26 de septiembre
La experiencia de la noche nos conduce hacia el amor discernido: una invitación a buscar más adentro, no solo a remover los obstáculos del amor, a evitar lo que impide la entrega, sino a disponernos, a dejarnos dirigir por el Espíritu, a ponernos en otras manos para alcanzar la desnudez del corazón, la adhesión total a su querer, para buscar una identificación que no mide ni calcula: «En el amor, lo sensato es la locura...» (A. Machado).
18 de octubre
«Dios es inmenso lago sin orillas, salvo en un punto tierno, minúsculo, atrevido, en que se ha complacido limitándose. Yo, límite de Dios. Voluntad libre ante su divina voluntad. Su playa recogida frente a sus olas grandes...» (Dámaso Alonso).
26 de octubre
La mirada espiritual es precisamente la mirada del corazón, que comienza desde lo que nuestro espíritu acoge como regalo. Así entendemos que todo lo que en la acción del Espíritu nos habla de Dios, nos orienta y nos une a él, también en nuestra carne, en nuestra humanidad.
18 de noviembre
¡Señor de la luz que no decae! Queremos exhumarte de la profundidad de nuestra herida historia, de sus cicatrices, que no dejamos de tocar para incendiarnos los dedos, y saber curar la miseria y la costra de indignidad que se nos queda pegada... Que nos lamentemos de no hacer lo suficiente, de no compartir lo que somos, de no compadecernos de nuestra frágil condición con la promesa de hacernos y ser en verdad hermanas, hermanos y madres...
13 diciembre
El que viene no quiso deslumbrarnos con la manifestación de los signos de su presencia, sino que se acercó a la miseria de nuestro desengaño y nos dejó para siempre la huella de su paso, su pasión por lo humilde y la fragilidad del amor, que es nuestra gloria. Esa es la gracia del Dios venido al mundo: precisamente el que los pequeños pudieran reconocerlo en su presencia oculta, su discreto y silencioso amor de niño, su vulnerabilidad de pequeña vida amenazada.
23 diciembre
El nacimiento de Jesús nos invita al gozo del Reino, incluso en el interior de una experiencia rota, en la periferia de la ciudad, en las fronteras del refugiado; ya que el acontecimiento se celebra en una cueva, a las afueras de Belén. La celebración de la Navidad debe ser el lugar del ánimo, donde los espíritus recuperen el canto y los cuerpos cicatricen las heridas.
2015
DIOS SE HA CAMBIADO DE CASA
15 de enero
Nosotros pensamos que no es que Dios haya muerto, sino que se ha cambiado de casa. Nos habíamos habituado a buscar a Dios en su propia casa, que también debía ser la nuestra, aunque no siempre lo supiéramos. Desde la noche de los tiempos, el empeño del ser humano ha sido descubrir el Misterio original del mundo y, por tanto, también de nuestras vidas.
Pero, también desde siempre, esa pretensión humana llevaba en su interior un deseo inconfesable: despojarlo de su inviolabilidad, recortar los perfiles de su figura medio borrosa y dibujarlo de nuevo a nuestro antojo. Construirle a Dios una casa y encerrarlo allí: un lugar seguro para encerrar al que no se deja acotar por nadie, porque suyos son los espacios siderales y habita más allá de las estrellas.
Era una pretensión lógica, en cierto modo, porque ese Dios, siempre mayor que cualquiera de sus imágenes, lo experimentamos cercano y próximo. Él había querido que lo buscáramos, ya que no estaba lejos de nosotros, porque en él vivimos, nos movemos y somos. ¡Cuánto nos equivocamos...!
23 de enero
Aceptar seriamente al ser humano, con sus pasiones y deseos, es la única base para poder trazar la correlación e interdependencia de la acción libre de Dios y la respuesta, libre y, por tanto, responsable, de la persona. El deseo, los afectos, las pasiones, el miedo, la ira y la tristeza no son consecuencia directa del pecado de origen, sino condiciones creaturales en las que se desarrolla, gratuitamente, la cercanía y la transformación de Dios. Afirmarlos en lo que tienen de humano es un modo ya de colaborar con su resolución y aprendizaje humilde de nuestra condición.
9 de marzo
Solo cuando por el amor emigramos incesantemente hacia Dios, los sentidos unificados perciben todas las cosas como referidas a Dios en la luz del Espíritu. Gracias a una atención dirigida enteramente hacia Dios. Por eso el corazón es el lugar que unifica sentidos interiores y exteriores.
17 de marzo
En el mito de la caída, en el paraíso original, se nos ilustra cómo es primero el querer ser como dioses y después el descubrimiento de la vergüenza ante la propia desnudez. El yo que se reafirmó yendo contra Dios y compitiendo con él se reafirma ahora yendo en contra de la propia sexualidad, que es el lugar por excelencia del deseo.
30 de marzo
En la contemplación atenta de la pasión del Siervo queremos escuchar y contemplar sin adueñarnos de la historia, más bien afinando el oído para acoger sus llamadas. No podemos seguir leyendo su relato sin escuchar una voz profética que nos denuncia nuestra insensibilidad y nos anuncia una nueva comunidad con el pobre. La oración y la compasión son hermanas, ¡nacen del mismo vientre!
6 de abril
El Resucitado conserva en las manos y en el costado, abiertas, sus heridas. Es el Crucificado quien se nos presenta vencedor de la muerte y capaz de engendrar en nosotros su Vida. Nos quiere mostrar sus heridas para que sepamos que se las ha apropiado: son las nuestras, pero le pertenecen porque ha cargado con nuestros delitos. Mostrar a otros las propias heridas es un desafío, supone apertura y humildad. Tocar, con pasmo, las heridas de los demás es un acto de comunión que nos resucita y nos incluye, como a Tomás, en la resurrección del Siervo.
21 de abril
«Aquí está el pan que baja del cielo, para comerlo y no morir» (Jn 6,50). El paraíso recobrado es vivir de este Pan, nuevo maná; no el fruto prohibido, sino el deseado, porque quien come de este pan vive para siempre. La inmortalidad perdida en el árbol del conocimiento se recupera comiendo los frutos del nuevo árbol de la vida. La nueva Vid, que ha sido trasplantada al campo de nuestra humanidad y que nos alimenta, como la viña a los sarmientos. Comer del fruto prohibido mata; comer el fruto de la cruz salva y nos vivifica para siempre.
22 de abril
(Por el fin de las muertes en el Mediterráneo.)
La tragedia, como género literario, hace referencia a cómo los personajes son enfrentados contra el destino de los dioses con resultados de muerte o infortunio. Lo que ha ocurrido el domingo en las aguas del Mediterráneo, sin embargo, está lejos de poder considerarse como tal: no son tragedias inevitables, sino una responsabilidad de todos los que formamos la Unión Europea.
19