Lee completa la consigna y luego déjate llevar.
Saca de su envoltorio la pasta de cerámica fría.
Ubícate en un lugar cómodo, vas a trabajar en el piso, asegúrate un apoyo. Conecta con la música a tu alrededor, con los olores que desprende ese espacio que habitas.
Cúbrete los ojos con el pañuelo, a modo que quedes completamente sin visión.
Toma la masa de cerámica fría y comienza a darle tu calor.
Amasa
Huélela
Degústala
Amásala sin separarla
Date todo el tiempo que necesites hasta que tome tu calor y agrega las semillas, se mezclaran y perderán dentro de la masa.
Con ella harás un recipiente donde quepa tu capacidad. Eres capaz. Y dentro de esa cazuela habitarán tus habilidades conocidas como desconocidas por ti aún.
Dale forma, siempre con los ojos vendados, procurando captar el propósito de contenerte en lo que conformes.
Deposita delante de ti tu creación, y sin descubrir tus ojos imagina que de allí emerge humo de colores, humo que se eleva y cubre todo el espacio que habitas, disfruta estar dentro de esa gran nube y percibe como cae hacia ti polvo de estrellas, una lluvia dorada y finita se desparrama cubriéndote de reflejos que verás proyectarse como imágenes, son hechos no ocurridos aún y deseados por vos, recepciónalos con amor, todo lo que ves va a ocurrir porque ya lo has creado.
Inspira profundo y desata tu venda.
Pinta tu mago
Registra
Observa tu copa, sí tu copa, ya que todo mago tiene una copa. Haz una descripción fenomenológica de la misma.
Registra
Ahora léelo en primera persona, anteponiendo el “yo soy” a cada unidad observada.
Deja secar tu copa, más adelante volveremos a utilizarla.
Tómate unos días para seguir en contacto con tus semillas, el humo de colores, y los reflejos de lo que vendrá. Registra cada vez que necesites para no olvidar cómo es tu mago.
Palabras Clave de este arquetipo:
La sombra del mago: La apatía, la falta de ilusión, la creencia en “yo no puedo” invierten al mago y lo convierten en un saboteador. ¿Te suena?
II - La papisa o Gran Sacerdotisa
Recordar es gravar.
Mi vivencia con la papisa fue muy particular, durmiendo con esta carta bajo la almohada vivo un día inesperado, muere una compañera de trabajo, recuerdo haberla saludado al medio día, ella trabajaba en otro sector, en la panadería, yo iba todos los días a comprar y a la tarde me avisan que había fallecido. En ese instante sentí miedo, empatía, desconcierto, aparecieron esos pensamientos del tipo… “no somos nada” que si bien suena a cliché, en este contexto que les describo tiene sentido, al otro día sentía que flotaba.
Mi registro, que aún conservo de aquel trabajo fue: “Estoy para adentro en pleno verano (era febrero) no entiendo nada, es demasiado”.
La muerte de Magali me llevó a una profunda introspección, conecté con un estado diferente, revisaba mi pasado, viajaba lejos y profundo a las muertes que me han desarmado y conformado nuevamente. Ahí habitaba mi Papisa, en la agudeza perceptiva que me abría la desaparición física de las personas.
Después de la muerte de mi pareja se despertó en mi otra comprensión del campo. Las palabras habituales parecían cobrar un sentido más profundo, como si del pizarrón en 2D pasaran a la tetradimensionalidad, donde volumen y tiempo convergen.
En aquel entonces recibía mensajes que aún sigo descifrando a través de los sueños, pero uno de los que más recuerdo es Rolo diciéndome “aún no entendés”.
Me llevó años retirar esa cáscara protectora, sentía al despertar que no habían sido sueños, sino que yo había estado con las personas que ya no están en este plano. Ese fue el puntapié para comenzar un camino de búsqueda espiritual donde poder detenerme y mirar desde otro lugar.
Al tiempo pude comprender que la sincrónica muerte de mi compañera de trabajo en el momento en que yo transitaba la búsqueda de mi Voz Interior me reflejó la esencia de mi sacerdocio, mi dedicación y mi entrega, acompañar a personas en su dolor elevando su frecuencia para conectar con la fuente, con ese lugar donde habita nuestra verdad. Nací para esto.
La Voz Interior como llama Osho a la papisa o Gran sacerdotisa “es un rayo de luz viniendo desde el más allá hacia la oscuridad de nuestro mundo” solamente para mostrarnos la verdad, una verdad que trasciende la dualidad porque todo, absolutamente todo “es”. Abrazo mi pasado que me permite vivir este presente, sabiendo que de mi depende mi nuevo programa de vida.
PROPUESTA DE VIVENCIA
Vas a necesitar: Gran inspiración, un paseo por la naturaleza, una mochilita para llevar este cuaderno, birome, lápices de colores y tiempo.
Sal de paseo, escoge un lugar natural y camina, camina, camina para vaciarte.
Déjate elegir por un árbol y acércate.
Obsérvalo.
Tócalo.
Déjate sostener por él, prueba diferentes posturas, date tiempo.
Comunícate con él.
Pídele permiso para trabajar, y recuéstate o siéntate sobre él sintiendo su apoyo, siente el sólido apoyo que te ofrece hasta sentirte uno con el árbol.
Emprende un viaje simbólicamente dentro del árbol, comenzando por el sistema de raíces. Imagínate que tienes la posibilidad de succionar agua a través de sus raíces, ve a lo profundo, lo oscuro buscando nutrientes y tómalos. Siente como comienza a palpitar con vida y energía a medida que cada célula está siendo alimentada. Permite que toda esa energía se mueva y suba a través de todo tu cuerpo, y experimenta su movimiento a través del tronco del árbol, dentro de las ramas y en sus propias extremidades, alimenta las hojas y la fruta que significa la vida.
Siente la conexión con toda tu vida.
Vivencia ser parte de un todo mayor.
Experimenta el amor del universo.
Y en este estado serás guiado para poder recibir un mensaje, déjate llevar y escucha el mensaje que él tiene para vos y recíbelo.
Cuando hayas terminado, agradece al árbol y pinta.
Pinta
Registra aquí y ahora y durante varios días.
Palabras clave de este arquetipo:
La sombra: dar vueltas para llegar, para decir, para empezar, para terminar. Manipular victimizándose: llegué tarde porque estaba cortada la calle y no encontraba donde estacionar bla bla bla. La sombra aparece cada vez que te alejas de tu propia verdad.
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