Mito 9: «Tu marca personal se dirige a todo y a todos». Los seres humanos somos complejos y a veces poco reconocidos, sin embargo, siempre habrá personas que reconozcan mejor que otras tus talentos y a quienes les serán más útiles las soluciones que puedas ofrecer. Estrategia es decidir en dónde quieres estar o de dónde te quieres apartar.
Mito 10: «La marca personal es moda». La marca personal no es un cliché más creado por algún autor o firma de consultoría. De hecho, las marcas personales siempre han existido y todos tenemos una marca propia, solo que usualmente nos olvidamos de que esta debe ser tratada y cuidada como si fuese una marca comercial porque es, sencillamente, tu fuente de valor a largo plazo.
2. Las realidades de una marca personal
«Lo que te hace único te hace exitoso» es una frase de William Arruda que debería ser contundente en tu vida, así lo ha sido al menos para mí. Las discusiones más apasionadas y divertidas que he tenido en mi salón de clase han girado en torno a una pregunta que resulta desafiante pero necesaria para identificar una propuesta de valor personal: ¿en qué te consideras único? Teniendo en cuenta lo diferentes que somos todos en el universo, el patrón común en las respuestas de los estudiantes se enfoca en lo mismo: «Únicos en nada, aunque sí competentes». Utilizar la palabra único les suena a discurso egocéntrico o a atributo imposible de lograr; algo incluso impensable.
Dicho esto, suelo invitarles a la reflexión:
«Si has tenido alguna relación de pareja, ¿por qué te prefirieron a ti respecto de otros pretendientes? Si llevas ya tiempo en algún trabajo, ¿por qué fuiste contratado tú en lugar de otro u otra aspirante? Y si lo estás haciendo aún, ¿por qué sigues trabajando si existen en el mercado mejores candidatos que tú para desempeñar tu actual labor? Seguramente porque en tu pequeño mercado eres único en algo. Ahora debes averiguar en qué».
Estas preguntas suelen poner fin a nuestras discusiones de clase y servir de forma terminante para que mis alumnos piensen en su propuesta de valor sin miedo a utilizar la palabra único.
Esto pasa con la marca personal, todos la tenemos, aunque para algunos pasa desapercibida y van por el mundo sin saber qué clase de huella están dejando.
Los que son conscientes de la importancia de fortalecer su propia marca ya están sacándole provecho. Este es el caso de María José: una exalumna, nacida en Venezuela, que ha construido su marca respondiendo a su misión de vida, que es la de enseñar y ser un modelo inspirador para las personas. Para ello, trabajó muy duro en su formación y se destacó académicamente obteniendo una beca, con la que sobrellevó su estadía en Colombia y ganó visibilidad en la academia. Mientras lo hacía, estableció una fuerte red de contactos con reputadas universidades, lo que posteriormente le permitió saltar al sector empresarial, acompañando a las organizaciones con conferencias motivadoras inspiradas en su historia de vida. Sin lugar a dudas, María José fue cuidadosa a la hora de identificar y trabajar desde su interior las fortalezas y elementos diferenciadores, los cuales exteriorizó con relatos de superación personal a través de su red de contactos. Lo más interesante de este testimonio es que María José, lejos de ser una celebridad con miles de seguidores, es una persona como tú o como yo.
Si quieres inspirarte más profundamente, puedes consultar la historia reciente de Jack Welch, ex CEO de General Electric, quien ha explotado el éxito alcanzado como director de esa organización para crear una marca poderosa en torno a su modelo de liderazgo, el cual se amplifica a través de libros, conferencias, consultorías y redes sociales. Hoy Welch cuenta con más de 1,5 millones de seguidores en Twitter y sus libros son verdaderos best sellers.
