Marie te dice que desea usar el coaching para ser más efectiva en el desarrollo de negocios en la región. Dentro de unos pocos años desea haber establecido la región asiática como uno de los principales centros de negocios de su empresa. También menciona que está siempre trabajando y nunca puede relajarse lo suficiente como para ser o estar, simplemente; siempre tiene que estar haciendo algo: trabajando, leyendo o estudiando. Desea compartir más tiempo con su esposo.
Con la autorización de Marie, hablas con sus jefes funcionales y regionales (reporta igualmente a ambos según un formato matricial) para determinar qué esperan de un programa de coaching. A través de estos dos supervisores directos, te informas de lo siguiente:
El jefe regional de Marie, Joe, un ciudadano británico que vive en Beijing, describe a Marie como una profesional sobresaliente con una capacidad de trabajo increíble, que se ocupa de situaciones múltiples, complejas. “Marie”, dice, “está dedicada al éxito del negocio y logra resultados sobresalientes. Fue enviada a mercados difíciles, emergentes, en Europa oriental, para resolver problemas y ha podido resolverlos incluso en tiempos óptimos. Socialmente, es encantadora y agradable, pero en el trabajo es muy insistente, avasallante, a la hora de promover sus ideas. Cuando le toca delegar, está todo el tiempo encima de sus reportes para ver qué lograron.” Joe informa que esto, también, es percibido como avasallante.
Joe continúa: “Sus equipos asiáticos, de Japón, India y Beijing, tienden a evitar trabajar directamente con ella. Se sabe que gritó a sus reportes directos en público y humilló a otros colegas frente a sus jefes. Incluso algunos clientes han sufrido su ira. Necesita crear un espíritu de equipo y que las personas se sientan felices de trabajar con ella.
Joe se detiene para pensar y continúa: “Después de una discusión, Marie quizá trate de resolver la situación con la persona a la que hizo sentir mal, pero no puede contenerse de competir para ganar la discusión, incluso si puede costarle perder la relación. Muchos de sus colegas creen que tiene la necesidad de competir y tener la última palabra. Lo que sorprende a más de uno de sus colegas es que la confianza en sí misma en el trabajo contrasta notablemente con su actitud sumisa con su jefa (funcional), Jane.” Joe agrega: “Observé que irrumpe en la oficina. Se la ve tensa. Cuando se siente molesta con una discusión, hace un gesto de disgusto, se da media vuelta y se va.
Jane, la jefa funcional de Marie, una estadounidense que vive en los EEUU, sintetiza así la actitud de Marie: “Le falta confianza en sí misma. Nunca habla en las reuniones.” Continúa: “Desea impresionar a la gente, sobreactúa. Trata de dar la impresión de que es brillante y que es imprescindible, ¿qué haríamos sin ella? Cuando encuentra resistencia con sus reportes directos se vuelve agresiva, jerárquica, muy verticalista. Tiene poco o nada de empatía y carece de radar social. La perciben como teniendo poca sensibilidad de lo que los otros necesitan.” Jane hace una pausa y reflexiona: “No sabe cómo actuar para caerles bien a las personas.”
Marie dice que tiene 42 años, está casada desde hace 12 años y no tiene hijos. Fue criada en el este de los EEUU y proviene de una familia tradicional, de clase media. Su esposo es un exitoso banquero suizo al que ascienden cada pocos años y cambia de país con cada ascenso. Marie dice que por lo general encontró una manera de seguirlo y al mismo tiempo continuar su carrera o sus estudios. También menciona que su esposo admira sus logros pero que a veces se queja de que ella se apoya demasiado en él para tomar decisiones.
Cuando Marie aporta información sobre su historia te enteras de que tiene un hermano mayor que era el preferido de sus padres. Todas las esperanzas se enfocaban en su carrera hasta que él decidió abandonar la vida corporativa y vivir en un retiro. Marie fue una alumna promedio en el colegio, pero desde que su hermano dejó el mundo de los negocios ella comenzó a tener resultados sobresalientes en los estudios.
Marie relata con orgullo los resultados logrados y sus constantes viajes. Confiesa que la motiva su propia agenda y que se enoja cuando se presenta algún obstáculo. Sabe que la perciben como avasallante, y desea aprender a ser una inspiración para los demás más que una imposición. Su empresa le ha dado la oportunidad de recibir coaching para trabajar en el desarrollo de su inteligencia emocional, que ella interpreta como el desarrollo de sus destrezas interpersonales. Con esta información de Marie y sus dos jefes, comienza tu evaluación de la situación de coaching.
Durante los talleres y después de haber leído el caso formulo las siguientes preguntas a los participantes.
¿Qué comprendes de esta situación? ¿Cuáles son los principales desafíos y temas que requieren atención?
¿Cómo manejarías este caso? ¿Qué enfoque elegirías con Marie?
También te invito a responder estas preguntas: ¿Qué harías en esta situación? ¿Cómo ayudarías a Marie?
En mi experiencia, la gran mayoría de coaches –tanto los coaches profesionales como los líderes– elige los enfoques psicológicos. Los interculturalistas también sugerirán una perspectiva cultural. La mayoría de los coaches ignoran enfoques alternativos, omitiendo oportunidades valiosas para ayudar a Marie.
Tiene sentido ayudar a Marie enfocando principalmente en la perspectiva psicológica y tomando en cuenta la dimensión intercultural. Sin embargo, te propongo que analicemos brevemente otras perspectivas que podrían ofrecer otras posibilidades y oportunidades de crecimiento para Marie.
Espiritual
Marie desea aprender a ser una inspiración para los demás. La perspectiva espiritual es una vía útil en este aspecto, no solo para ayudar a Marie a manejar su estrés sino para hacer su trabajo. Para inspirar a otros, Marie necesita encontrar un sentido de propósito y de significado más profundo. Tiene que desarrollar una presencia fuerte y serena. Esto implica estar cómoda consigo misma, desarrollar una disposición a dar y producir un efecto positivo en las personas.
En la tradición mística judía, Cabalá significa recepción. Sugiere que la capacidad de recibir luz es una cualidad espiritual esencial: sentir calidez ante la sonrisa de un niño, disfrutar la música, o recibir de buen grado el aliento de un colega. Tienes que dejar que en ti entre la luz antes de poder brillar y reflejarla hacia los demás.
Marie puede ser dura hacia sus compañeros de trabajo, pero también lo es hacia ella misma. Quizá necesite desarrollar la aceptación de sí misma. El coach podría reencuadrar la situación desafiante de Marie como una oportunidad para crecer en su viaje del héroe (ver la Parte III, “Coaching y Cultura”). El coach podría ayudar a Marie a poner sus desafíos en perspectiva y agradecer los regalos de la vida que quizá dé por supuestos. Esta actitud de agradecimiento la conducirá a la calma interior y la paz que la ayudarán a cambiar lo que puede cambiarse y aceptar lo que no puede cambiar.
El coaching desde una perspectiva espiritual significa facilitar la integración. Para ayudar a Marie a estar más unida consigo misma, el coach necesita ayudarla a confrontar y aceptar su sombra, sus demonios y sus vulnerabilidades. Carl Jung (1923) describió cómo el yo-mismo surge cuando el ego se encuentra con la sombra.
Marie parece estar toda ella en su cabeza. Podría entrar más en sintonía con sus emociones, estableciendo con respecto a ellas un contacto saludable y una distancia adecuada. La integración implicaría poder confiar en una cabeza fría y un corazón cálido. Implicaría desarrollar su lado femenino (amoroso, tierno) en conjunción con su parte masculina (dura y demandante). Asimismo Marie podría volverse más presente con respecto a su cuerpo. Al estar más unida consigo misma de estas maneras, Marie podría volverse más unida con el mundo. Para ayudarla a recorrer