Por su parte, la literatura más cercana a esta lucha se centra en el estudio de la conformación de la Liga Indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta y otros movimientos, aunque destacan la vinculación de estos con las vías de derecho.24 Este es un punto central en la historia del grupo indígena, ya que las vías legales moldearon la relación e incluso definió la llegada del Estado a la Sierra Nevada de Santa Marta.25 Dada la importancia de estas vías de derecho en el caso estudiado, ciertas investigaciones se focalizan en esta estrategia de lucha, aunque se articulan las motivaciones y las demandas con el problema por la tierra principalmente.26
Ya que en esta investigación se abordó un amplio número de demandas, que no solamente se remitían a la problemática de la tenencia de tierras, se tomó el término despojo desde una perspectiva amplia, con el fin de hacer referencia a fenómenos de pérdida, desposesión, privación o saqueo de elementos materiales, como la tierra, e inmateriales, como la autonomía política, las creencias, las costumbres y otros aspectos culturales. Vale la pena aclarar que la ampliación del término despojo no pretende quitarle relevancia al problema de la tierra, el cual es fundamental para entender la lucha arhuaca, sino que comprende diferentes atropellos como parte de una misma dinámica de desposesión.27 Esta dinámica hace referencia principalmente a un proceso de dominación y colonización, el cual se inscribe en varios momentos históricos particulares que fundamentan el carácter político y cultural en la relación de actores —Iglesia, Estado y colonos— con los indígenas.28
Por su parte, la interlocución de los indígenas arhuacos con el Estado colombiano puede denominarse una acción colectiva, en el sentido de que cierto grupo de personas se unieron para enfrentarse a élites, autoridades o antagonistas sociales.29 Esta acción colectiva fue la base para que se iniciaran movimientos sociales propios en la Sierra Nevada de Santa Marta, lo que implicó una organización con objetivos comunes, el establecimiento de solidaridad entre los integrantes y el desafío de las relaciones mantenidas con las élites, las autoridades o los oponentes.30 No obstante, esta investigación no se centra en los movimientos sociales generados a partir de acciones colectivas de los arhuacos, sino en la interlocución como estrategia de lucha.
Dicha interlocución tenía el objetivo de comunicar los reclamos de la comunidad y pedir la ayuda a las autoridades tanto locales como nacionales; no obstante, la interlocución tomó varias formas de acuerdo con el contexto de los reclamos y de los reclamantes, por lo que se utilizaron diferentes estrategias para hacer efectiva la comunicación con el Estado. Como se mencionó, la interlocución puede ser entendida como una acción colectiva, pero, al querer resaltar la diversidad y las particularidades de las estrategias de comunicación utilizadas por los indígenas, es pertinente acuñar un término que abarque mucho más.
De acuerdo con esto, las estrategias de comunicación de los reclamos utilizadas por los arhuacos se conceptualizarán bajo el término de repertorio de acción colectiva. Este concepto fue acuñado, en un primer momento, como repertorio de confrontación por Charles Tilly y hacía referencia a todos los medios que dispone un grupo para lograr o conseguir intereses compartidos;31 sin embargo, con el desarrollo de su obra, Tilly optó por acuñar el término de repertorios de acción colectiva, el cual no solo incluye lo que la gente hace cuando se enfrenta a otros, sino también lo que sabe hacer y lo que los otros esperan que haga.
Lo anterior es relevante porque las acciones sociales, así como los repertorios de acción, se desarrollan a partir de oportunidades y restricciones políticas.32 Para el caso de los repertorios arhuacos basados en la interlocución, el Estado, a través de entidades, en algunos casos suministró oportunidades y sirvió de aliado para organizar demandas en contra de autoridades y oponentes como los misioneros capuchinos y los colonos. No obstante, los indígenas para hacer llegar sus reclamos al Estado debieron adecuarse a una forma particular de presentarlos —de forma escrita, en castellano, siguiendo un formato, etc.— y a la burocracia de las instituciones.
