Es difícil fechar los Salmos porque muchos de ellos no tratan con sucesos de la historia de Israel a los cuales se los pudiese vincular. Las fechas probablemente corren desde el período del reino unificado (la monarquía) hasta y a lo largo del exilio. A menudo se da crédito a David por la mitad de los Salmos, pero un Salmo de David también podría significar para (“dedicado a”) David. Algunos creen que las cinco partes del Salterio (1–41, 42–72, 73–89, 90–106 y 107–150) fueron así agrupadas para hacer un paralelo con el Pentateuco: los cinco libros de Moisés y los cinco libros de David. En sentido general se puede decir que los Salmos son lamentaciones, súplicas y peticiones de ayuda a Dios; himnos de alabanza a Dios por haber elegido a Israel y por haber liberado a Israel de sus enemigos; e himnos que exaltan la grandeza y la santidad de Dios.
El libro de Proverbios
El libro de Proverbios es uno de los tres libros de sabiduría en el Antiguo Testamento; los otros dos son Job y Eclesiastés. El libro es un manual para llevar una vida exitosa. Los dichos, que suman alrededor de 500, se atribuyen a Salomón por su legendaria sabiduría, pero muchos estudiosos consideran que son anónimos. Los dichos contienen el consejo de los hombres mayores a los jóvenes (“hijo mío” es una expresión inclusiva: “criatura”, “mi pequeño”) sobre temas como la sabiduría, el trabajo, la sinceridad, el auto-dominio y otros asuntos. El libro tiene treinta y un capítulos, lo que lo hace muy apropiado para la lectura: un capítulo para cada día del mes, siguiendo la numeración en el libro.
El libro de Job
Job es un libro que no pierde vigencia en el tiempo, y uno de los grandes clásicos de la literatura. Es la historia acerca de (no escrita por) un caudillo rico que pudo haber vivido durante el período patriarcal. (Se menciona una persona de nombre Job en Ez. 14.14 y 20, pero no hay consenso de que se refiera a la misma persona.) Job se describe como una persona sabia y justa que reverenciaba a Dios, pero que perdió absolutamente todo: sus rebaños, sus hijos, aun su salud (tenía llagas dolorosas y pestilentes).
El libro de Job es un tratado teológico sobre el problema del sufrimiento. Si Dios es todo-poderoso y todo amor, ¿por qué sufren los justos? ¿Y por qué algunas personas sufren más que otras? El libro de Job no nos da la respuesta: Dios no satisface el reclamo de Job, que pide una explicación de su padecimiento. Sin embargo, en medio de su dolor Job expresa: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!” (1.21).
EL JUDAÍSMO CONTEMPORÁNEO
El judaísmo es la religión de los judíos. El investigador judío Jacob Neusner define el judaíasmo como “la voluntad de Dios expresada a Israel en la Torá”. Hay tres ramas claramente diferenciadas en el judaísmo.
• El judaísmo ortodoxo adhiere a la observancia estricta de la Torá, y afirma que Dios se la dictó a Moisés en el Monte Sinaí. Los ortodoxos prohiben toda forma de trabajo durante el día de reposo (sábado), actividades de comercio, cocina, viajes o tareas de escribir. Cumplen las normas del Antiguo Testamento respecto a la alimentación (comida kosher) y separan los productos de la leche y la carne. Los servicios religiosos ortodoxos son dirigidos por rabinos de sexo masculino en hebreo, los hombres y las mujeres se sientan en bancos separados, y se requiere a los hombres llevar la cabeza cubierta. Los judíos ortodoxos esperan el día en que se restablecerá el templo en Jerusalén (actualmente hay allí una mezquita musulmana y una gruta), cuando se reiniciarán los antiguos sacrificios rituales y llegará el Mesías, una persona concreta.
• El judaísmo reformado comenzó en Alemania a comienzos del siglo XIX como un esfuerzo de “reformar” el judaísmo e incorporarlo en la sociedad. Los judíos reformados no consideran la Torá como ley sino como enseñanza abierta a la interpretación. Los servicios de adoración se conducen en el lenguaje corriente de la gente, se aceptan mujeres para ejercer como rabinos, los hombres y las mujeres pueden sentarse en los mismos bancos, y algunos servicios incorporan música instrumental y coros mixtos (que están prohibidos en el judaísmo ortodoxo). Las reglas concernientes al día de reposo son más flexibles y, en general, las normas alimentarias no se toman en cuenta. Los judíos reformados creen en la futura venida de una era mesiánica, no en un Mesías personal.
• El judaísmo conservador comenzó en Europa hacia fines del siglo XIX pero es principalmente un fenómeno de los Estados Unidos de Norteamérica, una posición correctiva o intermedia entre el judaísmo ortodoxo y el liberalismo del judaísmo reformado. Por un lado busca “conservar” las tradiciones del judaísmo, y por otro lado procura adaptarse a los cambios en la sociedad. En los últimos años, el judaísmo se ha movido más hacia la izquierda (hacia el judaísmo reformado) que hacia la derecha (hacia el judaísmo ortodoxo), lo cual lleva a algunos a especular que con el tiempo el judaísmo estará concentrado en dos ramas: la ortodoxa y la reformada.
Según el nuevo World Christian Encyclopedia (Edición Segunda, 2001), fuente de la mayoría de los datos sobre religiones y denominaciones presentados en este libro, se calcula que hay 15 millones de judíos en el mundo. El 45% de ellos vive en los Estados Unidos de Norteamérica y el 30% en Israel. Los primeros judíos llegaron al continente norteamericano en 1654, pero el flujo importante ocurrió después de los pogromos (masacres planificadas) en Rusia, en la década de 1880. Según el Anuario Judío Americano de 1992, el 38% de los judíos en Estados Unidos son de la línea reformada, 35% conservadores, 6% ortodoxos y 21% no está afiliado.
Relación entre el judaísmo y el cristianismo
El judaísmo y el cristianismo tienen muchas creencias en común: la creencia en un Dios único, soberano y supremo, la autoridad y centralidad de las Escrituras y la vida después de la muerte. Algunas de las principales diferencias son las siguientes: En primer lugar, el judaísmo cree que Dios se reveló a sí mismo en la Torá, no en una persona. Segundo, el judaísmo considera a Dios como puro espíritu, lo cual impide que se encarne en un ser “humano”. En tercer lugar, el judaísmo no incluye la doctrina del pecado original; hombres y mujeres tienen “inclinaciones” a hacer el bien y el mal, pero no son seres de naturaleza caída o pecaminosa. En cuarto lugar, el judaísmo cree que la salvación se obtiene por vivir rectamente y guardar fidelidad al pacto mosaico.
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