Carácter
El término carácter alude a todo aquello que individualiza a una persona, de modo que se encuentra ligado al modo de ser y comportarse de un individuo en particular. La construcción del carácter no es hereditaria, sino ambiental, pues se encuentra en dependencia del medio, del movimiento exterior y la acción visible que este ha ejercido sobre el sujeto durante toda su vida. De tal forma, que el carácter se encuentra poderosamente influido por todas las experiencias vitales que devienen del ambiente, la cultura, la sociedad, la familia, la educación, entre otros.
Así, si el temperamento representa al sustrato innato de la personalidad, el carácter hace alusión al fundamento adquirido de la misma; Santos (2008, p. 159), manifiesta al respecto: “El carácter es el sello que nos identifica y diferencia de nuestros semejantes, producto del aprendizaje social”. Generalmente se asume que los componentes de la estructura del carácter son la emotividad, la actividad y la resonancia. Los tres elementos constitutivos que componen la estructura del carácter, suelen definirse de la siguiente manera y en dependencia de la intensidad en la que se presentan, clasifican al sujeto como primario o secundario:
- Emotividad: Referida a la mayor o menor consecuencia o reacción emocional que los estímulos ambientales generan en el sujeto; cuando la consecuencia emocional es mayor, se considera primaria, de ser menor es considerada secundaria.
- Actividad: Relacionada a la fuerte o débil propensión por parte del sujeto a actuar frente a un estímulo ambiental; la fuerza en dicha inclinación determina que esta sea primaria, contrariamente, la debilidad de inclinación la convierte en secundaria.
- Resonancia: Se trata del efecto fugaz o duradero que las impresiones causan en el sujeto, en cuanto a tiempo de permanencia; un efecto fugaz, es considerado de naturaleza primaria y un efecto duradero, es considerado de naturaleza secundaria (Le Senne, 1963).
Clasificación del Carácter
El carácter se clasifica en función de la dominancia de rasgos primarios o secundarios: las personas que poseen rasgos primarios, son variables e inconstantes; mientras que los que presentan rasgos secundarios son más constantes y decididas. De la combinación de estos elementos, surgen ocho tipos caracterológicos:
- Emotivo, Activo y Primario: Colérico.
- Emotivo, Activo y Secundario: Apasionado.
- No Emotivo, Activo y Primario: Sanguíneo.
- No Emotivo, Activo y Secundario: Flemático.
- Emotivo, No Activo y Primario: Nervioso.
- Emotivo, No Activo y Secundario: Sentimental.
- No Emotivo, No Activo y Primario: Amorfo.
- No Emotivo, No Activo y Secundario: Apático (Zepeda Herrera, 2003).
•Carácter Colérico
La persona con carácter colérico es extrovertida y ha desarrollado un gran nivel de actividad, tiende a ser temerario y debido a sus arrebatos se inclina a improvisar, precipitarse e invertir energía que termina cayendo en la dispersión. A nivel intelectual, se ha habituado a que su inteligencia se dirija hacia lo concreto e inmediato, la comprensión que elabora es rápida, pero generalista, posee un gran nivel de improvisación, aunque puede tensionarse con facilidad.
•Carácter Apasionado
El apasionado aparece como un sujeto intelectualmente rico: tiene una viva imaginación, una buena memoria y también ha podido ser dueño de una gran capacidad de trabajo, razón por la que permanece permanentemente ocupado. Su mente es abierta, educado para sentir afición por el estudio de diferentes disciplinas, frecuentar variados intereses y disfrutar de tareas de diversa índole, en las cuales se muestra como una persona metódica y ordenada.
•Carácter Sanguíneo
El sanguíneo es un sujeto ha aprendido a movilizarse por resultados a corto plazo. Debido a que busca satisfacción inmediata de sus necesidades de placer y comodidad, puede transgredir medios para lograr la consecución de fines. Debido a que tiende a vivir en el presente, no suele preocuparse excesivamente por el futuro, factor que lo lleva a ser optimista, sociable y extrovertido. Posee una curiosidad práctica y es bastante adaptable.
•Carácter Flemático
Se destaca como un sujeto sereno y tranquilo, de naturaleza reflexiva y callada. Se ha acostumbrado a ser ordenado, puntual, escrupuloso, lo que lo vuelve un buen trabajador en tareas que no exijan mayores niveles de socialización. La inteligencia del flemático, dada su reflexividad, es lenta y lo lleva a ser cauto; debido a ello es también profunda y atiende a las causas y no a los efectos, poseyendo capacidad para comprender lo esencial de las cosas.
•Carácter Nervioso
El carácter nervioso es notablemente cambiante e inestable en cuanto a intereses y ocupaciones; se siente entusiasmado por lo nuevo, pero busca en ello lo que le resulta útil; su voluntad es débil y ostenta una adquirida falta de orden, disciplina o perseverancia en sus actividades. Sin embargo es sociable, cariñoso y extrovertido. En lo que respecta a su inteligencia, esta presenta dificultades en la memorización y el razonamiento lógico, debido a su pereza es distraído y trabaja solamente cuando la tarea coincide con sus intereses momentáneos.
•Carácter Sentimental
Este sujeto es sensible, tímido, pesimista, inseguro y se desmoraliza fácilmente; ha llegado a sentirse a gusto al buscar el aislamiento y la soledad; tiende a ser rencoroso y difícil de reconciliar. En el trabajo es lento, ineficiente e indeciso. Sobre su inteligencia, es reflexivo, detallista y tiene tendencia a la abstracción; gusta de llevar a cabo las actividades con probidad, pero sufre desaliento ante las dificultades. Tiene problemas para adaptarse a nuevas circunstancias.
•Carácter Amorfo
El amorfo es un individuo de hábitos perezosos, que huye de cualquier esfuerzo y aplaza todo tipo de tareas, su vida se rige por la búsqueda de comodidad y la satisfacción de las necesidades fisiológicas. Es un sujeto poco original y completamente reactivo al ambiente; aparece como pródigo, impuntual y carente de entusiasmo, pese a lo que puede ser sociable o extrovertido. Razona con lentitud y analiza las cosas de forma superficial.
•Carácter Apático
Este tipo de individuo se ha construido para ser cerrado sobre sí mismo, su formación lo lleva a presentar tendencia hacia la melancolía, la pasividad y la indiferencia; su comportamiento es rutinario, impasible y testarudo. El apático carece de reacción frente a los estímulos ambientales y por ello presenta un pobre nivel de actividad; su inteligencia es perezosa de tal forma que aparece como un individuo precisamente apático (Le Senne, 1963).
Finalmente, es necesario señalar que una clasificación caracterológica, posee un valor fundamentalmente pedagógico, pues básicamente pretende ofrecer parámetros o puntos de referencia que permitan demarcar las diferencias que ayudan a entender las posibilidades del comportamiento social de las persona. Debido a ello, aunque la categorización caracterológica ayuda a ubicar a diversos tipos de individuos y así obtener de ellos mucha información de una manera rápida y poco trabajosa; resulta difícil y probablemente arbitrario etiquetar irremisiblemente a esos seres humanos, dado que estos son más complejos y amplios que cualquier esquema y tienden a cambiar y evolucionar con el paso del tiempo y las circunstancias que se dan a través del mismo.
Diversas Perspectivas en la Evolución del Concepto de Personalidad
La personalidad es entendida de formas muy distintas y hasta contrapuestas