EL PROBLEMA MENTE-CEREBRO: TRES OPCIONES
1. ¿Tiene coherencia interna?
“Eres solo un cerebro”, ¿tiene sentido conforme a sus propios marcos de referencia? ¿Es una postura blindada o tiene incoherencias internas? Aristóteles10 (c. 384-322 a. C.) estableció la idea de que las creencias que solo tienen en cuenta los elementos físicos socavan el método científico. El objetivo de un científico es encontrar sentido al mundo físico, pero si nosotros tenemos la misma composición que el mundo que estudiamos, ¿cómo es posible emitir cualquier tipo de afirmación objetiva? “Eres solo un cerebro”, ¿tiene coherencia interna? En absoluto. Socava la propia disciplina que adoptan y aplauden sus abogados: la propia ciencia. En los capítulos siguientes también veremos que este paradigma incluso pone en duda la integridad de la mente humana.
2. ¿Tiene capacidad explicativa?
“Eres solo un cerebro”, ¿explica el mundo que nos rodea? ¿Le encuentra sentido al entorno en que vivimos? Si algo es cierto, debería ayudarnos a entender el mundo, en lugar de abocarnos a una confusión mayor. ¿La idea de que una persona es su cerebro nos ayuda, o nos confunde? Cuando me pregunto qué hace de mí lo que soy, las neuronas por sí solas parecen insuficientes para explicarlo.
Una parte importante de quién soy se desprende de una vida interior invisible que está compuesta de pensamientos, recuerdos, emociones y decisiones, y ninguna de esas cosas queda plasmada en el voltaje celular, los neurotransmisores y las alteraciones en el flujo sanguíneo. Instintivamente, “Eres solo un cerebro” no logra explicar el “yo” interior.
3. ¿Se puede vivir?
Francis Schaeffer (1912-1984) fundó L’Abri en 1955; se trata de una comunidad cristiana localizada en los Alpes suizos, un refugio seguro para quienes formulan preguntas espirituales. Una de las convicciones de Schaeffer era que el grado en que una creencia puede ponerse en práctica de forma genuina, el punto hasta el que podía alinearse con nuestra experiencia de la vida, es un indicador de su veracidad.
¿Y cuál es nuestra experiencia? Vivimos como si fuéramos nosotros los que pensamos, no nuestro cerebro. Las neuronas no piensan; las personas piensan. En todo momento vivimos como si existiera una perspectiva del mundo en primera persona.
La concienciación, la autoayuda, la consejería, las autobiografías, los escándalos de la pedofilia, o en realidad cualquier otra cosa que exija introspección dan por hecho que la perspectiva de la primera persona es real. Vivimos como si en nosotros hubiese mucho más que simplemente un cerebro.
Si la respuesta a “¿Soy solo un cerebro?” es “no”, ¿qué más alberga mi ser? Normalmente, en el pasado a esa parte de mi ser que es esencialmente “yo” normalmente la llamábamos “alma”. ¿Existe realmente el alma? Y, si es así, ¿nos ayuda a responder a preguntas fundamentales sobre la identidad humana? Por supuesto, hay quien cree que hoy día es posible explicar el alma gracias a la neurociencia; en otras palabras, que la creencia en el alma está obsoleta. ¿Es cierto esto? Esa es la pregunta que abordaremos a continuación…
2. www.bebrainfit.com (consultada el 21 de enero de 2019).
3. R. Tallis, Aping Mankind: Neuromania, Darwinitis and the Misrepresentation of Humanity (Acumen, 2011).
4. Hipócrates de Cos, The Sacred Disease (Loeb Classics Library 148), pp. 174-175.
5. C. Blakemore, The Mind Machine (BBC Books, 1990), p. 270.
6. El Oxford Dictionaries la define como “El elemento de una persona que la permite ser consciente del mundo y de sus experiencias, pensar y sentir; la facultad de la consciencia y del pensamiento”. oxforddictionaries.com. (consultada el 21 de enero de 2019).
* Algunos filósofos definen el FNR de otra manera, como lo hace William Jaworski en su Philosophy of Mind: A Comprehensive Introduction (“La filosofía de la mente: una introducción general”, Wiley-Blackwell, 2011). Los distintos ámbitos científicos no puede reducirse unos a otros; por ejemplo, la biología no es reducible a la química. Sin embargo, según este paradigma, los bloques de construcción de la consciencia serán siempre materia inconsciente.
7. J. Heil, Philosophy of Mind: A Contemporary Introduction (Routledge, 2013), pp. 183-184.
8. Para un anáisis más completo, ver John C. Lennox, ¿Puede la ciencia explicarlo todo? (Editorial CLIE, 2021).
9. Nick Pollard, Evangelism Made Slightly Less Difficult (IVP, 1997), pp. 47-70 (también disponible en bethinking.org/apologetics/deconstructing-a-worldview).
10. Stewart Goetz y Charles Taliaferro, A Brief History of the Soul (Wiley-Blackwell, 2011), p 26.
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