Sin embargo, el ámbito evaluativo de los postgrados tiene nuevas dinámicas que complejizan su panorama evaluativo, y que tenderán a establecer cada vez mayores especificidades institucionales y supranacionales a los procesos de aseguramiento de la calidad, dado el carácter global del postgrado. En esas nuevas manifestaciones se destaca significativamente que el postgrado y la educación permanente se insertan en el marco de una educación transnacional y virtual, cuyas características no las hacen fácilmente evaluables. La acreditación internacional —que analizamos como variable específica en un capítulo más adelante— es una de las expresiones de este proceso.
La construcción de instituciones de evaluación de pregrado y de postgrado, integradas pero separadas entre universitarias y no universitarias (Perú), es parte de una discusión más compleja asociada a la forma de construcción de sistemas más amplios y diversificados de aseguramiento de la calidad. Es probable suponer que la creación de nuevas agencias, la complejización asociada a educación de la sociedad del conocimiento (virtual y educación transnacional), la apertura de agencias subregionales o de segundo piso, así como la acreditación internacional y la recertificación de competencias son otras de las expresiones del pasaje desde meras agencias de evaluación y acreditación a más amplios sistemas de aseguramiento de la calidad.
i. La dificultad de evaluar la educación transnacional
La nueva educación trasnacional remite a escenarios de alta movilidad estudiantil, al incremento de la cooperación interuniversitaria y a estándares compartidos de calidad. Ella se articula además en el marco de una creciente globalización mercantil y del nacimiento de la sociedad del saber, que son escenarios no nacionales. De manera creciente, las agencias de acreditación, si bien han nacido en su mayor parte de determinaciones políticas, académicas y económicas nacionales, en el contexto de la internacionalización de la educación superior han debido enfrentar temas de regulación asociados a la nueva educación transnacional. Así, estos sistemas de aseguramiento de la calidad que han nacido en la crisis de la segunda reforma de la educación superior y de la expansión de los modelos binarios locales, crecientemente están pasando a tener un papel destacado en el marco de la tercera reforma y del modelo tripartito de instituciones públicas y privadas nacionales y de instituciones internacionales, sufriendo un cambio significativo de roles y de enfoques, al intentar regular la relación de lo nacional con lo extranjero, de los sistemas universitarios locales frente a los sistemas de educación externos (58).
En este proceso, las agencias de evaluación y acreditación de la calidad se deben transformar para insertarse como parte constitutiva de las bases de la nueva sociedad del conocimiento que se está conformando y de una economía globalizada que está permitiendo mayores niveles de movilidad de la mano de obra. Comienzan a ser parte de los procesos de fiscalización, incentivación y control de la calidad de la educación global y, en algunos casos, se conforman como los instrumentos de las nuevas barreras de defensa entre los países y los mercados mundiales, en el largo proceso que marcará los parámetros básicos de la educación global y sin fronteras que parece perfilarse en las próximas décadas. Europa ha decidido en su proceso de convergencia —marcado por el Acuerdo de Bolonia— el mantenimiento de las agencias locales, pero con estándares comunes por la educación global, lo cual tal vez y finalmente requerirá tan alta estandarización de los procesos de credenciamiento y de medición de las igualdades de condiciones de producción para la libre competencia profesional, que podrá derivar en agencias regionales.
En el nuevo panorama de la educación, la calidad y la pertinencia son crecientemente globales, así como también los alumnos y los docentes, y ello tiene fuertes incapacidades técnicas y políticas para su control eficaz de manera local. Esta nueva educación se asocia a la sociedad de la información de acceso en red, que se caracteriza por dificultades técnicas para su control local. En esta nueva educación con componentes virtuales, internacionalizados, de alianzas entre instituciones y de creciente movilidad estudiantil y profesoral, uno de los componentes más importantes y centrales son los postgrados internacionalizados. Estos son resultado de la necesidad de las sociedades de tener cada vez más profesionales especializados en áreas del saber en las cuales los países no están en capacidad económica o académica de ofrecer.
En este escenario, se producen crecientes alianzas interuniversitarias con base en regulaciones de derechos (de autor, de propiedad, de distribución geográfica, de marcas, de patentes, etc.). Los estudios han mostrado cómo la internacionalización provoca que el Estado comience a ser superado por la economía privada y por su incapacidad de establecer instrumentos eficaces de regulación locales en realidades supranacionales. Sin embargo, al tiempo las demandas sobre los Estados de la región se amplían al incrementarse las desigualdades y las incertidumbres que provoca la globalización. La respuesta está siendo no la desaparición del Estado ante instituciones regionales o mundiales, sino el desarrollo de nuevas modalidades y tareas de los Estados (59). Es un proceso en el cual la globalización impele al Estado a establecer mayores regulaciones, pero también a establecer ámbitos internacionales de acción en cuya discusión sobre las modalidades de construcción y sus características anidan los debates en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con relación a sus roles, marcos legales y enfoques regulatorios. En este escenario, las agencias de evaluación y acreditación son parte del entramado de los instrumentos en el proceso de creación de mercados comunes ampliados y de integración entre los diversos sistemas educativos nacionales.
ii. La dificultad de evaluar la educación virtual
La nueva realidad también se caracteriza por el nacimiento de una educación virtual y nuevas prácticas pedagógicas, que necesariamente remiten también ya no solo a acreditar en un marco de educación transfronteriza, sino a la dificultad de cómo hacerlo bajo modalidades educativas abiertas y flexibles. La educación virtual constituye, además de una modalidad transfronteriza, un nuevo paradigma pedagógico y tecnológico que cambiará la educación y las dinámicas sociales de aprendizaje en el futuro. Sin embargo, crecientemente se verifica la imposibilidad de evaluar cabalmente la educación virtual bajo los paradigmas tradicionales y nacionales de las agencias.
La educación virtual es una modalidad apoyada y mediada por instrumentos comunicacionales que permiten niveles de interacción y convergencia de medios que no existían en la educación a distancia tradicional. En este sentido no puede ser vista como su mera continuación, como la tercera generación simplemente. Ella además permite modelos de simulación y una educación abierta fuera del aula y, por ende, del país. Cambia el docente que deja de ser una persona para ser un grupo, y en tal sentido democratiza los procesos educativos y detiene el poder omnímodo del maestro que lo transfiere a un equipo anónimo y transdisciplinario. El peso de la imagen, la simulación y el sonido, constituyen procesos que permiten apropiación de saberes a escalas superiores que la tiza, el pizarrón y la palabra. Su modalidad abierta, como una de sus características dominantes, en nada se parece al espacio medible del aula. Está marcada, además, por un escenario cambiante dado el uso intensivo de nuevas tecnologías que nacen diariamente y por ende cambian y amplían las posibilidades de la educación. Al estar sus motores puestos en la tecnología, adquiere una dinámica muy superior a la educación presencial. Esta modalidad expresa una compleja industrialización global de la educación, y abre las puertas a una dinámica donde la calidad está asociada directamente a la inversión en tecnologías instruccionales y de comunicación,