Y como estos hay cientos de ejemplos. Lo irónico es que una buena cantidad de profesionales en áreas administrativas, y otras asociadas directamente con el marketing, destinan gran parte de su esfuerzo a diseñar estrategias y planes, bien para el lanzamiento de nuevos productos o servicios, bien para perpetuar sus marcas en las organizaciones en las que trabajan, dejando prácticamente de lado la consideración de aplicarse a sí mismos actividades estratégicas. Si revisas el estudio de marca personal incluido en el anexo 1, verás que mucho menos de la mitad de los encuestados objeto del mismo se han sentado a escribir su propio plan personal. Más crítico aún resulta que esta situación sea frecuente también en el nivel directivo de muchas organizaciones.
El origen de lo anterior estriba en que usualmente nos escondemos detrás de una excusa banal, como la falta de tiempo o de recursos para evitar ponernos a trabajar sobre ello. La investigación del anexo 1 también da fe de esta percepción. Pero eso llegó a su fin. Si estás leyendo este libro ya estás dando un paso importante, ahora es cuestión de aplicar lo que encontrarás aquí.
3. El marketing activo de tu marca personal
No podemos desconocer que los seres humanos por naturaleza buscamos generar un impacto positivo de forma consciente o inconsciente en cada encuentro con otros individuos[20], lo cual vendría a constituir una forma de marketing personal pasivo. Sin embargo, esto usualmente es lo que la mayoría hace, de tal forma que siendo difícil percibir su valor real, terminan convirtiéndose en una marca blanca o poco diferenciada.
Cuando decidimos asumir conscientemente la responsabilidad del marketing de nosotros mismos y estructurar un plan estratégico coherente para desarrollar nuestra marca de manera visible y sobresaliente ante nuestro público objetivo, estamos evolucionando a la fase activa del marketing; fase en la cual logramos visibilidad gracias a la consolidación de un concepto que parte de nuestros sueños, intereses, pasiones y talentos. El concepto de marca personal está íntimamente ligado a tu proyecto de vida, el cual te da foco y, alrededor de este, te facilita la formulación de tu estrategia personal amparada en tu propio plan de marketing.
Las marcas personales y su marketing activo han existido durante años, tal es el caso de reconocidos deportistas, cantantes, políticos y otras grandes personalidades; pero también de personas corrientes, de manera inconsciente y con alcance a grupos de influencia primarios (familias, entorno profesional, amigos o vecinos), como seguramente será tu caso. Sin embargo, la masificación de Internet y la utilización constante de las redes sociales han abierto la puerta a una nueva realidad: la permanente exposición de las marcas personales a otras audiencias, con una mayor difusión de sus mensajes.
Esto ha hecho que la formalización de la formación en el campo de la marca personal ahora esté a la vuelta de la esquina, al igual que antaño ocurrió con otros conceptos que fueron evolucionando en el tiempo. A este respecto, Estados Unidos y España son pioneros.
Por una parte, existe una gran cantidad de conferencias sobre los diferentes enfoques de marca personal y se ha convertido, también, en un contenido apreciado en el ámbito académico a diferentes niveles, gracias a la preponderancia que actualmente tiene en el desarrollo personal. Muestra de ello es que ya existen posgrados cien por cien dedicados a la materia de personal branding dictados, por ejemplo, en la Universidad Ramon Llull, de Barcelona (España); a ello se suma su concepción como asignatura formal en instituciones como, por ejemplo, la Universidad del Nordeste o la Universidad de Virginia, ambas en Estados Unidos.
Por otra parte, existe una corriente de autores que trabajan el tema de la marca personal desde la óptica de la visibilidad digital, a través de la permanente presencia en Internet y las redes sociales, mostrándote como experto en algo que sabes hacer bien, incluso llegando a afirmar que «si no apareces en Google, sencillamente no existes».
Sin embargo, la situación es diferente, a mi entender. Yo soy un convencido de que la marca personal es algo que se debe cultivar desde el interior de las personas, siendo consciente del enorme potencial que existe dentro de cada uno de nosotros e identificando los motivadores que mueven tu vida. Todo lo demás se deriva de ello.
Así como las marcas comerciales tienen un ADN que las identifica, la esencia de tu marca debe reflejar fielmente la persona que eres y debe respetar tus valores, sueños, pasiones y talentos. Si tu marca personal