¿Qué necesidad hay de hablar sobre este tema –pensé–, dado que a la hora de elegir un buen líder lo que toda empresa analiza son sus antecedentes, su formación y sus habilidades? Sin embargo, al leer con mayor profundidad las declaraciones de Cook lo comprendí y encontré otro ejemplo extraordinario de resiliencia: él afirma que, gracias a pertenecer a una minoría (se calcula que alrededor del 5,5% de la población estadounidense es homosexual)9, sabe mejor lo que significa ser parte de ella y que eso, además de convertirlo en una persona “más empática”, lo ha ayudado a vivir “una vida más completa”.10
El cerebro femenino en acción
Jane Addams
(1860-1935)
Estadounidense.
Premio Nobel de la Paz en 1931.
Socióloga y con grandes habilidades para el liderazgo, luchó en contra de las guerras y por los derechos de las mujeres (incluyendo el sufragio) durante toda su vida.
En 1889 fundó una de las primeras casas de acogida de inmigrantes en los Estados Unidos, y en 1915, la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad.
Vivió públicamente y con naturalidad su relación de pareja con otra mujer, Mary Rozet Smith, con quien convivió durante más de treinta años.
Queda claro, y este no es el único caso, que muchas personas con condiciones para distintas actividades han logrado desplegar su potencial debido a circunstancias especiales, como las de Cook y las que veremos al finalizar cada capítulo, donde sintetizo la vida de un conjunto de mujeres que he seleccionado como admirables y a quienes les dedico esta obra.
En el ámbito de las ciencias, la neurobiología de la identidad sexual es un tema muy complejo, ha corrido y sigue corriendo mucha tinta.
Por ejemplo, en 2014 la Universidad Médica de Viena comunicó que, según sus investigaciones, la transexualidad tiene su correlato en el cerebro debido a que los hombres y las mujeres tienen ciertas microestructuras de conexiones neuronales diferenciadas y que, en el caso de los transexuales, esas microestructuras se sitúan en una posición intermedia entre ambos sexos. 11
En lo que respecta a la homosexualidad, una exhaustiva investigación sueca (Instituto Karolinska, Estocolmo) que escaneó el cerebro de 90 personas, halló que los hombres homosexuales y las mujeres heterosexuales tienen los dos hemisferios cerebrales del mismo tamaño, mientras que los hombres heterosexuales y las mujeres homosexuales tienen más grande el hemisferio derecho, es decir, que algunos atributos físicos del cerebro homosexual se asemejan a los del sexo opuesto12.
En las neuroimágenes también se observó que la conectividad de la amígdala (una estructura crucial en la vida emocional) de las lesbianas se asemejaba a la de los hombres heterosexuales y, a su vez, que el cerebro de los hombres homosexuales se asemejaba al de las mujeres heterosexuales.
Por su parte, uno de los pioneros en estudiar el tema, el neurocientífico Simon LeVay, autor del libro The Sexual Brain, identificó diferencias en la estructura del cerebro de hombres homosexuales con relación a los heterosexuales adultos13.
En líneas generales, la idea de que la orientación sexual comienza durante el desarrollo fetal es ampliamente compartida.
Una de las teorías que la aborda, cuyo nombre te apunto por si deseas investigarlo, se denomina Pre-natal hormonal hypothesis (balance hormonal antes del nacimiento). Si bien está clara la influencia de las hormonas en la diversidad sexual, no se sabe por qué se producen estas diferencias, aunque la mayoría apunta a los genes, por lo tanto, tienen un sustrato biológico.
La diferenciación
El sexo que tendrá una persona comienza a aparecer en el ámbito intrauterino en la octava semana de gestación, debido a la acción de las hormonas sexuales (testosterona en los varones y estrógenos en las mujeres). Antes, los embriones son prácticamente iguales.
La diferenciación sexual primaria se produce durante el desarrollo embrionario por la acción de los genes XX (mujer) y XY (hombres). |
Normalmente se distingue entre diferenciación sexual primaria (genética, cromosómica), y diferenciación sexual secundaria (que corresponde al desarrollo genital)14.
Las células tienen 46 cromosomas. 44 son iguales en ambos sexos, se agrupan en 22 parejas de autosomas. La otra pareja son los cromosomas sexuales; XX para la mujer y XY para el hombre. Esta pareja es la que determina el sexo.
El cromosoma Y (masculino) es más pequeño y contiene muchos menos genes que el X (femenino).
Esta diferencia no tendrá relación alguna con la inteligencia, sino con la forma de percibir, pensar, razonar, sentir y actuar.
La conformación de las características masculinas está determinada por un gen que es exclusivo del cromosoma Y, que orgánicamente genera la transformación de las gónadas del embrión en testículos. Si este cromosoma no está presente, el ser humano que vendrá a este mundo se irá configurando como femenino, dado que se irán desarrollando los ovarios.
El “interruptor macho”
Lo que se conoce como “interruptor macho” es un gen, denominado SRY, que se ocupa de enviar el mensaje que dispara la formación de los testículos y otras características biológicas masculinas. El embrión XX no contiene este gen, por lo tanto, sin este interruptor la persona que vendrá a este mundo será una niña15.
Antes de que aparezca el sry, los embriones masculinos y femeninos son prácticamente iguales, y es precisamente este gen el que inicia la diferenciación sexual primaria o gonadal.
En opinión de uno de los mejores especialistas en el tema, el profesor Hugo Liaño:
La naturaleza tiende espontáneamente a producir hembras, pues hay experimentos que así lo han demostrado […] Está claro, por tanto, que la condición sexual básica del humano es femenina, de modo que la masculinidad es un esfuerzo que la naturaleza hace usando las hormonas andrógenas, sobre todo la testosterona, para cincelar un ser con hechos diferenciados del más primario o femenino.16.
Sorprendente ¿verdad? Admito que cuando comencé mi primera carrera universitaria, y leía todo lo que estaba a mi alcance sobre el cerebro, me quedé anonadado cuando me hablaron sobre esta condición sexual básica con la que venimos a este mundo; de hecho, la genética es un campo de estudios verdaderamente apasionante.
Sin embargo, y aun cuando las evidencias científicas son indiscutibles, la denominada “ideología de género” afirma que las diferencias entre el varón y la mujer no tiene que ver con hechos naturales que determinen el sexo, sino más bien con pautas socioculturales, por lo tanto, cada ser humano es libre de elegir el género al cual pertenecer.
El cerebro femenino en acción
Dolores Ibárruri Gómez
(1895-1989)
Política española conocida como “La Pasionaria”.
Ocupó el cargo de diputada en dos oportunidades, la segunda, cuando tenía 82 años.
Hija de mineros, apasionada por la lectura y con gran habilidad para la oratoria, fue una figura relevante durante la guerra civil española, en la que luchó por las causas republicanas.
Madre