Especificidad del reclutamiento de las fibras musculares
El músculo esquelético contiene diferentes tipos de fibras de contracción lenta y rápida. La intensidad, duración y tipo de carga impuesta al músculo determinan la proporción de participación por parte de los diferentes tipos de fibras y el grado en el que cada una es condicionada por un determinado régimen de entrenamiento (ver figs. 1.21-1.23). Por otra parte, las fibras de contracción lenta y rápida tienen unas propiedades viscoelásticas y unos puentes cruzados diferentes, de forma que utilizan el ciclo de estiramiento-acortamiento de forma diferente.
Especificidad metabólica
El metabolismo del cuerpo se adapta de forma diferente a los principales tipos de actividad física: acciones de fuerza máxima a corto plazo, actividad de resistencia muscular intermedia y esfuerzos de resistencia cardiovascular a largo plazo. El metabolismo se adapta de forma muy específica a la intensidad y a la duración de la modalidad deportiva, hasta tal punto de que un excesivo desarrollo de un tipo de capacidad física puede tener un efecto negativo sobre otro tipo de capacidad física. Por ejemplo, un entrenamiento aerobio regular, en plena temporada, puede disminuir significativamente la fuerza y la potencia de halterófilos y velocistas. Es esencial entender la especificidad metabólica de cada deporte si se pretende realizar una programación de entrenamiento efectiva y segura (ver tablas 1.3 y 1.4).
Especificidad de la adaptación bioquímica
La especificidad metabólica, aunque de naturaleza completamente bioquímica, debe ser distinguida de la adaptación bioquímica que tiene lugar en los músculos del cuerpo (Platonov, 1988). Estos cambios bioquímicos inducidos por el entrenamiento dependen de las características de las cargas, tal como sus componentes de intensidad, duración y capacidad para soportar la carga (estática).
El entrenamiento de resistencia que incluye un ejercicio prolongado provoca cambios significativos en el nivel de glucógeno de los músculos esqueléticos y en el nivel y la actividad de muchas enzimas mitocondriales que proporcionan una resíntesis oxidativa del ATP. En esta situación, el tamaño y el número de mitocondrias aumentan. La relación (ratio) de las diferentes enzimas y de la actividad enzimática en las mitocondrias también cambia, ya que los distintos tipos de enzimas sufren modificaciones a distintos niveles.
El potencial de las enzimas clave en los músculos esqueléticos aumenta: el nivel y las propiedades catalíticas de las protein-cinasas cAMP-dependientes aumentan, la resistencia del metabolismo del cAMP a la carga física aumenta. Además, la adaptación bioquímica de los músculos a los ejercicios de resistencia no afecta el nivel de miosina ni la actividad de sus ATP-asas y sólo se producen aumentos insignificantes de la actividad de la creatina-fosfocinasa, de los niveles de fosfocreatina (CP) y de la intensidad de la glucólisis.
El entrenamiento provoca la actividad de la enzima actomiosín ATP-asa en el músculo cardíaco y la contractilidad del miocardio para aumentar de forma concomitante. Bajo la influencia del entrenamiento general de la resistencia se produce una hipertrofia del músculo cardíaco; por el contrario, un programa de entrenamiento enfocado a la mejora de la fuerza de los músculos esqueléticos les causa hipertrofia.
TABLA 1.3 Contribución de los distintos sistemas de energía en diferentes deportes. Adaptado de Fox E. & Mathews D. (1974) Interval Training for Sports and General Fitness W.B. Saunders Co.
El entrenamiento con cargas de velocidad de intensidad máxima o cuasimáxima incrementa sensiblemente la actividad de las enzimas glucolíticas (especialmente la fosforilasa, la piruvato-fosfocinasa, la lactato-deshidrogenasa y la hexocinasa). El nivel de glucógeno, la intensidad respiratoria, la actividad deshidrogenasa y los niveles de miosina, miostrominas y miosín-ATP-asa muestran pequeños incrementos.
Durante el entrenamiento con cargas de fuerza estática, el nivel de miosina y miostrominas, el corte transversal de las fibras musculares y la actividad de la miosín-ATP-asa y la aspartato-amino-transferasa en los músculos esqueléticos aumenta muy significativamente. La intensidad de la glucólisis y de la respiración, de la actividad deshidrogenasa y de los niveles de fosfocreatina y de glucógeno aumentan en menor grado que durante el entrenamiento con cargas a elevada velocidad y con cargas prolongadas de moderada intensidad.
Los cambios bioquímicos dependen del tipo de fibras musculares y del carácter del entrenamiento. Por ejemplo, la actividad de la enzima b-hidroxibutirato deshidrogenasa aumenta en varios pliegues en las fibras de contracción lenta, pero permanece inalterable en las fibras de contracción rápida durante un entrenamiento con cargas de resistencia prolongada. De este modo, los cambios bioquímicos que se producen en el cuerpo bajo la influencia del entrenamiento son específicos y dependen del carácter de las cargas de entrenamiento. Entre las diferentes formas de adaptación del músculo esquelético, es habitual seleccionar tres básicas en las que predominan modificaciones bioquímicas específicas:
• Incremento de la resíntesis oxidativa del ATP para el trabajo de resistencia con una carga prolongada.
• Incremento de la resíntesis no oxidativa del ATP para el trabajo con cargas a elevada velocidad.
• Desarrollo de la hipertrofia muscular para el trabajo de fuerza.
Especificidad de la flexibilidad
La flexibilidad es una medida de la máxima amplitud de movimiento de la que es capaz una articulación. Normalmente se calcula en el marco de la educación física por medio de la prueba en posición de sentado con las piernas estiradas e intentar alcanzar los pies con las manos, pero esta medición resulta de poco valor, ya que cada articulación es capaz de moverse en varias diferentes direcciones y planos. Por otra parte, un mayor grado de flexibilidad en una articulación no implica necesariamente una flexibilidad similar en las restantes de articulaciones. La flexibilidad es específica de cada articulación, de cada modelo de movimiento y respecto al tipo de carga. Existen diferentes tipos de flexibilidad, incluyendo la estática activa, estática pasiva, balística y de flexibilidad activa, cada una de las cuales se desarrolla con diferentes tipos de entrenamiento (ver cap. 3). Los programas de entrenamiento deben ser cuidadosamente diseñados para mantener o mejorar el tipo específico de flexibilidad requerida por cada articulación de un deportista dentro del contexto de la modalidad deportiva en la que se participa.
Especificidad de la fatiga
Diferentes tipos de trabajo muscular producen efectos de fatiga específicos, especialmente durante un ejercicio de corta duración. Algunos grupos musculares se fatigan más rápidamente que otros, los diferentes tipos de fibra muscular se fatigan a diferente ritmo. Así pues, la fatiga producida por un esfuerzo máximo es diferente de la fatiga producida por actividades de resistencia de moderada intensidad. Por otra parte, la fatiga nerviosa y la metabólica son dos fenómenos distintos, la fatiga asociada con la acción muscular difiere de la fatiga asociada al soporte ligamentoso, la fatiga mental producida por un esfuerzo máxima y una concentración en habilidades motoras finas es muy diferente del tipo de la fatiga producida por un tipo de movimiento que difiere significativamente de la producida por otro tipo de movimiento