Si ella hubiera sido menos bonita –si la envidia no hubiera encontrado de qué alimentarse– tal vez la gracia de esa mano falsa hubiera aumentado el cariño del esposo, al mostrarse y luego perderse, para aparecerse otra vez y refulgir y desvanecerse con cada latido del corazón de Georgiana. Pero como su marido la veía tan perfecta en todo lo demás, el defecto se le hizo más y más intolerable con el transcurso de su vida en común. La marca pasó a representar el defecto fatal de la humanidad que la naturaleza, de una forma u otra, estampa indeleblemente en lo que produce, ya sea para indicar que se trata de algo temporal o finito, o para recordarnos que la perfección debe ganarse a punta de trabajos y de sufrimiento. Esa mano carmesí representaba el puño ineludible con que la muerte atenaza al cuerpo más enaltecido y puro, degradándolo a lo más bajo, o aun al de los animales destinados a convertirse en polvo. Y así, al considerarla el emblema de la inclinación de su mujer al pecado, al dolor, al deterioro y a la muerte, la lúgubre imaginación de Aylmer no tardó en convertir esa marca de nacimiento en un objeto terrorífico que le causaba más tormento y horror que cualquier deleite corporal o espiritual que le pudiera dar la belleza de Georgiana.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.