Un par de brazos rodearon el cuello de Warren desde atrás y la cara de Michael apareció entre ellos. —¿Significa eso que me llevarás de compras?
—Por supuesto—dijo Warren con una sonrisa de satisfacción. —Te llevaré a esa tienda de artículos de esclavitud que tanto te gusta.
La expresión de Michael se volvió soñadora. —Oh sí, látigos, cadenas, estribos, fustas.... cuero.
—Qué diablos... Nick se levantó de repente y se alejó de ellos haciendo que Devon resoplara.
—Homófobo—, murmuró Devon.
—¡Cállate! —gruñó Nick —O son muy buenos mintiendo o es preocupantemente cierto.
La puerta se abrió y Steven entró con Alicia y Jewel. Alicia había revisado su armario y encontró un vestido morado para que Jewel se lo pusiera hasta que pudiera conseguir más ropa. Afortunadamente, eran aproximadamente de la misma talla y altura, por lo que Jewel podría arreglárselas por ahora. Alicia también le había dicho a Steven que hasta que no pudiera conseguir más ropa para Jewel, esta era bienvenida a revolver en su armario tanto como quisiera.
Steven se acercó inmediatamente al lugar donde Quinn y Devon estaban sentados con Nick, una mesa justo enfrente de la zona de trabajo de Kat.
— Veo que no llegamos tarde— dijo Steven sonriendo interiormente cuando vio que Jewel sonreía a Alicia. Se dio cuenta de que no la había visto sonreír hasta ahora.
Warren miró a su alrededor.
—En realidad creo que todo el mundo está aquí.
—No todos—, dijo Envy. —Todavía estamos esperando a Chad.
En ese mismo momento las puertas se abrieron y Chad entró con Trevor y Zachary detrás de él.
—¿Qué demonios está haciendo aquí? —preguntó Devon mientras se ponía de pie.
—Chad es policía—, le recordó Envy. —Ya sabe lo que está pasando y vio el final de lo que pasó en el cementerio. Está en esto lo quiera o no. Además, — continuó ella, —él podrá mantener a la policía alejada de ti por algún tiempo.
—No me refería a tu hermano—dijo Devon en un tono que sonaba peligroso.
Kat meneó la cabeza al ver que Envy, erróneamente también se estaba preparando para pelearse con Trevor. No quería que se produjese una batalla campal, así que se alejó del bar para interponerse en su camino.
—Trevor también puede quedarse—, dijo con firmeza y cruzó los brazos sobre el pecho.
—Después de todo.... es un jugador que interactúa bien con los demás— concluyó Kat con un guiño al hombre rubio que le dirigió un saludo un tanto fingido.
Quinn se levantó de su silla y caminó hacia Kat, poniendo su brazo alrededor de su cintura para acercarla a él. —Voy a tener que vigilarte... ¿no? — murmuró juguetonamente, pero la mirada de sus ojos contaba una historia diferente.
—¿Podemos seguir adelante? — preguntó Kane desde las sombras.
Todos, excepto Michael, se sobresaltaron al oír su voz. Había estado tan callado que nadie sabía que estaba allí.
—De acuerdo— dijo Warren. —Creo que todos sabemos por qué estamos aquí.
Miró a Chad, quien asintió una vez para indicar que comprendía, y luego dirigió su mirada a Trevor y Zachary.
—Antes de hablar de lo que pasó en el cementerio, tengo una pregunta para Trevor.
Trevor entrecerró los ojos: —¿Qué pregunta?
—¿Qué demonios eres? —preguntó Devon interrumpiendo a Warren.
—Soy un cambia formas, como la mayoría de los que estamos aquí—respondió Trevor.
Kane resopló entre las sombras haciendo que todos le miraran
—¿Sabes algo sobre él? — preguntó Envy.
No creía en la palabra de Trevor.... él ya había demostrado con anterioridad que era un gran mentiroso.
—Puede que sí, pero tendrás que ser muy amable conmigo si quieres que te lo cuente—, dijo Kane con entusiasmo en su voz.
Habría echado la culpa de su mal humor al hecho de haberse levantado con el pie izquierdo, pero diablos.... todavía no se había acostado.
Devon estaba de pie y levantó a Kane por las solapas de su chaqueta.
—Creo que hemos terminado de ser amables—, gruñó el jaguar.
Kane sonrió al cambia formas con satisfacción.
— ¡Oh, qué pena! Ya le dije a mi cachorro que eras un encanto y se alegró mucho de poder conocer a un nuevo compañero de juegos.
Ambos sabían quién sería el perdedor si decidían enredarse... y no sería el gatito.
—¿Tu cachorro? —preguntó Jewel, sus ojos brillaban ante la perspectiva de algo lindo y adorable. Su labio se tensó al imaginar un perro entre todos los gatos de la habitación.
—Es un conejo polvoriento de gran tamaño—, gruñó Michael.
Warren se pellizcó el puente de su nariz y Quinn tuvo que luchar para no reírse de su cuñado el jaguar.
—Devon, deja a Kane y pon tu trasero en una silla —dijo Warren. —Terminaremos la discusión sobre Trevor más tarde.
Nick, Devon y Kat miraron a Warren con los ojos muy abiertos. Si no conocieran a Warren, sabrían que estaba entusiasmado con la perspectiva de un nuevo cambia formas en la zona y el hecho de que le gustaría aprender más sobre aquella raza desconocida.
Devon soltó a Kane y volvió a la silla que estaba junto a Warren. Las puertas se abrieron y Kriss entró con Tabatha enganchada a su brazo. Devon dejó que una lenta sonrisa iluminara sus labios mientras miraba hacia el vampiro rubio. Puede que no fuera capaz de poner a Kane en su lugar, pero el hombre que acaba de entrar sí podía y sabía que Kriss no tenía ningún aprecio por aquel vampiro reformado.
—¿Llegamos tarde? —preguntó Tabatha feliz por haber ganado la discusión con Kriss para asistir a la reunión.
A veces Kriss podía ser un poquito sobreprotector.... un poquito de más.
—No, llegas justo a tiempo—, dijo Envy. —Todavía no hemos empezado.
Tabatha se unió a las mujeres en el bar y se sentó, mientras tanto Kriss se acercaba a donde estaba Chad.
El corazón de Kane dio un vuelco cuando entró Tabatha, tuvo que luchar contra el impulso de agarrarla en sus brazos y llevársela lejos de allí.
Dio un paso hacia atrás, hacia las sombras, de modo que apenas se podía ver su silueta. Sus ojos se dirigieron hacia los caídos y se estremeció ante la mirada que recibía del hombre.
—Necesitamos aprender más sobre el demonio que ha sido atrapado en el cementerio—, continuó Warren. —Necesitamos saber qué aspecto tiene, Dean no está aquí y Kane es el único que lo ha visto.
Kane había sacado un cigarrillo y encendió su mechero. La luz iluminó su rostro por un momento y se podía ver la angustia en su mirada.
Tabatha contuvo la respiración cuando su mirada se fijó en la pequeña llama y miró a Kane. Sus perfectos labios estaban ligeramente curvados mientras encendía el cigarrillo y sus ojos ensombrecidos por las oscuras pestañas. A pesar de aquella sombría mirada, podía sentir cómo si esta la tocara, como si fueran sus manos acariciando su piel.
Se distrajo con algo que le rozaba el brazo, miró a su alrededor