una casa en la que se sientan a gusto o aprender a hacer un pan de masa madre fueron éxitos de cuarentena. Tener más tiempo para descansar, hacer foco en uno mismo... eso se VIVE como un éxito personal. Aunque para el otro, solo estés perdiendo el tiempo.
Pienso, o espero, que la exigencia de ser el número uno, haya aflojado un poco. ¿Hasta dónde ser exitoso es vender mucho? Por ejemplo, para mí el éxito es ahora el equilibrio de poder vivir de lo que amo y estar bien emocionalmente (ponele), de salud y en relación a mis afectos. Antes de la pandemia, lo vivía como dos mundos separados y hoy lo vivo como un solo mundo equilibrado. No concibo la idea de disfrutar lo que hago si no me siento a gusto con mi vida personal, con mi pareja, con mi familia y amigos. No somos dos seres distintos, es imposible que tu estado emocional no atraviese por completo tu emprendimiento. Si vos estás mal, tu negocio empezará a estar mal o vos dejarás de disfrutarlo.
No se puede ser feliz todo el tiempo y a veces tampoco se puede cinco minutos, pero se puede estar en paz con uno mismo, sabiendo que la conexión mente, cuerpo y alma está sincronizada. Pero como decía, mucho de esto lo terminé de aprender en cuarentena. Lógicamente, no sucedió de un minuto al otro.
La primera noche que en Argentina se decretaba la cuarentena obligatoria en marzo 2020 ¡fue de parálisis total!
En mi caso personal, por contar con diferentes herramientas, esa parálisis me duró dos noches, al tercer día, ya estaba en el ruedo nuevamente.