Escritoras ilustradas. Herminia Luque. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Herminia Luque
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9788412260014
Скачать книгу
contrariada o insultada según afirma ella.

      El referido Alsinet, en la introducción de su libro, explica las causas de estas afecciones:

      En fin, cualquier cosa puede provocar «el histérico». No obstante, más grave aún que la atribución de determinadas dolencias a las mujeres por mor de su débil constitución, es la fijación de dicha constitución, mezcla de características anatómicas y morales. Un filósofo como Rousseau acude a la anatomía comparada e incluso a la mera inspección ocular para resaltar las diferencias de los sexos. De las que deducirá también las diferencias de carácter y de comportamientos entre hombres y mujeres (el pudor en las mujeres, la agresividad en los hombres...etcétera). Y escribirá sin empacho:

      Los tratados de puericultura se multiplican en el siglo xviii con la clara intención de enseñar a las madres el inexcusable deber de la lactancia. En dichos tratados la nodriza será el personaje antagónico, el reverso de unas madres que cumplen con la función que les ha asignado la naturaleza: no solo la de parir sino la de amamantar a sus criaturas. Ahora bien, ninguna mujer de la época se piensa a sí misma ni en cuanto género como lo hace el filósofo ginebrino o la ciencia de su tiempo: como pura naturaleza. Como un ser dominado por completo por su capacidad para la reproducción.

      Muy al contrario, las mujeres, aunque las admitan, no hacen hincapié en las diferencias anatómicas y sí inciden en la igualdad de la razón en ambos sexos. La reivindicación de las capacidades de las mujeres, la defensa de la igualdad de las facultades intelectuales entre hombres y mujeres, se hará apelando una idéntica racionalidad, en la estela del cartesianismo, o, siguiendo una amplia tradición religiosa, a un alma que carece de sexo. Las mujeres no se piensan a sí mismas solo como cuerpos. Incluso el cuerpo aparece, en ocasiones, como el obstáculo a vencer o, al menos, como la circunstancia que hay que obviar si se quiere obtener dignidad, derechos o presencia en igualdad con los hombres.

      El propio Casanova no niega que las mujeres puedan pensar de forma diferente. Pero ello es debido, sobre todo, a la educación. Literalmente dice:

      Que el hombre posee la primacía física, nos advierte Joyes, no quiere decir que haya de tener un poder tiránico sobre las mujeres. Partiendo de un relato religioso (la creación de Adán y Eva según el libro del Génesis) la autora habla de la imperfección a la que quedó reducida la naturaleza humana. Pero que el hombre tenga mayor robustez no le autoriza a dominar a las mujeres. Si existe esa relación de poder, es consecuencia de ese desorden que surge tras la Caída. La consecuencia es clara:

      Y no la hay porque si «al hombre le dio la fuerza, a la mujer la perspicacia». Y un poco más abajo argumenta:

      Las escritoras ilustradas no se piensan a sí mismas como cuerpos puramente sexuados. Hay una excepción y es la referida a la maternidad y a la crianza de los hijos. Al ocuparse de estos temas en tratados sobre la educación, sí hay referencias explícitas al cuerpo femenino y con menos mojigatería, por ejemplo, de la que será usual en el siglo xix, cuando un extremo puritanismo imponga unas convenciones sobre el cuerpo que llegarán, en muchos casos, a la negación de este.

      Cuando habla del embarazo, del parto y de la lactancia, acude a tratadistas de la época, citándolos literalmente (por ejemplo, Alphonse le Roy). De modo que es a este autor al que leemos cuando recomienda, durante el embarazo, vestimentas sueltas que no opriman el cuerpo. No hay que olvidar que Josefa Amar era hija y nieta de médico, de modo que su conocimiento de la bibliografía especializada pudo estar