Este aspecto material de la interlocución, que se incluye dentro del término repertorios de acción, deja de lado el análisis del contenido de los reclamos. Ante esto, se toma el concepto de repertorios discursivos, el cual hace referencia a la combinación de palabras que pretenden describir de manera clara y convincente las razones de los reclamos y que constituyen los argumentos utilizados para justificar las demandas del grupo.33 Dichos repertorios discursivos apelan a valores compartidos, como la rectitud para la acción, la identidad o la justicia, y precisamente las demandas presentadas por los arhuacos se construyeron en gran parte a partir de lo que consideraban justo o injusto.
Los conceptos de justicia e injusticia en las sociedades se encuentran en constante transformación y parten de acuerdos sociales vinculados a lo que se considera bueno o malo en una época y lugar determinado. Así, lo que es justo para unos no es justo para otros, e incluso estas concepciones de justicia pueden variar ampliamente dentro de una misma sociedad.34 Ante esta situación se encontraban los indígenas arhuacos que exigieron reivindicaciones, ya que sus concepciones de justicia o del deber ser, en múltiples ocasiones, no coincidieron con las de sus oponentes o antagonistas sociales, quienes, a diferencia de los arhuacos, sí contaban con la autoridad para imponer su visión del mundo.
De manera concreta, las fuentes utilizadas para esta investigación forman parte de las cartas, memoriales y telegramas enviados y recibidos por indígenas arhuacos y diversas entidades y funcionarios del Estado entre 1916 y 1972. Así mismo, se tomaron algunos artículos de prensa que dan testimonio de la interlocución al registrar los reclamos presentados por grupos arhuacos en las visitas que realizaron a Bogotá y Santa Marta en 1916, 1933 y 1962. Junto con esto, se analizaron publicaciones de la Orden Capuchina, las memorias del líder arhuaco Vicencio Torres y distintas comunicaciones internas e interinstitucionales de la División de Asuntos Indígenas y otras entidades estatales que trataban las problemáticas en la Sierra Nevada y que ayudaron a contextualizar y comprender la interlocución. En su mayoría, estas fuentes fueron obtenidas del fondo del Ministerio de Gobierno, de la sección de archivos oficiales del Archivo General de la Nación. Otros acervos documentales que también fueron consultados son el Archivo Histórico del Magdalena Grande, la Biblioteca Luis Ángel Arango y la Biblioteca Nacional.
Con dichos documentos se constituyó el corpus documental trabajado en esta investigación, el cual consta de 168 elementos. Dada la imposibilidad de mostrar en profundidad todas las fuentes recopiladas en el cuerpo del trabajo y con el objetivo de contrarrestar la fragmentación de estas, se privilegió la presentación de algunas fuentes de autoría indígena por medio de anexos, los cuales se vinculan con el cuerpo del trabajo a lo largo del texto. El privilegio de fuentes de autoría indígena, aunque puede parecer arbitrario, se justifica si se tiene en cuenta que gran parte de la historiografía sobre luchas indígenas en Colombia se ha centrado en el análisis de lo que actores diferentes a los indígenas han dicho sobre ellos.35
Para la selección de estas fuentes anexas se consideraron principalmente dos elementos: en primer lugar, se buscó que los documentos presentaran variedad en cuanto a su momento de producción; en segundo lugar, se pretendió que los documentos seleccionados lograran abarcar todos los elementos del despojo arhuaco analizados en la investigación. Esto incluye un ámbito material en cuestión económica y de tierras, pero también los ámbitos político y cultural. En este sentido, a lo que se aspira es que las fuentes seleccionadas permitan examinar las diferentes problemáticas que se desarrollaron en el proceso de despojo y no solo se remitan a un elemento en particular.
Para finalizar, este trabajo está dividido en cuatro partes: en el primer capítulo, titulado “El corpus documental”, se profundiza en la descripción de los documentos recopilados para esta investigación y se exponen los alcances y limitaciones de las fuentes que lo componen y de las reflexiones hechas a partir de estas a lo largo del trabajo. En el segundo capítulo, “El despojo y la lucha por el territorio”, se aborda el aspecto territorial del proceso de despojo en la Sierra Nevada y, a partir de las fuentes recopiladas, se hace una reconstrucción de la lucha indígena arhuaca encaminada a hacer frente a la colonización y el robo de tierras. Junto con esto, se ahonda en el contexto político y social en el que se situó el despojo, a partir de la presentación de cuatro actores centrales