Las dinámicas de inserción en la región Asia-Pacífico están también al centro del tercer capítulo contenido en el libro. El escrito de Gisela da Silva las reanuda sopesando las directrices de la llamada gran estrategia brasilera. Exhibida como el conjunto de “preferencias” desarrolladas por geopolitólogos, líderes políticos y sectores empresariales, la GE de Brasil tendría la ambición de unir el Atlántico al Pacífico como uno de sus grandes ejes. Esta aspiración, aclara el capítulo, se nutrió de los planteamientos de distintas escuelas geopolíticas hasta encontrar, pese a la oposición de algunos, una nueva y potencial oportunidad estratégica en la AP. El trabajo explora entonces las visiones geopolíticas con las que Brasilia podría acercarse a sus vecinos del Pacífico. Y lo hace en el marco de una más amplia reflexión sobre la conducta internacional brasileña entre 2003 y 2018. Una conducta, concluye el capítulo, que deja evidencia de cómo la vía para que Brasil se convierta definitivamente en una potencia mundial tendrá que pasar no solo por una asunción de compromisos puntuales, sino también por una elección de imagen e identidad.
La intervención en el escenario mundial ya cuenta con una participación diversificada, no más limitada a la mera acción del Estado. Es a partir de esta evidencia que en el cuarto capítulo Martha Ardila investiga la temática particular de la inserción de las unidades subnacionales. La contribución se inserta, antes que todo, en el debate contemporáneo sobre el desarrollo de la política internacional por parte de las instituciones subestatales, regionales y locales. Así brinda una muestra exhaustiva de las iniciativas políticas inauguradas al respecto en otras áreas del mundo, Europa, Asia y África, Ardila detalla la naturaleza de la llamada paradiplomacia. Asimismo, en el capítulo se analizan las estrategias de inserción internacional implementadas por los gobiernos locales de Colombia. Al respecto, el trabajo propone una novedosa comparación entre los ejes de internacionalización de la Alcaldía de Bogotá y el Departamento fronterizo de Nariño, al confín con Ecuador. La promoción de oficinas de cooperación, la construcción de alianzas público-privadas y la participación en redes trasnacionales vienen así asumidas como perspectivas ideales para valorar un conjunto de estrategias encaminadas a crear o a fortalecer la vinculación nacional e internacional de las unidades subestatales.
Manteniendo a Colombia como unidad de análisis, Rafael Piñeros explora en el quinto capítulo la aproximación del Estado colombiano a los temas de seguridad y defensa entre 1998 y 2018. La tesis del escrito es que la securitización de la acción externa de Bogotá no respondió únicamente a las condiciones materiales del sistema internacional, o a sus cambios coyunturales y estructurales, sino también a la presión de distintos factores internos. Los primeros fueron filtrados, sobre todo, por el profundo arraigo de los Estados Unidos en la vida política colombiana; los segundos obedecieron más bien a la espasmódica búsqueda de una solución al problema de la guerra interna contra las Farc.
La actuación conjunta de estas dos clases de factores moldearía el relacionamiento de Colombia con las problemáticas de seguridad y defensa de alcance regional e internacional. Prueba de ello estaría en la ampliación de los espacios de cooperación que Bogotá protagonizó desde la última década del siglo XX. En ellos, sostiene el trabajo, se percibiría el peso de los imperativos del conflicto interno, la tendencia, en unos casos, a privilegiar el instrumento militar, pero también la evidencia de factores ideacionales, testimonios de la interiorización de una cultura, de la seguridad ya adquirida por unos tomadores de decisiones en Colombia.
La obra se cierra con el capítulo de Graziano Palamara dedicado a investigar de qué manera la reestructuración de las relaciones entre Estado y sociedad incide en la inserción internacional de los países. A través de un estudio comparativo, el escrito explora la realidad chilena y boliviana y sus distintos mecanismos de diplomacia presidencial y diplomacia de los pueblos. La lectura de las transformaciones políticas, de los cambios en la forma del Estado y de los niveles de autonomía que este exhibe con respecto a los actores sociales, son así asumidas como variables explicativas para comprender la búsqueda chilena de mejores posiciones políticas, económicas y comerciales en el orden internacional tras el fin de la dictadura de Pinochet, y la aparición disidente de la Bolivia de Evo Morales.
En suma, todos los autores analizan el tema de la inserción como combinación de iniciativas llevadas a cabo por actores públicos y/o privados encaminadas a desarrollar los márgenes de maniobra de América Latina a nivel mundial. Apartándose de una interpretación restrictiva, los capítulos acogen, entonces, a una categoría analítica de inserción internacional que mira más allá de las estrategias de las políticas exteriores. En su conjunto, de hecho, los trabajos que componen el libro rescatan ejes teóricos y temáticos que, al centrarse en los aspectos políticos, económicos, estratégicos y culturales de la acción internacional de América Latina, exploran la inserción como el fruto de distintos componentes. De los valores redimidos por la teoría de la decolonialidad a las distintas articulaciones de la sociedad civil, de la clásica acción del Estado, como forma histórica de ordenamiento jurídico, a las construcciones intelectuales que terminan forjando “creencias geopolíticas”, hasta el activismo de los gobiernos nacionales, la obra reúne en fin las principales dinámicas que están marcando la inserción internacional de América Latina.
Todos los capítulos que conforman el libro, además, dan una atención especial a la dimensión histórica de las dinámicas abordadas; es decir, las ubican en sus respectivos ámbitos temporal y espacial. Una de las debilidades que por mucho tiempo afectaron el concepto de inserción internacional fue precisamente su vaguedad histórica (Chaga-Bastos, 2018). Es así que, reconociendo la importancia de los procesos de cambio y continuidad, todos los autores de los capítulos presentados contextualizan las temáticas del sistema internacional, sus dimensiones y alcances. Aun así, no se puede ignorar que este esfuerzo metodológico no puede sustraerse a la imposibilidad de sopesar sincrónicamente todas las variables de eventos contingentes y en curso.
Los recientes cambios a la guía de los dos países más grandes de América Latina, la elección de Andrés Manuel López Obrador en México y de Jair Messias Bolsonaro en Brasil, y los seis comicios presidenciales que esperan a la región a lo largo de este 2019 sugirieron a los autores de este libro no plantear conclusiones, sino más bien unas consideraciones finales a sus investigaciones. Al igual que otros escenarios regionales, el contexto latinoamericano es hoy en día una apuesta abierta. Las muchas consecuencias posibles que de esta apuesta puedan salir, influenciarán las formas en que los países de América Latina, sus distintos actores y plataformas institucionales interactuarán con las jerarquías globales y, por ende, las modalidades y las estrategias de inserción internacional.
REFERENCIAS
COLOMBO, A. (2011). L’ordine globale e l’ascesa delle grandi potenze regionali. Quaderni di Relazioni Internazionali, 14, 2011, pp. 4-15.
CHAGAS-BASTOS, F. H. (2015). Modelos de Inserção Internacional na América Latina do início do século XXI (1990-2014): Uma análise comparativa de Brasil e México. Tesis de Doctorado. São Paulo: Universidad de São Paulo.
CHAGAS-BASTOS, F. (2018). La invención de la inserción internacional: fundaciones intelectuales y evolución histórica del concepto. Análisis Político 31 (94), 10-30.
GARDINI, G. L. (2012). Latin America in the 21st Century: Nations, Regionalism, Globalization. Londres: Zed Books.
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