Negocios y relaciones internacionales colombo-venezolanas. Luis Nelson Beltrán Mora. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Luis Nelson Beltrán Mora
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Зарубежная деловая литература
Год издания: 0
isbn: 9789585136236
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      La Convención de 1982 estableció la línea media o equidistante para determinar los límites del mar territorial, la zona contigua y la plataforma continental, solo basta citar el artículo 12 de la Convención de Ginebra y 15 de la Convención de 1982 que dice:

      Cuando las costas de dos Estados se hallen situadas frente a frente o sean adyacentes, ninguno de dichos Estados tendrá derecho, salvo mutuo acuerdo en contrario, a extender su mar territorial más allá de una línea media determinada en forma tal que todos sus puntos sean equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial de cada uno de esos Estados.

      Para zona contigua y plataforma continental, la Conferencia hace las mismas afirmaciones:

      Cuando las costas de dos Estados estén situados frente a frente o sean adyacentes, salvo acuerdo contrario entre ambos Estados, ninguno de ellos podrá extender su zona contigua más allá de la línea media cuyos puntos sean todos equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base que sirvan de punto de partida para medir la anchura del mar territorial de cada Estado

      Cuando una misma Plataforma Continental sea adyacente al territorio de dos o más Estados cuyas costas estén situadas frente a otra, su delimitación se efectuará por acuerdo entre ellos. A falta de acuerdo y salvo que circunstancias especiales justifiquen otra delimitación, esta se determinará por la línea media cuyos puntos más próximos de las líneas de base desde donde se mide la extensión del mar territorial de cada Estado (Convención de Mar Territorial y Zona Contigua, 1958, artículo 24, parágrafo 3).

      Venezuela, desde la Convemar en 1958, se ha mostrado en contra del principio de la equidistancia, aduciendo como argumento el hecho de que la línea conduciría a realizar una división “por mitad” de las zonas de acaballamiento adyacentes a las costas enfrentadas de dos o más Estados. La delegación venezolana ha propuesto así prescindir de la equidistancia y proponer un acuerdo entre las partes.

      La tesis de Colombia sobre línea media y reconocimiento de la plataforma continental es consistente con lo que se ha definido en las Convemar de Ginebra en 1958 y la propia Convención de 1982 que, paradójicamente, Colombia no ha ratificado{10} (figura 1). Tres son los aspectos que las Convemar le dan a Colombia para reafirmar sus aspiraciones y tesis. El primero y el más importante es el relacionado con el reconocimiento de la plataforma continental y la zona económica exclusiva que Colombia tiene por ser país ribereño en el golfo de Venezuela; el segundo es la delimitación de la línea media; y el tercero la aceptación en caso de no acuerdo con Venezuela de un tribunal internacional para delimitar las aguas marinas y submarinas.{11}

      AGENDA ECONÓMICA PARA SOLUCIONAR EL PROBLEMA POLÍTICO

      No obstante las tensiones del diferendo de Los Monjes y con la intención de fomentar las relaciones económicas entre los países, a la par de la accidentada agenda política, los dos países comenzaron a tener en cuenta las relaciones económicas en las diferentes controversias. En efecto, después de que los países no lograron delimitar sus aguas marinas y submarinas en el golfo, y de que en ambos lados se han mostrado renuentes a utilizar los mecanismos de solución por la vía de acudir a procedimientos arbitrales como el Pacto de Gondra que fue aprobado en la V Conferencia Internacional Americana en Santiago de Chile en 1923, la Convención General de Conciliación Interamericana de 1929, el tratado colombo-venezolano de 1939, la mediación de la ONU, del sistema de seguridad de la OEA y la misma Corte Internacional de la Haya, las naciones decidieron crear comisiones negociadoras que han involucrado asuntos económicos y comerciales en sus diferentes reuniones.

      La más importante como se verá más adelante, es el Acta de San Pedro Alejandrino, firmada por los presidentes: colombiano, Virgilio Barco Vargas, y venezolano, Carlos Andrés Pérez, en 1990, donde se establecen sendas comisiones bilaterales, cuyo objetivo es involucrar temas comerciales de complementación económica para fomentar las relaciones entre los países y congelar así la agenda política; en estas comisiones se revisan diversos temas, entre otros: migraciones, cuencas hidrográficasinternacionales, delimitación de áreas marinas y submarinas, ríos internacionales, utilización de recursos transfronterizos, tráficode estupefacientes, sistemas de control para evitar los robos de vehículos en la frontera y fomento a la integración entre los dos países en las áreas económicas, sociales y culturales.{12}

      En cualquier caso, antes de 1990, ya se avizoraba la negociación directa como mecanismo para involucrar las relaciones económicas en la agenda política. en efecto, por ejemplo en 1940, se creó la sociedad binacional del táchira y norte de santander, que hizo público un documento en el cual se hacía la solicitud a los gobiernos de ambos países para dinamizar las relaciones económicas y prestar una mayor atención a los principales problemas latentes en la región fronteriza, como la regulación de la actividad económica en esas regiones.

      En 1942, los dos gobiernos acordaron un estatuto fronterizo que eliminaba la necesidad del pasaporte para el ingreso a la región fronteriza. en 1963, en el Acta de San Cristóbal, firmad por los presidentes Rómulo Betancourt de Venezuela y guillermo león valencia de colombia, se planteaban como objetivos de la relaciones políticas, el desarrollo de la integración económica, el bienestar social de las zonas fronterizas y la promoción del desarrollo limítrofe con el apoyo técnico y financieo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Para 1969, con la creación de la Junta del acuerdo de cartagena, se otorgó carácter de prioridad al desarrollo y a la integración económica fronteriza.

      En la década de los años setenta, los gobiernos de los dos países continuaron colocando gran interés en el fomento a la integración económica, acelerando algunos de los instrumentos de negociación bilaterales de la agenda de los monjes. cabe mencionar el papel que jugaron las comisiones binacionales fronterizas (conbifrom),{13} que llegaron incluso a las propuestas del presidente colombiano alfonso lópez michelsen de 1974, y el acuerdo de caraballeda de los presidentes Julio César Turbay y Herrera Campins en 1980 de explorar y explotar conjuntamente Los Monjes. En el primero, Colombia propuso la creación de empresas bilaterales; en el segundo, aceptando el llamado tema de la línea media, catalogado por muchos analistas como un verdadero tratado, Colombia proponía reconocer la soberanía de Venezuela en Los Monjes, a cambio de que Venezuela reconociera los derechos de plataforma continental que le corresponden a nuestro país en el golfo de Venezuela. Colombia estaba dispuesto, incluso, a perder cerca de 800 km2 de mar, pero el presidente Herrera Campins, en vez de radicar la propuesta en el Congreso de ese país, la sometió a la opinión pública, lo cual no solo acabó con el acuerdo, sino que aún más, revivió diferencias entre la sociedad civil de los dos países, y, sobre todo, en los negociadores colombianos que, desde 1981, vienen proponiendo que cualquier solución al diferendo sobre Los Monjes debe someterse a referéndum en Colombia (tabla 4).

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      No obstante que entre 1970 y 1987, la cooperación económica en las agendas bilaterales se ve interrumpida por el conflicto originado por la delimitación de las áreas marinas y submarinas en áreas del golfo de venezuela, en 1988 se amplían los mecanismos de integración fronteriza, y dentro de la normativa andina se comienzan a dinamizar los acuerdos comerciales, para profundizar la complementación económica, solución de problemas comunes y el aprovechamiento de los recursos con los que contaba cada economía.

      En 1989, en la Declaración Presidencial de Ureña, nacen las comisiones presidenciales para asuntos fronterizos colombo-venezolanos (Copaf), esas comisiones realizaron varias reuniones técnicas bilaterales, dando importancia al diálogo y definiendo la prioridad asignada a las relaciones entre Colombia y Venezuela. Con la Declaración de Ureña nace también la Comisión Negociadora Binacional (Coneg).

      Los presidentes virgilio Barco vargas y Carlos Andrés Pérez, Acta de San Pedro Alejandrino, firmaron el convenio para reanudar las relaciones y, para ello, nombraron un equipo binacional de altos comisionados que se encargaron