Sin capacidad de ubicar en tiempo lo que fue antes del tiempo, el Punto Original será el símbolo para referenciar a aquel observador silencioso que percibirá la autoindagación de su reflejo (el Punto Reflejo), a través del estado dual primario quietud/movimiento.
LO MANIFIESTO: EL SER EN QUIETUD/MOVIMIENTO
El Punto Reflejo o Ser
Cuando un bebé nace no tiene todavía conocimiento de su separación de la madre, es decir, del entorno en el que vivía: el útero. Pero a pesar de esto existe, ES. A pesar de que los otros, los padres, comprueben su existencia, para él su existencia no es clara, no está salvada de dudas al no haber una identificación, este ser, por varios meses se seguirá sintiendo como parte de un todo en un solo y mismo estado, como si siguiera dentro de la matriz. Este ser tendrá infinitas posibilidades de expresión, pero primero necesitará el auto-reconocimiento de lo que se ES, en otras palabras, tomar pleno conocimiento de sí.
La teoría del psicoanalista francés Jacques Lacan explica de manera justa como se da esta identificación primaria del niño con él mismo. Estadio del espejo es el nombre del fenómeno que se produce entre los 6 y los 18 meses de edad, cuando el bebé humano reacciona con alborozo al contemplar su imagen en el espejo. Hasta ese punto, el cuerpo no es percibido más que como una serie de sensaciones indistintas. Al ver su imagen en el espejo el niño adquiere la noción de completud de su cuerpo.
Esto requiere una cierta enajenación estructural dado que lo designado como yo es formado a través de lo que es el otro, es decir, la imagen en el espejo. Para el Punto Original, este otro donde se conoce a sí mismo es el Punto Reflejo o Ser. En otras palabras, es el instante donde todo lo que ES, SABE que ES.
Pero este otro, en realidad es solo una construcción para su estudio, porque en realidad no hay otro en este nivel (aún no hablamos de espacio-tiempo). SER y SABER qué ES no son dos. Van juntos, inseparables, tal como yo o usted nunca estamos separados de nuestro reflejo, o de la idea del yo que es el conocido ego, del cual hablaremos más adelante.
Ubiquemos esta explicación un poco disonante y compleja en un espacio más cercano, ¿qué se manifiesta de manera profunda y continua en nuestra vida que no podemos tocar, ni sentir, pero está ahí siempre, ahora mismo, aunque en ocasiones no tengamos noción de ello? Eso es la sensación de ser, la conciencia de sí. Esta sensación está ahí y es previa a cualquier cosa, incluso a la capacidad de la mente de nombrarla.
El Punto Original puede representarse como el instante previo a toda sensación o sentido de la existencia que encierra o sostiene el potencial para su propia manifestación. Es de esta nada que abarca todo de donde surge espontáneamente como principio de Lo Manifiesto esta sensación de ser o conciencia de sí a la que nos referimos. Un estado de quietud presente en cada expresión de la vida (seres animados o inanimados) que es libre del espacio-tiempo, independiente de la materia, del cuerpo y en el caso de los humanos, de la propia mente con la capacidad de verbalizar dicha sensación.
Esto explicaría de alguna forma por qué los científicos no logran descifrar el momento exacto de la liberación de energía que dio inicio al universo. Quiero remarcar que no era un agente físico el que contenía la materia, sino la conciencia de ser de lo Inmanifiesto. La indefinida, ilimitada y abrazadora sensación de presencia/existencia a la que también le damos el nombre de Punto Reflejo, ya que es la imagen del Punto Original a la que ahora vamos a representar en nuestro diseño simple. Es importante que vuelva a tomar su compás y de la ubicación arbitraria que asume como referencia (Punto Original) dentro del papel abra el compás y sitúe el grafito en la superficie. Ese otro punto, visible en este caso, es reflejo del punto referencia. Lo Manifiesto aparece.
