a) Sexualidad e historia de la cultura
b) Dos concepciones de la sexualidad
c) Sexualidad animal y condición sexuada
4. Paternidad, maternidad y filiación
a) La familia como origen de personas y relaciones
b) Maternidad y paternidad como servicio al hijo
c) La filiación como don y tarea
5. La integración de la condición sexuada: madurez afectiva y entrega
XII. IDENTIDAD PERSONAL Y SOCIABILIDAD
1. Colectivismo y despersonalización
a) La tendencia a estar-con-el otro o asociación
2. Individualismo: hedonismo y consumismo
3. Persona en relación: la constitución de la subjetividad y las virtudes sociales
a) La constitución de la subjetividad
5. La entrega de uno mismo como máximo bien relacional
XIII. IDENTIDAD PERSONAL Y TEMPORALIDAD
1. Dimensiones de la temporalidad humana
2. La biografía: temporalidad y trascendencia
3. La historia como horizonte temporal de la existencia: tradición y revolución
4. La relación con lo trascendente: lo sagrado y lo profano
5. Eternidad en el tiempo: promesa, perdón y arrepentimiento
XIV. IDENTIDAD PERSONAL Y MUERTE
1. El problema metafísico de la muerte
2. Inmaterialidad, espiritualidad e inmortalidad
¿Inmortalidad del alma o de la persona?
3. El problema antropológico y existencial del sufrimiento y la muerte
4. Origen y fin de la identidad personal
ESTE LIBRO...
ESTE LIBRO DEBE SU ORIGEN a las clases de Antropología filosófica que, en la última década, he impartido a cientos de estudiantes. En los últimos años, el texto ha ido ganando en madurez, gracias en buena medida a las preguntas inteligentes de mis alumnos. Tras haber intentado responderles siguiendo los manuales publicados, me he dado cuenta de que la ayuda que estos ofrecen es escasa: algunos por tener un enfoque puramente histórico; otros, a pesar de la popularidad de que gozan, por ser demasiado abstractos o limitarse a seguir ciertas corrientes de pensamiento en vez de estudiar a la persona o, mejor aún, a las personas, tal y como son. Los libros de antropología, de hecho, presentan a menudo un planteamiento fenomenológico, cultural, personalista, metafísico, etc. Y eso significa que reducen la riqueza y complejidad de las personas a un solo punto de vista.
Movido por estas y otras lagunas de los manuales de Antropología al uso, he decidido modificar la configuración de los temas y el modo de tratarlos, partiendo no ya de los libros, sino de las personas, en toda su complejidad constitutiva y existencial. Este esfuerzo me ha hecho reparar en la paradoja, bien señalada por Heidegger, entre la enorme mole de información sobre la persona humana de que hoy disponemos y lo poco que sabemos de ella.
ANTE UNA SITUACIÓN CONFUSA
Poseemos muchos datos acerca del hombre, desde el mapa del código genético a los condicionamientos psicológicos y sociales, pasando por la influencia que el medio ambiente y la cultura ejercen en nuestras vidas. Sin embargo, nunca como hasta ahora, las personas se han vuelto inaccesibles. Para la gran mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo las principales cuestiones sobre el sentido de la vida —el de dónde venimos y hacia dónde vamos—, carecen de respuesta. Parece como si la proliferación de datos e información, en lugar de ayudarnos a esclarecerlas, aumentarán la confusión. Por ejemplo, si antes casi todos aceptaban que el origen del hombre era en cierto sentido único, hoy ya no es así: hay tantas hipótesis como las que permiten las interpretaciones de los datos científicos de que disponemos. De ahí, las preguntas de mis estudiantes: