¡Eso me golpeó como un saco de ladrillos en la cabeza! — dijo metafóricamente—. Los miembros de la iglesia me miraban a mí y a mi ejemplo. Yo tenía que cambiar primero. Tenía que poner mi cabeza en su lugar. Tenía que asumir la actitud correcta. El cambio saludable tenía que comenzar conmigo».
Liderando el cambio en la iglesia
Volveremos con Derek más adelante. Él cometió grandes errores. Admitió que su mal liderazgo le hizo perder a la iglesia dos años de impulso.
No obstante, esta historia tiene otra cara. Es la historia de los miembros de la iglesia que están tan enfocados en «mis necesidades» y «mis deseos» que se resisten al cambio a toda costa.
A esa perspectiva nos dirigimos ahora.
Preguntas de estudio y diagnóstico
1.¿Por qué puede algo aparentemente tan pequeño como el cambio de púlpitos crear conflicto en la iglesia?
2.Lea Nehemías 1:4-11. ¿Qué nos indica la oración de Nehemías sobre la relación entre la oración y el cambio?
3.Los pastores y otros líderes de la iglesia nos afirman que hoy los miembros de la iglesia son más críticos que nunca. ¿Qué ha cambiado en los últimos 20 años para provocar esta realidad negativa?
4.¿Qué podemos aprender de Filipenses 2:1-11 sobre las actitudes correctas para los líderes y los miembros de la iglesia?
CAPÍTULO 2
CINCO TIPOS DE MIEMBROS DE LA IGLESIA INAMOVIBLES
Hay una razón por la cual el pastor Derek se frustró. Claro, él admite sin problema alguno que cometió algunos errores. De hecho, él desearía haber tenido una segunda oportunidad en el incidente del púlpito. Sabe que será recordado por la exclamación: «¡¿Quién me movió el púlpito?!».
Sin embargo, no todo es culpa de Derek. En definitiva, era solo un púlpito. No se trataba de una enseñanza herética. Realmente era solo un púlpito.
Los pastores y otros líderes de la iglesia cometen errores. Los miembros de la iglesia a menudo los exacerban. Así que, echemos un vistazo a estos miembros de iglesia inamovibles. Hay varios tipos diferentes de miembros obstinados, pero la mayoría de ellos están incluidos en estas cinco categorías.
Los negadores
Estaba ayudando a mi hijo Sam, en una consulta en un estado del Medio Oeste. Mi labor principal era entrevistar a los miembros más antiguos. La certeza de declive era clara e inquietante. La asistencia a los servicios se redujo de 350 a 180 en cinco años. La iglesia descendía por una espiral de muerte.
Una de mis entrevistadas era una dama de unos setenta años, quien había estado en la iglesia durante casi medio siglo. Le pregunté qué pensaba ella que estaba detrás del declive de la iglesia. Incluso después de tres décadas de realizar consultas en iglesias, su respuesta me sorprendió: «Nuestra iglesia no está en declive».
Le mostré el gráfico de asistencia. Ella negó su exactitud. Le pregunté si notaba más asientos vacíos en el centro de adoración. Respuesta negativa. Le pregunté si conocía a alguien que hubiera abandonado la iglesia. No recordaba a nadie.
Me di por vencido. Negación. Negación total y completa.
El negador es uno de los más difíciles de liderar para un cambio porque él o ella no cree que nada deba cambiar. La iglesia está bien como está, y no hay motivación para hacer las cosas de manera diferente. La negación es el camino más rápido hacia la muerte.
Los que se creen con derecho
El miembro de la iglesia que se cree con derecho trata a la iglesia más como un club de campo que como una iglesia. Ellos ven sus ofrendas financieras como una cuota para recibir beneficios y privilegios. Hacen que los pastores y otros líderes de la iglesia se estremezcan al afirmar: «Usted sabe que nosotros pagamos su salario».
El miembro de la iglesia que se cree con derecho es la antítesis del miembro de iglesia bíblico que se describe en 1 Corintios 12. El apóstol Pablo describe ese tipo de miembro de iglesia como dador, funcional y sacrificado. Él o ella es un miembro del cuerpo de Cristo para el bien de la iglesia. Los demás están primero.
Un miembro de la iglesia que se cree con derecho cuenta con que su estilo de adoración prevalezca. Si es una dama, ella cuenta con que las habitaciones estén pintadas con su color preferido y que el centro de adoración mantenga su temperatura predilecta. Que su pastor salte cuando lo llame. Después de todo, piensa, es mi iglesia; debería poder conseguir lo que yo quiero.
El miembro de la iglesia que se cree con derecho se resiste al cambio constantemente. Estos miembros no quieren que en la congregación se introduzca nada que altere su forma de hacer iglesia. La iglesia se trata de sus beneficios, sus deseos y su comodidad.
Los miembros de iglesia bíblicos aceptarán gustosamente el cambio a fin de alcanzar a las personas con el evangelio y glorificar a Dios. Los miembros de la iglesia que se creen con derecho están en las iglesias para satisfacer sus necesidades. Por eso el cambio es difícil y a veces inútil.
Los inculpadores
Los inculpadores prefieren culpar a ser obedientes: «Es culpa del pastor. Si nuestro pastor fuera un mejor líder, nuestra iglesia estaría mucho mejor».
Es culpa de la cultura: «Nuestra sociedad es un desastre. No podemos esperar hacer nada bien cuando el mundo está en contra de nosotros. Incluso a nuestra propia comunidad no les caemos bien. Es una batalla muy difícil».
Es culpa de las iglesias nuevas en la ciudad: «No entiendo por qué siguen abriendo nuevas iglesias en esta comunidad. Ya tenemos una iglesia casi en cada cuadra. Si se quedaran fuera de esta ciudad, todos podríamos crecer; pero se están llevando a las personas nuevas y a algunos de los miembros de las iglesias ya existentes. Hay que hacer algo en cuanto a esas iglesias nuevas».
Es culpa de otros miembros de la iglesia: «Pastor, su sermón de hoy estuvo magnífico. Espero que algunas de las personas de la iglesia que necesitaban escucharlo hayan captado el mensaje. Tenemos demasiada gente que simplemente no está esforzándose en esta iglesia».
Los inculpadores se resisten al cambio porque no necesitan cambiar, al menos desde su perspectiva. Todos los problemas tienen que ver con otras personas y otras situaciones. No ven nada malo en sí mismos.
Los inculpadores culparán. Los inculpadores no quieren cambiar.
Los críticos
Los críticos son como los inculpadores porque también creen que los problemas en la iglesia son culpa de otra persona. Sin embargo, los críticos son aún peores, ya que dejan sin energías a los pastores y a otros líderes de la iglesia.
A veces los críticos son directos, y le expondrán claramente sus sentimientos. Se lo expresarán cara a cara o en forma de comunicación escrita.
Otros críticos son más cobardes. Van a Facebook o a otras redes sociales para publicar sus quejas. No solo propagan su veneno, también atraen a otros a él.
Sé de muchos pastores que finalmente dejaron sus iglesias porque fueron castigados con mucha dureza en las redes sociales.
Quizás los peores críticos son los del grupo «L.G.D.Q.». Son las siglas de