y las formas académicas orientadas por comunidades religiosas, gobiernos conservadores que pretenden que la universidad sea la concreción de un proyecto nacional colonial; un modelo de universidad que privilegia la concepción liberal y afianza el papel del Estado en la orientación de un proyecto educativo articulado a un modelo de sociedad; y el modelo empírico-desarrollista-innovador, que involucra a la universidad en la utilización y aplicación del conocimiento en lo técnico y la innovación, formando tipos de sujetos que puedan involucrarse como máquinas autónomas y autogestores de procesos de capitalismo industrial. Este modelo se afianzó en Colombia a partir de las décadas de los años veinte y treinta del siglo XX, y se convirtió en la base del proyecto de modernización de la universidad en la segunda mitad del siglo XX. Este tipo de reforma lleva a que la educación oriente la formación hacia lo técnico y tecnológico, para orientar el crecimiento de empresas públicas y privadas que el país demandaba. Este tipo de universidad también generó las condiciones de la universidad llamada, en este trabajo, del capital humano y de las competencias, que intenta expandir el conocimiento a la población bajo una noción de consumo, apropiación y utilización en el mundo de los servicios y las posibilidades contemporáneas de las tecnologías y las comunicaciones.