El Punto Reflejo es subjetividad pura, universal. De lo dual es el principio, aunque nunca pierde conexión con lo no dual. Por tanto, no es ni lo uno ni lo otro, es el puente. A diferencia de su aparición en el niño, este estado primigenio es sin un yo de por medio, ya que aún no hay multiplicidad de formas y por ende, no hay individuos. En él, el Punto Original reconoce que ES, más no que es un yo, porque fuera de él, no hay ningún tú. Ahora ya no hay solo una inteligencia no identificable, sino algo consciente y manifiesto, aunque no físico, ni individual, ni yoíco. Este es el primer estado manifiesto: la quietud.
Milenios atrás, ya un sabio como Aristóteles había visto la implicación de este Punto Reflejo llamándolo el Primer Motor Inmóvil. Para el filósofo griego este concepto era la causa primera de todo el movimiento en el universo, y por lo tanto no es movido por nada. Sobre aquello Aristóteles decía que debe ser acto puro, forma pura, pues si no estuviese en acto sería imposible que pueda ser motor de algo, definiéndolo como gnoesis gnoeseos (conocimiento del conocimiento). De esta forma el Primer Motor vuelve sobre sí, conociendo sólo lo más perfecto: él mismo. Esto responde al por qué de la estructura esférica del universo que revisaremos más adelante.
Para algunas personas el Punto Reflejo se refiere al mundo espiritual o la Mente del Punto Original. Ahí donde todo lo material e inmaterial aparece y se percibe. Donde las expresiones ya son reales, pero aún no materiales. Es importante tener en cuenta esto. No es un punto quieto totalmente, hay una vibración de poder, de infinitas posibilidades, de donde las figuras están a punto de partir.
Del Punto Reflejo surgirán miles de posibilidades por expresar. Para darnos una idea, hagamos un símil: en el transcurso de la vida son incontables, casi como granos de arena en la playa, los pensamientos e ideas que el ser humano concibe dentro de sí, muchas de estas se harán objetivas (es decir físicas) y otras seguirán en el plano subjetivo.
Según datos científicos cada ser humano genera cerca de 60000 pensamientos diarios. El filósofo y físico inglés Robert Hooke estimó que la mente era capaz de contener 3.155.760.000 ideas distintas. Se quedó cortísimo, si tenemos en cuenta la reciente cifra estimada por el periodista británico Mike Holderness en la revista New Scientist: 10 elevado a 80.000.000.000.000, una cifra que superaría el número de átomos que hay en el universo.
La autoidentificación del Punto Original en este Punto Reflejo manifiesto es el inicio de esa cifra inmensurable a un nivel macro primero, para luego extenderse hasta lo más ínfimo. De la conciencia de sí mismo las potencialidades de manifestación son enormes. Remarco que el Punto Original ahora observa algo, hecho a su imagen y semejanza, que es el puro conocer de sí mismo. La manifestación de saber que se ES.
Sin embargo, esto no sugiere que el Punto Reflejo fue la primera piedra del Cosmos. Indicar un inicio del universo es imposible. Se podría creer que sí se puede, pero esto es un hecho atemporal. ¿En dicha quietud, y antes de que la misma dualidad comienzo-final exista, podría existir un comienzo? Aunque la explicación sugiere que de lo Inmanifiesto surge lo Manifiesto, esto no conlleva un orden jerárquico o cronológico, tan solo es un intento desde el movimiento constante de lo dual, cosa que iremos comprendiendo más adelante, por concebir a aquello donde todo concepto es una apariencia.
A través del autoconocimiento, lo Inmanifiesto se expresa dando paso al estado inicial de Lo Manifiesto: la quietud, a la que en este ensayo llamaremos: Punto Reflejo o Ser. De aquí partirán un sinnúmero de pensamientos, ideas, formas, detalles, ilusiones que buscarán su total expresión y expansión. Para aquello, avanzará hacia un proceso único y desconocido hasta entonces: el movimiento, nuestra siguiente parada.
El movimiento del Ser: del punto al círculo
La expresión primera de un punto manifiesto en el espacio es la línea, que es geométricamente hablando una sucesión infinita de puntos. Es decir, que la forma original se replica incesantemente hasta conformar una figura nueva que requiere para su estado una acción hasta ese entonces desconocida: el movimiento. Esta es la graficación simple de cómo empezó el Big Bang y la expansión del universo, que no es otra cosa que la quietud dando