La importancia de una resistencia bien desarrollada se desprende del hecho de que los llamados capitanes de equipo siempre son los que más alta capacidad de resistencia tienen (ver Dickhut et al. 1981, pág. 151). Por lo tanto, principalmente debe recordarse:
Además, la práctica del entrenamiento demuestra que grandes futbolistas como Pelé, di Stefano, Bekkenbauer, Maradona, Gullit, Matthaus y otros no llegaron al fútbol por su gran resistencia sino gracias a su don excepcional con el balón.
Ilustración 7. Registro de los trayectos de los desplazamientos (tiempo de 5 minutos) de un jugador (según Winkler, 1985, pág. 23).
Volumen e intensidad de los desplazamientos durante un partido de fútbol dependiendo de la posición en el campo
En la ilustración 8 puede verse claramente que según la posición en el campo las características de los desplazamientos varían considerablemente. Los jugadores centrocampistas son, por lo general, los que más intensamente corren debido a su rol central entre defensa y ataque.
Ilustración 8. Análisis del tiempo y la frecuencia en los tres grupos dependiendo de la posición de juego (Yamanka et al. 1988, pág. 338). Def= Defensa; CC = Centrocampista; AT = Ataque (A, B, C: ver ilustración 6).
Valoración cualitativa: influencia del desarrollo de la resistencia general y específica sobre los diferentes factores del rendimiento del futbolista
Importancia de la resistencia básica
Una resistencia básica suficiente o bien desarrollada tiene el efecto de:
-Aumentar la capacidad física:
El jugador entrenado en resistencia puede participar de forma más larga e intensa en los partidos, llegar más a menudo al balón durante todo el juego sin perder la capacidad de rendimiento (mantener un ritmo de juego muy alto) y utilizar al máximo sus reservas físicas.
-Optimización de la capacidad de recuperación:
El organismo del futbolista entrenado en resistencia puede superar los síntomas de cansancio más rápidamente y compensar de forma más efectiva los decaimientos energéticos, lo que le facilita una participación en el juego más intensiva. Además, el jugador se recupera más rápido después del entrenamiento y la competición.
-Minimización de lesiones:
Los jugadores mejor entrenados se lesionan con menos frecuencia, ya que debido a que siempre están «frescos» no incurren en tantas situaciones de riesgo en la defensa ni en el ataque y cuando el partido está cerca de su finalización todavía pueden reaccionar suficientemente rápido. Además, en ellos, al contrario de lo que les sucede a los futbolistas que se cansan más rápidamente, no se ve afectada la elasticidad de los músculos y las articulaciones, lo que incrementa la protección contra posibles lesiones.
-Aumento de la resistencia psíquica
El jugador con mayor resistencia es más inmune contra el esfuerzo y posee mejor estabilidad psíquica. Está en condiciones de superar mejor las derrotas, sin tener que luchar con problemas, que en caso contrario aparecen a menudo, de motivación ni cambios negativos de actitud (actitudes depresivas que afectan el rendimiento).
-Reducción de errores ocasionados por el cansancio
Debido a que el jugador con una buena resistencia no se cansa tan fácilmente, tampoco se «enoja» y continúa con la disciplina táctica. Mantiene la táctica planeada con anterioridad y no hace faltas innecesarias causadas por desmotivación ni descuidos, y en las situaciones decisivas mantiene su sangre fría y no se queja constantemente.
-Reducción de errores técnicos
El jugador entrenado en resistencia está concentrado, atento y es rápido hasta el final en todas sus decisiones y movimientos, lo que mantiene el número de errores en una cifra muy baja (pérdida del balón al recibirlo, al pasarlo, al regatear).
-Velocidad de reacción constantemente alta
Gracias a su mejor disponibilidad para recuperarse rápidamente y por lo tanto menos posibilidad de que le venza el cansancio, su sistema nervioso central se ve menos afectado. Durante todo el partido mantiene su capacidad de anticipación, decisión y reacción de forma óptima sin que se vea afectado su rendimiento. El jugador está «completamente despierto», concentrado y atento hasta el final del partido. El jugador de ataque aprovecha hasta el último segundo antes del final del partido para golpear a portería. El defensa mantiene a raya a su contrario hasta el final del partido.
-Salud más estable
El jugador que está más entrenado en resistencia mejora su sistema in- munológico de defensa, de manera que no tiene tantas enfermedades infecciosas como gripes y resfriados. De esta forma, por un lado, evita pérdidas de rendimiento y, por el otro, no falla al equipo en las competiciones.
Atención: A pesar de las múltiples ventajas que acabamos de mencionar sobre la resistencia básica bien desarrollada, debe tenerse en cuenta que:
1.El futbolista no debe tener nunca como objetivo desarrollar al máximo su capacidad de resistencia; sino que debe desarrollarla suficientemente, es decir, de forma óptima, para sus necesidades futbolísticas. Un exceso de entrenamiento de la resistencia conducirá -especialmente en los jugadores júnior que disponen de un tiempo de entrenamiento limitado- a un abandono del resto de cosas importantes para el entrenamiento específico del fútbol, concretamente el aprendizaje táctico-técnico o los partidos de entrenamiento. Deberá prevenirse contra un exceso de entrenamiento de resistencia (ver Bremer 1985, pág. 5).
2.Otro motivo para no practicar el entrenamiento de resistencia como un fin en sí mismo es que un exceso de éste influencia negativamente la velocidad del futbolista: el que se entrena demasiado en resistencia será más lento, ya que se ocasionan modificaciones bioquímicas en los músculos que sirven más para la resistencia que para la velocidad (ver Diekhut et al., 1981, pág. 151). En casos extremos puede darse el caso de que las fibras musculares de contracción rápida -que son las que posibilitan los saltos, los golpeos y las salidas explosivas- se conviertan en músculos de contracción lenta, viéndose así afectados negativamente para la velocidad (ver Howald, 1987, pág. 23).
3.Finalmente, un entrenamiento excesivo -y esto es especialmente válido para el fútbol de alta categoría- concretamente en forma de entrenamiento de resistencia demasiado intenso y frecuente (ver p. 300, vol. II) puede llevar a una pérdida de la resistencia básica y paralelamente a un empeoramiento de la capacidad de recuperación, que en caso extremo se manifiesta en una situación de sobreentrenamiento que puede dañar profundamente no sólo el rendimiento del futbolista sino también su potencia y estado de ánimo (ver p. 30).
Tal como demuestran las investigaciones de Urhausen/Kindermann (1987, pág. 39), un exceso de entrenamiento provoca una reducción en la producción de la hormona sexual masculina testoterona, que juega un papel muy importante para la recuperación y en el metabolismo para la creación de proteínas.
Importancia de la resistencia especial
Aparte