La iglesia poscuarentena: Seis desafíos y oportunidades urgentes que determinarán el futuro de tu congregación
© 2020 por Church Answers.
Publicado por Editorial Patmos,
Miami, FL 33166
Todos los derechos reservados.
Publicado originalmente en inglés por Tyndale House Publishers, Carol Stream, Illinois, con el título The Post-Quarantine Church: Six Urgent Challenges and Opportunities That Will Determine the Future of Your Congregation. © 2020 por Church Answers.
Todo el texto bíblico ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados.
Traducido y editado por Grupo Scribere
Diseño por Adrián Romano
Conversión a epub: Cumbuca Studio
e-ISBN: 978-1-64691-107-3
Categoría: Vida cristiana / Iglesia
A los líderes de iglesias en la comunidad Church Answers [Respuestas para la iglesia]. Me siento honrado de servirles.
Y siempre dedicado a Nellie Jo. Me honra que hayas dicho que sí.
CONTENIDO
1 Portada
3 Creditos
4 Introducción: Después de la cuarentena
5 Primer desafío: Reúnete de manera diferente y mejor
6 Segundo desafío: Aprovecha tu oportunidad para alcanzar el mundo digital
7 Tercer desafío: Vuelve a relacionarte con la comunidad cercana a tu iglesia
8 Cuarto desafío: Lleva la oración a un nivel nuevo y poderoso
9 Quinto desafío: Reconsidera el uso de tus instalaciones para oportunidades incipientes
10 Sexto desafío: Realiza cambios duraderos que marcarán la diferencia
11 Ideas finales: De los desafíos a las oportunidades
12 Notas
Landmarks
1 Portada
3 Creditos
INTRODUCCIÓN
DESPUÉS DE LA CUARENTENA
¿Recuerdas dónde estabas?
Esta es una pregunta frecuente cuando hablamos de acontecimientos históricos. Nos gusta recordar dónde estábamos y qué estábamos haciendo exactamente cuando nos enteramos de un gran acontecimiento o un momento trágico. Además de recordar logros históricos como poner a un hombre en la luna, la caída del muro de Berlín y el triunfo de los Cachorros de Chicago en una Serie Mundial, ya he vivido lo suficiente como para recordar cuatro tragedias diferentes, con un lapso de tiempo aproximado de veinte años entre ellas.
Aunque en aquel momento solo estaba en tercer grado, nunca olvidaré el 22 de noviembre de 1963. «Niños y niñas —enunció mi maestra con una emoción sorprendente—, quiero que se concentren en las palabras que estoy a punto de pronunciar. Deseo que por el resto de sus vidas recuerden este momento con claridad. Le han disparado al presidente Kennedy y lo han matado. Lo han asesinado. El presidente está muerto».
Esa fue una dura dosis de realidad para un grupo de niños de ocho años, pero desde ese día, el asesinato de Kennedy me ha fascinado. Tengo mis propias teorías sobre lo que sucedió, y algunos de mis objetos de colección y artefactos más preciados están relacionados con ese triste día.
Avanzamos rápido más de dos décadas. Yo era estudiante de seminario a tiempo completo, y trabajaba en un banco treinta horas a la semana para mantener a mi familia. Recuerdo que, el 28 de enero de 1986, me encontraba parado en el vestíbulo del banco, mirando por televisión cómo el transbordador espacial Challenger despegaba desde Cabo Cañaveral. Recuerdo mi confusión cuando, apenas un minuto después del despegue, el cohete se convirtió en una bola de fuego con columnas de humo que iban en todas direcciones.
Necesité unos treinta minutos para comprender a plenitud que el Challenger había desaparecido. Murieron siete personas, entre ellas Christa McAuliffe, la primera maestra de escuela en ir al espacio.
Quince años después de la explosión del Challenger, ocurrió el trágico suceso conocido simplemente como el 11 de septiembre. Yo era decano del seminario y aquella mañana de 2001 fui a la capilla consciente de que dos aviones se habían estrellado contra las torres gemelas del World Trade Center de la ciudad de Nueva York; pero no sabía por qué. Cuando el tiempo de capilla concluyó, las torres se habían derrumbado.
Otras dos décadas más tarde, nos golpeó la pandemia mundial de coronavirus; y nación tras nación, el mundo entró en modo de bloqueo. En dos meses, el nombre difícil de manejar para el virus («nCoV 2019» o «nuevo coronavirus de 2019») se había convertido en «COVID-19» o simplemente «el virus».
Cuatro momentos trágicos de la historia. Cuatro acontecimientos que nunca olvidaré. Cuatro desastres que trajeron muerte.
Sin embargo, lo interesante sobre la cuarta tragedia es que no recuerdo dónde estaba cuando escuché por primera vez sobre la COVID-19.
Las tres catástrofes anteriores estuvieron vinculadas a fechas y horas específicas, pero en cuanto al virus, fui escuchando de él poco a poco.